Autor: Domingo Villar
Título: La playa de los ahogados
Siruela Ediciones
Año de publicación: 2009
445 páginas
ISBN: 978-84-9841-129-4
Carvalho, Méndez, Bevilacqua, Petra Delicado, Ricardo Cupido...Son estos algunos de los personajes célebres de la novela negra española, investigadores, ya de índole privada, ya pertenecientes a diferentes cuerpos de seguridad que en solitario o formando pareja o equipo encabezan investigaciones. Y como pasa con los escritores españoles de este género literario la lista de nombres va ampliándose (véase la actual Amaia Salazar, por ejemplo).
Si en la anterior entrada publicada hacía mención a una nueva autora que había (afortunadamente) descubierto - y por ende una nueva personaje: la Comisaria María Ruíz- en la del día de hoy anoto no solo el nombre de otro autor a tener en cuenta en el panorama literario español, más conocido que Berna González Harbour, aunque con menor presencia en los medios respecto a otros escritores, pese a que cuenta en el escaparate literario con dos novelas) sino también el del personaje literario que encabeza la investigación pertinente en la novela. Se trata de Domingo Villar y su Leo Caldas.
Debo confesar que La playa de los ahogados no ha sido un descubrimiento actual, pues ya tuve la oportunidad de encontrarme con ella y de poder leerla años ha. Ahora, pasado el tiempo, he optado por volver a ella, por releerla.
Domingo Villar, autor gallego residente en Madrid que ha ejercido como guionista de televisión y cine, supuso en su momento un soplo de aire fresco en el género de la novela negra española y a toda aquella persona que buscaba nuevos horizontes literarios en este frente siempre recomendaba- y recomiendo- las dos novelas de este autor: Ojos de agua y La playa de los ahogados.
Las dos novelas que conforman la serie protagonizada por la pareja de policías Leo Caldas y Rafael Estévez está ambientadas en Galicia, territorio geográfico conocido por el autor, dado su origen. Una Galicia reflejada de manera real, cercana, con ciertos tópicos (el responder con una pregunta ante un mismo interrogante, por ejemplo) descritos literariamente con cierto humor, con deje crítico, aunque sin llegar a la parodia.
Como he apuntado Leo Caldas y Rafael Estévez son los dos policías protagonistas que encabezan la investigación policial sobre el caso que deben resolver, aunque el primero de ellos es quien tiene mayor fuerza, quien mayor peso tiene en la trama, como personaje. Ambos personajes son totalmente diferentes entre sí. Mientras que uno -Leo Caldas- se nos presenta como un inspector de policía de origen gallego, reservado, pausado, conocedor de las costumbres, de los tópicos que rodean al pueblo gallego; el otro - Rafael Estévez- es mucho más directo, más terco, más impaciente (se refleja cuando interroga o conversa con personajes de origen gallego y ve que las respuestas que recibe son preguntas o vagas observaciones).
Relacionado con el personaje de Leo Caldas merecen apuntarse tres aspectos de las que la novela da buena cuenta de ello:
- Amén de inspector de policía Leo Caldas, como tal, colabora en un programa radiofónico Patrulla en las ondas de una emisora local en el que trata de escuchar a los oyentes que llaman para emitir sus quejas y/o denuncias y ofrecerles consejo o soluciones a los problemas planteados. Su labor en la radio le hace conocido, algo que le desagrada en parte: en el transcurso de la investigación se encuentra personas a las que debe interrogar y que tras conocer el nombre del inspector le recuerdan su paso por el programa radiofónico.
- La figura del padre de Leo está presente en toda la novela, tanto directa (vida familiar especialmente) como indirectamente. En este último punto la figura de su padre sale a relucir ante determinados personajes de la novela. Leo Caldas debe convivir con este hecho en el transcurso de la investigación que está llevando a cabo.
- Como todo personaje relevante como investigador de novela negra también la vida sentimental está presente en esta novela. Conocemos la difícil relación que mantiene con una pareja que tuvo y que piensa que ha perdido, pese a los intentos de su padre de que restablezca la relación.
El hallazgo del cadáver de un marinero, vecino de un pueblo costero gallego, no suele ser una sorpresa para quienes se dedican al mar (en el sentido que el temporal en alta mar o los accidentes en determinados puntos y ante la realización de diferentes tareas relacionadas con la pesca se han cobrado numerosas vidas), pero sí un drama difícil de asumir. Y si ese cadáver aparece maniatado, como sucede en la novela y que da origen al caso que deben resolver los dos policías, la sorpresa es mayúscula.
A partir de este hecho y de las dudas que suponen el apuntar como suicidio la causa probable de la muerte del joven marinero entran en escena los dos policías, pareja investigadora que debe, amén de aclarar la muerte del marinero, investigar un suceso acaecido años atrás y que parece estar relacionado con el caso que tienen entre manos. Un suceso del que nadie desea hablar en el pueblo. Un suceso del pasado en el que los secretos abundan, en el que las mentiras de unos y otros tratan de borrar lo sucedido, de no pensar en un naufragio que generó controversia y problemas a quienes sobrevivieron.
Novela negra del panorama literario español a tener en cuenta porque la acción narrativa se nos presenta cercana (hay aspectos de lo cotidiano -el trabajo de la pesca desde que se captura hasta que pasa a ser comercializado para el gran público- , la vida en el pueblo- muy bien descritos), con un estilo sencillo, con una descripción de lugares y de personajes bien planteados.
Para los amantes del cine debo indicar que de esta novela existe una adaptación cinematográfica rodada en 2014 y dirigida por Gerardo Hierro y con Carmelo Gómez y Antonio Garrido entre el elenco de actores.