Revista Humor

Relato: La primera batalla

Por Déborah F. Muñoz @DeborahFMu

Este relato lo hice para un concurso de la Fundación Biblioteca de Ciencia y Artillería. De espadas sé mucho, pero de artillería poco y menos, así que era de esperar el resultado. Pero aun así me parece que el relato quedó muy chulo.

Todo está preparado, pronto empezará el combate. Esperan las órdenes en cualquier momento. Confía en que todo irá bien; sus mandos son grandes estrategas, y su armamento es muy superior al de sus enemigos. Pero ellos son conocidos por su crueldad y, en el fondo, tiene miedo de que algo salga mal y lleguen hasta ellos.

Santa Bárbara, virgen bendita, con tu espada vencedora protégeme de mis enemigos.

Aún recordaba el día en que se presentó en Segovia siendo un joven imberbe, con su certificado de nobleza y la cabeza llena de sueños de gloria. Entrar en la Academia fue todo un honor y sus primeros pasos en el Alcázar anticipaban un futuro brillante.
Su formación había sido dura, pero es bueno con los números y ha sido siempre de los mejores cuando realizaban las pruebas; apenas tenía fallos y dar en el blanco no tenía secretos para él.
No obstante, ahora que su primer combate es inminente, se pregunta si está preparado. No sería el primero que empieza a tener fallos bajo presión, y no duda que, en cuanto todo empiece, el caos de la batalla le afectará.
Lo tiene todo listo para la primera andanada, pero tiene que acertar en todas. No puede permitirse no hacerlo. Cada fallo podría costar la vida a alguno de los suyos. Cada fallo es una oportunidad del enemigo para sobreponerse y contraatacar.

Santa Bárbara, virgen bendita, con el poder del rayo, glorifica la boca de fuego de mi cañón y permite que salga victorioso.

Mira a los demás oficiales artilleros. Parecen relajados, decididos y tranquilos. Algunos de ellos incluso se permiten el lujo de bromear en un intento de descargar un poco de tensión. Pero sabe que las apariencias no tienen por qué significar nada. Él mismo, en apariencia, está tranquilo, aunque por dentro está hecho un manojo de nervios. Inspira y expira con lentitud, en un intento de relajarse.

Santa Bárbara, virgen bendita, con el cáliz y el vino mantén la fuerza de mi cuerpo y espíritu para la dura lucha y el combate.

Se empieza a ver movimiento entre las filas enemigas. ¿Se atreverán a atacar los primeros o esperarán? O quizás...
No tiene tiempo de pensar en nada más porque dan, por fin, la orden de atacar. De pronto, los nervios, el miedo y la tensión pasan a un segundo plano y los largos años de instrucción toman el control de su cuerpo.
Apuntar y hacer blanco.
La medallita de la virgen contra su pecho le da coraje en medio de la confusión.
Apuntar y hacer blanco.
No va a fallar porque no puede fallar, sus compañeros tampoco fallarán.
Apuntar y hacer blanco.
Apuntar y hacer blanco.

Santa Bárbara, virgen bendita, no me abandones nunca para que pueda defender mi fe y mi tierra.

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Relato: La primera batalla

Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia


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