Estos ejercicios de relajación son para después del entrenamiento, ya que previenen los dolores de espalda, sueltan la musculatura y relajan cuerpo y alma.
Nos arrodillamos sobre el suelo y bajamos los glúteos hacia los talones. Arqueamos la espalda y apoyamos el tórax sobre los muslos. La cabeza también está arqueada, apoyando la frente en el suelo. Los brazos y las piernas están relajados. Las palmas de las manos miran hacia arriba. Dejamos los hombros caídos, relajados, hacia delante. La columna vertebral dibuja un gran arco.
Inspiramos y espiramos uniformemente. Como la parte delantera de nuestro cuerpo está bloqueada, llevamos la respiración a la espalda, debajo de las costillas.
Dejamos todo el cuerpo relajado. Lo notamos y nos desprendemos de todas las tensiones. Simplemente nuestro cuerpo... Respiramos diez veces en esta posición, o tantas como creamos necesarias.
Atención: si tenemos problemas de rodilla este ejercicio no es aconsejable. Podemos sustituirlo por el de la esfera.