En el anterior post comentábamos cómo enfocar las relaciones de pareja sin que determinados mitos creados por la sociedad nos pudieran afectar a la hora de enfocarlas, desarrollarlas y manejarlas. Lo cierto es que, durante las relaciones de pareja, también surgen focos de conflictos, discusiones o dificultades que tenemos que aprender a gestionar para que puedan ser sanas y satisfactorias. Éstas son absolutamente normales y forman parte del crecimiento de la relación y de la evolución propia de las personas que componen la pareja.
Los focos de conflictos en una relación pueden ser innumerables, tantos como se nos puedan ocurrir ya que cada uno tiene una interpretación de las cosas y una escala de valores diferente, por lo que coincidir no siempre es lo habitual.
Las crisis que vamos sufriendo en las relaciones de parejas podemos encuadrarlas en diferentes tipos, de los que vamos a describir solo algunas:
- Normales: estas crisis suelen tener un buen desenlace. Son bastante típicas en las parejas, se pasan por momentos complejos y la relación de pareja lo sufre. Hay que tener en cuenta que para que se de una gestión adecuada nuestra comunicación con la pareja tiene que ser fluida y eficaz, que es uno de los principales problemas que nos solemos encontrar en las relaciones de pareja. Además, ambos miembro tienen que hacer un esfuerzo por crear una negociación justa, llegar a acuerdos y demostrar interés en continuar con la relación.
- Por infidelidad: este tipo de crisis suelen ser graves y con un largo proceso de resolución. Muchas de ellas acaban en ruptura de inmediato o en un medio plazo ya que el vínculo con la pareja se resiente y la relación termina por volverse dañina para ambos miembros de la pareja. En primer lugar, habría que poder perdonar la infidelidad por parte del miembro dañado y poco a poco ir recuperando la confianza. Es aquí donde pueden surgir más dificultades ya que tenemos que tener grandes dosis de paciencia que en ocasiones no somos capaces de asumir.
- Por monotonía: la rutina tiene sus aspectos positivos, pero cuando se convierte en lo único que une a la pareja desencadena una falta de ilusión y de iniciativa que desgasta a la pareja. Es necesario darse cuenta de por qué estamos en esta situación y comenzar a trazar planificaciones comunes y nuevas actividades satisfactorias, además de que los refuerzos positivos por parte de ambos miembros se vayan incrementando.
Hemos escogido solo tres ejemplos que son frecuentes en nuestras relaciones y que describimos con la intención de poder identificarlos si se dan en la relación de pareja y trabajar en la solución de estos que veremos en el siguiente post qué opciones tenemos para llegar a buen término.