Algo muy común se acentúa para mí en el caso de Henry James. Muchas veces insistimos en que cada libro tiene su momento y que una novela que aborreciste a los 20, puede encandilarte a los 30. Eso es cierto. Lo que pasa es que a mí, con Henry James, me pasa incluso entre la mañana y la noche de un mismo día. Hay momentos en los que estoy leyendo con una concentración absoluta y otros en los que me aburro. Eso también es cierto.Estoy en una hora de la mañana en la que le adoro. El último relato que he leído de esta recopilación (una de las pocas veces que no he leído un libro en orden) es el de Lo real y me ha dejado tan buen sabor de boca que sólo puedo calificar al escritor de genio.
Supongo que esta sensación de gusto/disgusto viene en parte por el hecho de que pienso, a partes iguales, que podría contar las cosas en un espacio mucho más reducido y, a la misma vez, que es el espacio exacto que necesitaban. No sé. Todo sea que os pongáis a leer su prosa para daros cuenta de que es algo parecido a esa persona en la que nunca te hubieras fijado, pero que poco a poco te va seduciendo hasta que se hace indispensable en tu vida. Algo así. De todas formas, no sé si decir esto en bajito, para mí que prolonga mucho los finales, aunque tendría que alzar la voz para decir que es un maestro creando perfiles de personajes. Al menos a mí me lo parece en este instante. Veamos qué pasa cuando llegue el medio día.
