Revista Humor

Relato de fantasía: La institución

Por Déborah F. Muñoz @DeborahFMu

Tocaba otro lanzamiento de dados y ha salido una cosa un poco rara...

La Institución

Relato de fantasía: La institución

El concepto que vendían a los padres era que las habilidades mágicas despertaban con los traumas. Por lo tanto, a mover cosas con la mente, a desplazarse volando y a desarrollar habilidades extraordinarias como pegarse a las paredes a voluntad solo se aprendía obligando a los hijos a levantar peso, a correr hasta el agotamiento y a hacer equilibrios en lugares extraños, como colgándose de una barra.


Los padres, más preocupados por tener un "Poderoso" en la familia que por la integridad de sus hijos, pagaban un dineral a la Institución para que les llevara al límite y arriesgara sus vidas, con tal de que, si sobrevivían, salieran con la magia bien despierta.


La realidad era que casi nadie tenía habilidades extraordinarias que desarrollar, y que por lo general dichas habilidades afloraban espontáneamente, sin necesidad de forzarlas. Lo que es más, había quien era capaz de detectar a la gente que poseía esa magia latente y tenían a varios en plantilla. Así que detectaban rápido a los "Poderosos" y les mantenían aparte de los demás, haciendo tareas estúpidas que, aunque esforzadas, les alejaban de todo peligro mientras sus dones despertaban por sí mismos.

Los otros estaban condenados. Los explotaban un par de años haciendo peligrosos trabajos forzados en la mina y, cuando los padres daban muestra de impacientarse o de querer cerrar el grifo de dinero, fingían un fatal accidente y se deshacían de los mocosos vendiéndoselos a los moldak para que alimentaran a sus gusanos cavatúneles.

El negocio les funcionó durante años, hasta que tuvieron la mala suerte de aceptar en su institución a dos amigos. Duno tenía el don. Longo no. Ambos buscaron la forma de volverse a encontrar cuando les separaron y no tardaron en deducir el destino de los que estaban en la mina. En ese momento, el don de Duno se despertó, pero el niño era lo bastante listo como para mantenerlo en secreto... y utilizarlo contra los verdugos de su amigo.

Les pillaron cuando estaban a punto de escapar, claro, y mandaron a ambos a los moldak para que los gusanos se encargaran de ellos. Pero el don de Duno no era otro que proyectar lo que estaba viviendo en cualquier lugar que lo deseara. Y un niño tan listo no pudo sino elegir, como lugar de proyección, la plaza más concurrida de la ciudad más poblada del país.


Si los soldados llegaron o no a tiempo para salvar a los chiquillos de los gusanos es algo que nunca se sabrá. La versión oficial dice que no, pero yo quiero creer que sí, pero que tuvieron que fingir que habían muerto devorados para evitar venganzas. Porque sí, en teoría atraparon y ajusticiaron a los culpables, pero todos sabemos que esa clase de negocios tienen accionistas en la sombra, y seguro que no quedaron contentos por perder una fuente de ingresos tan lucrativa.

Sigue a @DeborahFMu

Relato de fantasía: La institución


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas