Los tratamientos de exposición están diseñados para reducir el miedo y la ansiedad al pedir a las personas que enfrenten repetidamente sus miedos, ya sea imaginándolos o enfrentándolos directamente mientras permanecen psicológicamente comprometidas (Magee, Erwin y Heimberg, 2009). La exposición tiene como objetivo reducir las respuestas temerosas del cliente y revertir los patrones de evitación que perpetúan el miedo (Springer y Tolin, 2020). Es una de las intervenciones más efectivas para superar el miedo (Kaczkurkin y Foa, 2022; Hofmann y Smits, 2008) y es el tratamiento de primera línea para algunos trastornos de ansiedad (por ejemplo, el trastorno obsesivo-compulsivo) (NICE, 2005).
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