Regina Spektor - Songs
Hay un tipo llamado Peirce que inventó la semiótica. Les aviso que esto lo estudié hace mucho y para zafar de un examen, así que perdónenme los errores brutales y las generalizaciones mutilantes, pero según este Peirce existen unas cosas llamadas "cualidades" que serían precisamente eso: la cualidad de rojeza que está en una manzana roja; la de amargura del desamor; la rectangularidad de un libro; la inefabilidad de tu sonrisa, etc. Lo interesante para nosotros, hoy, en esta reseña, es que habría una cualidad particular para la sensación que nos produce una obra de arte dada. Esta cualidad no sería personal ni subjetiva ni nada por el estilo: sería la misma para cada uno. Entonces, no sólo yo debería sentir lo mismo que tú al leer King Lear, sino que (y esto ya no tiene que ver con la reseña pero está bueno), si Kurosawa hizo bien su trabajo, también deberíamos sentir esa misma sensación al ver Ran. Y hasta acá Peirce.
Esto de las cualidades, por supuesto, es muy discutible, yo no lo estoy planteando como la verdad absoluta, sino que lo uso como herramienta explicativa, porque siempre me pareció extrañísimo que esta mina, la Spektor, produzca una sensación tan fokin especial y particular y que, sin embargo, todos la describamos tan parecido. No hablo de todas sus canciones –tiene una variedad sorprendente–, sino de aquellas que tienen una cierta carga onírica, como de estar en el umbral de un mundo, dejando otro, pero sin saber cuál de los dos ni cuáles; como no entender una mierda de lo que está pasando, pero saber que es significativo y ejemplar en un sentido existencial.
Ya subimos un disco de Regina, pero sinceramente me parece malo comparado con los otros. Sí, lo escucho y me gusta, tiene un par de temas que están muy buenos (Machine es genial), pero tenerlo como único referente de su música es triste, y no en el buen sentido. Además, entendiéndolo como una parcialidad, en sus últimos dos discos se ha estado tirando más hacia la felicidad y dejando un poco de lado lo terrible y lo melancólico, lo que expresa un grito sordo o desgarrador, lo devastador de una vida condensada en 160 kbs por segundo. Así que les paso este disco, simplecito, que no sólo tiene como siete de esas canciones que te hacen flashear que tu vida tiene una mínima trascendencia, si no también tiene un nombre significativo para una artista cuyo trabajo, en mi humilde opinión, tiene más fuerza en su formato de canciones que en el de álbumes.
Artistas similares: Ingrid Michaelson, Kate Nash, The Dresden Dolls, Amanda Palmer, Fiona Apple.
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Ah, y de paso les dejo este tema que está buenísimo, si encuentran esta versión para bajar, manden link, la que yo tengo no está tan buena.¿Cuál es tu opinión? No olvides dejar tu comentario.