Revista Cultura y Ocio

Regalar un mueble

Por Agora
Regalar un muebleVeo el dormitorio de mi madre, los diferentes estilos de muebles que lo ocupan. Ahí está la vieja cama de madera laqueada, que se compró al casarse. El somier es de alambre a pesar de que ya no hay "lañaores", personas cuyo oficio era tensar los somieres de alambre que con el paso del tiempo cedían. Ahora la gente utiliza las cosas y después las tira, con esa idea se hacen y ese parece ser el negocio. Así han desaparecido montón de oficios.Regalar un mueble usado no está demasiado bien visto, por muchas razones pero principalmente para no herir el orgullo del receptor, y así van a la basura muebles en perfecto estado que sencillamente han pasado de moda. Mi madre es la excepción a esta regla y a lo largo de los años ha aceptado de buen grado y si eran de su gusto muebles de familiares y vecinos le han hecho. De alguna manera las casas de mi madre se han convertido en museos que testimonian de las diferentes modas de mobiliario que ha habido en este país en los últimos cincuenta años. En conjunto, la mezcla ha adquirido una personalidad, tanto por la calidad como por la habilidad en la composición, que me parece mucho más moderno e interesante que esa moda de "ponerte casa completa" que se lleva tanto en los grandes almacenes y que a los cuatro o cinco años ha envejecido y cuya sola contemplación produce náuseas por la monotonía y la uniformidad.Hay por otra parte un alto sentido del espíritu en aceptar un mueble que iba a ser arrumbado, hay un respeto por la materia y por el trabajo, además de cubrir una necesidad. El gran arte tanto escultórico como arquitectónico de todas las civilizaciones ha nacido sobre la base del respeto a los materiales que había a mano y el aprovechamiento máximo de ellos, qué es si no el barroco en cuanto a la intervención en la piedra o el arte oriental con su manera de trabajar la madera. Ahora se trata de titar o de incinerar, y todo eso ha llevado a un estilo que invade en estos días desde la moda hasta la manera de vivir, eso que se llama "minimal" y que ha sido el perfecto cómplice de la industria del plástico y el vidrio y el adalid perfecto de la rentabilidad comercial, bajo coste, alta producción y corta duración. ¿Hay algo que envejezca peor que el vidrio y el plástico?Antonio Rubio

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