
En ambos títulos he encontrado la misma definición coherente y cercana de los personajes principales, el mismo desarrollo natural de las situaciones (sin abandonar lo cotidiano), la misma manera de contar historias desde un punto de vista que hagan que parezcan únicas o nuevas, cuando no lo son. Holofcener cruza las vidas de dos seres humanos y las inserta en un trozo de vida inventado; y aunque el resto es ficción cinematográfica y sigue unas reglas, están debidamente disimuladas. A pesar de que una sea una historia original y otra una adaptación literaria se nota la misma mano sensible y delicada, descarnada y práctica, divertida y triste.
¿Podrás perdonarme algún día? narra la historia de un fraude literario, razón por la cual espectador está más predispuesto a ser indulgente, incluso a no reconocer ningún delito, porque todo lo llena la sincera admiración de la protagonista hacia los autores y autoras que imita. Lee Israel es una biógrafa de éxito que de pronto se da cuenta de que sus libros, los personajes que escoge para trasponer sus vidas en negro sobre blanco, ya no interesan al público. Y aunque es una buena escritora no se atreve incorporar su voz a su escritura, a hablar en primera persona, a compartir sus propias ficciones. A partir de ese intante, la desesperación le lleva a inventarse momentos desconocidos de la vida de personas famosas...
La película exhibe con orgullo un equipo creativo y técnico compuesto en su mayoría por mujeres, y aunque es el segundo largometraje de su directora --Marielle Heller, que debutó con la polémica The diary of a teenage girl (2015)-- demuestra un estilo y una intensidad maduras (en femenino a pesar de la discordancia de género en los sustantivos), un ritmo que elude los tiempos muertos y las tramas secundarias innecesarias. Al fin y al cabo, ¿Podrás perdonarme algún día? es el testimonio de una perdedora que, gracias al libro con el que confesó y quiso expiar su falta, el mismo que la rescató de las sombras y que ahora adapta la película, se reivindica como ser humano imperfecto. Un filme absolutamente recomendable.