Son varias las causas que pueden provocar que los bebés nazcan con bajo peso, varios estudios han apuntado como causas, la contaminación atmosférica, la cafeína, los materiales ignífugos, la acrilamida o el cambio climático, tema que tratábamos ayer a raíz de la información proporcionada por una investigación en la que se relacionaban los problemas provocados por los cambios de temperatura y pluviosidad, con el bajo peso al nacer de los bebés en países en vías de desarrollo.
Hoy conocemos una nueva investigación realizada por un equipo internacional en el que participan expertos de Medicina Ambiental de la Universidad de Granada, en el que se concluye que las madres expuestas a contaminantes ambientales tienen mayor riesgo de tener un bebé con bajo peso al nacer.
Concretamente se han analizado tres sustancias químicas que, aunque se pueden producir de forma natural en el medio ambiente, en su mayoría proceden de la actividad industrial humana, los policlorobifenilos o bifenilos policlorados, el congénere PCB-153 relacionado con el primer compuesto, el DDT (plaguicida muy peligroso que fue prohibido en muchos países del mundo hace años), y su metabolito DDE, en este caso ya se sabía que el DDE puede producir una disminución en la duración del tiempo de lactancia e incrementar las probabilidades de tener un bebé prematuro.
Los investigadores analizaron una enorme base de datos formada por 11 estudios epidemiológicos sobre nacimientos de bebés en Europa, que incluían 9.377 madres y a sus respectivos hijos. Se midieron los niveles de exposición a los contaminantes antes nombrados a través de análisis de sangre, análisis de la sangre del cordón umbilical y el análisis de la leche materna. Los resultados obtenidos determinan que los recién nacidos con un mayor nivel de PCB-153 en la sangre del cordón umbilical tenían un mayor riesgo de nacer con bajo peso que los bebés que tenían menor nivel de este compuesto en sangre. Además se apunta que el riesgo es mayor si durante el embarazo la madre había fumado.
Sobre el DDE, no se encontró ninguna relación con el peso de los niños al nacer, sin embargo y como hemos apuntado antes, este compuesto está relacionado con el riesgo de tener un bebé prematuro. Para los expertos es necesario regular el uso de los PCBs, así como su exposición y la eliminación de los residuos que puedan contener estos compuestos, con ello se lograrán reducir riesgos para el medio ambiente y para la salud. Por otro lado, es necesario apuntar que los niños son los más vulnerables a este tipo de contaminantes, ya que su organismo es inmaduro y no cuentan con los mecanismos de detoxificación, procesos para neutralizar y eliminar las toxinas que se encuentran y acumulan en el organismo, debido a que sus órganos todavía se encuentran en fase de formación.
Sustancias como los compuestos orgánicos persistentes se prohibieron hace décadas, pero dada su estructura química son capaces de permanecer en el medio ambiente durante mucho tiempo, también pueden permanecer en el tejido graso de animales y seres humanos durante un largo periodo de tiempo. Se siguen sufriendo las consecuencias de la liberación de estas sustancias hace décadas, de ahí que muchas personas tengan en su organismo estos elementos almacenados en el tejido graso. Según leemos aquí, estos compuestos acceden al organismo principalmente a través de la alimentación y especialmente a través de alimentos de origen animal, pero también están presentes en el agua, en el aire o en el suelo, lo que dificulta evitar la exposición.
Los expertos explican que la exposición a los contaminantes durante el embarazo puede provocar que los futuros bebés sufran retraso en el desarrollo y crecimiento intrauterino, sufrir malformaciones congénitas o bajo peso al nacer. Lo más destacado de esta investigación es la relación de estos compuestos con el hábito de fumar, como hemos indicado fumar aumenta los efectos perjudiciales de estos compuestos. Podéis conocer todos los detalles de esta investigación a través de este artículo publicado en la revista científica Environmental International.
Foto| Gregg Cerenziol
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Relación entre contaminantes ambientales y bajo peso al nacer