Datado en 1583. Se trata de una obra realizada en hierro fundido, cincelado y dorado con plata dorada y latón. Puede verse en la Galería de las Colecciones Reales, Madrid (España). De la información del propio Museo:
El reloj forma parte del importante conjunto de objetos mecánicos y científicos que llegó a reunir Felipe II y es obra del relojero flamenco Hans de Evalo, al servicio del Rey desde 1580 hasta su muerte. Se trata de uno de los primeros ejemplos de reloj nocturno fabricado en Europa. Con forma de custodia, posee una sola aguja de acero cincelada. El mecanismo, de tipo alemán, consta de platinas redondas, motor a resorte, de un día de cuerda, con tracción por caracol y escape de «folios» con regulador de oscilación. Alrededor se dispone el recipiente para el aceite que alimenta el candil.
Incluido en el inventario de bienes de Carlos II, el reloj fue enajenado de la colección real en fecha no determinada. Adquirido por un anticuario de Frankfurt, fue finalmente a parar a manos del barón Stumm, que había sido embajador en España, quien identifico su procedencia y se lo regaló a Alfonso XIII. El rey lo devolvió a El Escorial.
Dated 1583, this work is made of cast iron, chiseled and gilded with silver gilt and brass. It can be seen in the Gallery of Royal Collections, Madrid, Spain.
The clock is part of the important collection of mechanical and scientific objects that Philip II collected. It is the work of the Flemish clockmaker Hans de Evalo, who served the King from 1580 until his death. It is one of the first examples of a night clock made in Europe. Monstrance-shaped, it has a single chiseled steel hand. The German-style mechanism consists of round plates, a spring motor, a one-day winding, a snail drive, and a folio escapement with oscillation regulator. Surrounding it is the container for the oil that feeds the oil lamp.
Included in the inventory of Charles II’s property, the clock was removed from the royal collection at an unspecified date. Acquired by a Frankfurt antique dealer, it eventually ended up in the hands of Baron Stumm, who had been ambassador to Spain, who identified its provenance and presented it to Alfonso XIII. The king returned it to El Escorial.

