Régimen para mantener el peso correcto-I

Para muchos, tener una silueta de ensueño es una verdadera obsesión, y algunos no dudan en recurrir a ciertos métodos extremos para conseguir mantenerse en un peso ideal. Para conservar el peso y no engordar, no existen fórmulas milagro.

Para mantenerse en el peso correcto se deben tomar ciertas resoluciones, y esto de manera permanente. Ante todo, la mejor forma de conservar una silueta delgada es la de no preocuparse demasiado por esta cuestión. Concretamente, se recomienda no obsesionarse con este problema.

En realidad una obsesión desmedida por la delgadez puede generar una serie de problemas a nivel del estrés, y en muchas personas el estrés les hace comer más de la cuenta, principalmente azúcar, lo que favorece que se engorde de manera descontrolada. Para evitar comer cualquier cosa y a cualquier hora, es importante programar con antelación las diferentes comidas y las cantidades que se quieren ingerir a lo largo del día.

En todo caso, se desaconseja una restricción alimenticia sin ningún tipo de razón, pensando que así se puede adelgazar más rápido. Se trata de una actitud errónea en la medida en la que el hecho de privar al organismo de una serie de nutrientes no hace sino provocar que éste comience a almacenar con mayor aceleración las carencias a las que se está viendo expuestas.

Para mantenerse en un peso correcto y no engordar, no es necesario acudir a métodos drásticos como los saciantes y otra serie de productos que evitan que se engorde, y que facilitan la pérdida de peso.

Lo más importante para mantener el peso ideal es adoptar a largo plazo una serie de buenas costumbres alimenticias. En cada comida se debe aportar al organismo los nutrientes necesarios para su buen funcionamiento.

Los principales grupos alimenticios son las proteínas, los glúcidos y los lípidos, que imperativamente deben estar presentes en todas las comidas. No se debe caer en la tentación de desechar una serie de nutrientes de nuestros menús.

No sirve de nada evitar las féculas, puesto que estos alimentos como el arroz, el pan, la patata o la pasta son los que aportan la energía necesaria al organismo. La regla de oro que se debe respetar es la de evitar las salsas y otra serie de condimentos. También se deben limitar ciertas categorías de alimentos como los azúcares rápidos y las grasas.