Las necesidades de calefacción de una vivienda no son constantes ni a lo largo del año ni a lo largo del día. La temperatura exterior varía a lo largo del día, aumentando gradualmente desde que amanece hasta primeras horas de la tarde para luego volver a descender.
Además unos días son más fríos que otros, e incluso que no se necesita el mismo calor en todas las habitaciones del hogar. En las habitaciones que se empleen de día (zona de día) la temperatura deberá ser mayor que en los dormitorios (zona de noche). Tampoco ocupamos nuestra casa, día a día, de la misma manera; y hay espacios, como por ejemplo la cocina, que tienen sus propias fuentes de calor y requieren menos calefacción.
Por lo tanto, es muy importante disponer de un sistema de regulación de la calefacción que adapte las temperaturas de la vivienda a nuestras necesidades.La legislación actual exige que:
- Las instalaciones individuales tengan un termostato colocado en el local más característico (por ejemplo, el salón).
- Las instalaciones colectivas de calefacción central tengan para cada circuito de zona del edificio, un sistema de control de la temperatura del agua, en función de la temperatura exterior, y válvulas termostáticas en todos los radiadores situados en los locales de la vivienda, exceptuando aseos, cuartos de baño, cocinas, vestíbulos y pasillos.
- Disponer de algún sistema que permita repartir los gastos correspondientes de calefacción, climatización y agua caliente sanitaria, en función del consumo de cada usuario, así como interrumpir los servicios desde el exterior de los locales.
- Para los sistemas de caldera y radiadores de agua caliente, un procedimiento para mantener la temperatura deseada en cada una de las habitaciones consiste en la instalación de válvulas termostáticas sobre los propios radiadores.
- Estas válvulas tienen varios niveles de ajuste, en función de la temperatura deseada, abriendo o cerrando el paso de agua caliente al radiador, según corresponda.
- Aprovechan además las ganancias gratuitas de calor emitidas por cocinas y baños o, simplemente, del calor transmitido a través de los acristalamientos.
- Un buen momento para sustituir las válvulas corrientes por las termostáticas es cuando las viejas funcionen mal o comiencen a tener fugas.
Reguladores programables.
Para los casos en los que la vivienda esté vacía durante un número de horas elevado, se recomienda sustitución del termostato normal por otro programable, en el que se pueden fijar las temperaturas en diferentes franjas horarias e incluso para fines de semana o días especiales.No necesitan de obra alguna y su precio en el mercado oscila entre 150 y 200 euros, que pueden amortizarse rápidamente por los ahorros conseguidos.