La humedad deterioró en pocos años (poco más de 100) la iglesia, que además resultaba pequeña, incómoda y fría; se propuso la construcción de una nueva, aunque se carecían de recursos propios. El convento consiguió en 1.722 que el matrimonio Del Olmo, vecinos de Tamajón, incluyera en su testamento la donación de todos sus bienes, a cambio de ser enterrados en la nueva iglesia, misas cantadas y responso perpetuo sobre sus sepulturas.
En 1.737, tras la muerte de los esposos, sus bienes donados fueron vendidos y el dinero dedicado al fin previsto. Para reducir costes, se contrataron los materiales por separado y del proyecto se encargó un fraile de la orden; se cree que fue fray Sebastian Martinez de Pastrana. La construcción, incluida una escalera a la sacristía, se contrató por 14.500 reales con Roque Pascual y Custodio Benito.
La iglesia era de una sola nave, con tres ventanas en el lateral, sillares en las esquinas y sillarejo en el resto, coronado por una pequeña cornisa. Sus medidas eran 15,8 x 12,8 x 6,12 mts de altura; un contrafuerte en cada lateral sugiere que estaba coronada por una cúpula y cubierta por una bóveda de cañón. Se cree que la portada era rectangular, de sillares, sobre la que se levantaba una breve espadaña.
La piedra fue sacada de la cantera de Tamajón, y trabajada por canteros de la tierra. Los fondos resultaron insuficientes y se acudió a limosnas, a la vez que se solicitó ayuda al Duque del Infantado (Señor de Tamajón) y al Concejo. Las obras finalizaron en 1.742 y la iglesia se inauguró el 9 de septiembre, con el boato que la ocasión requería.Así lo explica Aurelio García López en su libro Tamajón en la Edad Moderna (siglos XVI a XIX)
Lar-ami
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