Revista Cultura y Ocio
Corre
by Cyelyn
Cuenta Cuentos # 14
Hola Criaturitas del Señor!!! Como ya saben algunas, o quizá no… cada mes, el cuarto viernes de cada mes subo un pequeño relato escrito por su servidora. Tengo una idea clara de una historia larga (novela) pero a falta de tiempo, estaré compartiendo algunos pequeños capis (puede ser en orden o no) de lo que tengo pensado.
Hace un mes Mala Noche inició con esta historia y esta es su continuación (de cierta manera), pero se puede leer de forma independiente.
Ya me dirán que les pareció.
Correby CyElyn
—Yo sé que odias esos tacones nena, pero no tienes idea el culazo que se te hace y unas piernas que…
—¿Sabes correr?
—¿What?
—¿Tienes que correr?
—Zettie, concéntrate, —Graziella pone los ojos en blanco— con esa vestido si te pones esos botines, te verás increíble, no sé porqué quieres lleva…
—Lleva calzado cómodo, Zettie, lo necesitaras.
—¿Abuela?
—Está bien que soy mayor que tú Zettie por 3 meses, pero no es para que me llames así.
—No seas bobas Grace, yo…
—Zettie, asómate a la ventana y entenderlas porque tienes que correr.
—Yedra, compórtate y sé clara —dije sin siquiera pensarlo.
—¿Yedra, no era tu abuela, la que murió cuando eras una niña?
—¿Eh? —digo confundida— creo que estoy muy cansada y no debería ir a la fiesta, mejor debería quedarme en casa y…
—En casa tampoco estás a salvo mi niña.
Aun desconozco porque lo hice, pero me asomé por la ventana que da hacia la calle y en la acera de enfrente veo dos sombras que se ocultan en la oscuridad y parece que me están observando.
—¡Mierda! —grito al tiempo que me agacho y cierro las cortinas— Grace, apaga la luz.
—Pero, ¿qué te sucede hoy mujer?
—No sé… creo que estoy escuchando…
—Ve a la fiesta Zettie, rodéate de gente y no te quedes sola en ningún momento y cuando esto suceda, corre sin siquiera mirar para atrás, ellos…
—Ok, ¡silencio! —doy un grito desesperado— guarden silencio las dos.
—¿Cuáles dos? —Graziella se agacha junto a mí y pone una de sus manos en mi frente— nop, fiebre no tienes, pero creo que estás alucinando.
—Quita —de un manotazo le quito la mano de mi rostro— no estoy alucinando, aunque… —ni siquiera soy capaz de decirlo en voz alta sin que suene ridícula—. Yedra es… era mi abuela, pero ella me está… hablando en este momento.
—Mi niña, concéntrate, tienes que estar preparada para…
—¿Acaso, sabes lo ridículo y absurdo que suena eso? —Graziella se levanta, y se sienta en la cama— creo que será mejor que le cancele a Andre y nos quedemos en casa y puedas descansar.
—Creo que no es seguro que nos quedemos aquí.
—Zettie, me estás preocupando y sabes que cuando me pongo nerviosa me pongo mal a tal grado que se me baje la presión y yo…
—Grace, ¿a qué hora llegará Andre?
—Zettie, creo que lo mejor es que…
—No —digo un poco más alto de lo que pretendo— iremos a la fiesta, pero lo haremos con ropa cómoda y nada de tacones.
—La próxima vez que te hable, tendrás que correr, correr muy fuerte porque quizá sea la última vez que lo hagas.
Me duele la cabeza horriblemente. No reconozco el lugar donde dormí, aunque hay algo familiar que me recuerda algo. No logro enfocar correctamente mi entorno y cuando veo aquella mujer que se acerca a mí con dos tazas humeantes con un café aromática en cada mano y me está sonriendo, siento que la sangre abandona mi cuerpo.
—¿Abuela?
—Lamento que mi advertencia no fuera suficiente mi niña.
—Pero tú estás…
—Y tú también mi niña, —me dice mientras toma asiento en un pequeño espacio del sillón donde estoy acostada y me ofrece una de las tazas— tu también Zettie.
Gracias por leerme y las veo dentro de un mes con más historia.
Besitos!!!