Un grupo de expertos de la Universidad de California (Davis, Estados Unidos) ha llevado a cabo una investigación que muestra una clara la relación entre embarazo, pesticidas y autismo, las mujeres embarazadas que viven cerca de campos de cultivo donde se utilizan los productos fitosanitarios mencionados, tienen hasta un 66% más riesgo de que sus hijos nazcan con trastornos de espectro autista. Según los investigadores, esta relación se hace más fuerte cuando la exposición a los pesticidas se produce durante el segundo y tercer trimestre del embarazo.
En este trabajo los investigadores examinaron la incidencia entre determinadas clases de pesticidas, como pueden ser los organofosforados, piretroides y carbamatos utilizados en los campos de cultivo colindantes a los domicilios de un grupo de mujeres embarazadas y el riesgo de autismo en los bebés. Se pretendía demostrar que la exposición gestacional a los plaguicidas agrícolas podía inducir neurotoxicidad en el desarrollo de los fetos y en consecuencia, problemas como el retraso en el desarrollo o el autismo. Los datos de las 970 mujeres embarazadas del estudio corresponden al periodo entre el año 1997 y el año 2008, las distancias entre los campos de cultivo y los hogares variaba entre 1’25 kilómetros y 1’75 kilómetros en aquellas madres que vivían cerca de los campos (un tercio de las participantes).
Para los expertos no hay lugar a dudas, los resultados obtenidos confirman los datos obtenidos de una investigación anterior en la que ya se apuntaba la asociación entre la exposición prenatal a los pesticidas y el riesgo de que los bebés sufrieran autismo. Las mujeres embarazadas deben tener especial cuidado y evitar a toda costa el contacto con estos productos químicos agrícolas, quizá la solución sería trasladarse durante el embarazo a un lugar donde no se utilizaran este tipo de productos químicos, aunque se utilicen a una cierta distancia, su radio de acción es amplio y termina entrando en contacto con las mujeres gestantes.
Es un problema que debe preocupar, sobre todo por la gran cantidad de pesticidas que se utilizan, en el caso de California, se utilizan hasta 90 millones de kilos de pesticidas activos en los campos de cultivo cada año. Evidentemente, dados los problemas con las enfermedades y plagas en los campos de cultivo, es necesario utilizar productos fitosanitarios, pero determinados pesticidas con carácter neurotóxico no deberían utilizarse ya que son una potencial amenaza para el desarrollo cerebral de los fetos durante el embarazo.
Los expertos explican que ahora deben seguir investigando y determinar si ciertos subgrupos de futuras madres son más vulnerables a esta exposición de productos químicos empleados en los campos de cultivo. En todo caso, aunque el riesgo varíe según el grupo de mujeres, la recomendación es que ninguna entre en contacto con estos productos químicos que se consideran como un factor medioambiental de riesgo potencial.
Volviendo al estudio que muestra la relación entre productos fitosanitarios y el riesgo de autismo en los bebés, además de las mujeres participantes en el estudio, se incluyó a familias con niños de entre 2 y 5 años de edad que habían sido diagnosticados con autismo o retraso en el desarrollo, también se investigó el uso de los productos fitosanitarios. 21 compuestos químicos se identificaron en la clase de organofosfatos, incluyendo clorpirifos, acefato y diazinón. El segundo grupo de estos productos químicos más utilizados eran plaguicidas piretroides, esfenvalerato, permetrina lambda-cihalotrina, cipermetrina y tau-fluvalinato, finalmente, el 80% de los carbamatos utilizados en los campos, eran metomilo y carbaril.
Los expertos concluyen que eliminar esta exposición ambiental es complicado, incluso si se vive a grandes distancias de los campos de cultivo, pero se puede reducir el riesgo de alteraciones en el desarrollo fetal si se sigue una dieta sana y se toman suplementos vitamínicos para garantizar la correcta formación fetal. Personalmente creemos que si se ha constatado la asociación, se deberían dejar de utilizar los productos químicos, hay que tener en cuenta que pueden llegar a entrar en contacto con las embarazadas a través de otros canales, por ejemplo, pueden estar integrados en las frutas y verduras que se adquieren en el mercado aunque sea en dosis bajas.
El estudio es interesante y sus resultados se pueden trasladar perfectamente a cualquier país donde se estén utilizando este tipo de pesticidas para garantizar el desarrollo de los cultivos.Podéis conocer más detalles del trabajo a través de este artículo publicado en la revista científica Envorenmental Healt Perspectives (ehp).
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