Revista Libros

“Rendición” de Ray Loriga

Publicado el 19 octubre 2017 por Rt
Ray Loriga se alzó ganador del Premio Alfaguara de Novela 2017 con este libro distópico sobre el anhelo, la felicidad y las relaciones personales
“Rendición” de Ray LorigaUn matrimonio vive en un territorio en guerra. Sus dos hijos han partido al frente, pero a cambio, ha llegado Julio, un niño mudo que se queda con ellos. Las noticias que llegan son confusas y contradictorias y al final han de exiliarse a la ciudad transparente: un lugar paradisíaco donde todo el mundo tiene trabajo, todas las necesidades están satisfechas y la gente vive en un estado de permanente felicidad, a pesar de que las paredes y muros son de cristal y no existe la intimidad. Pero eso no parece importar, porque se trata de una ciudad perfecta. ¿O no?
Rendición(Editorial Alfaguara) es una novela escrita de manera impecable. Su lenguaje, llano y elevado a la vez, su voz cordial y su forma de narrar como si se tratara de un amigo, hace que este libro se lea con rapidez. Si bien tarda un poco en arrancar, al final engancha y emociona.
Sólo le veo una pega, y es que es de Ray Loriga. Yo comencé a leerle, como tantos otros de mi generación, con Héroes. Y lo que más me gustaba era aquella prosa anárquica, que hacía referencias a canciones de Janis Jolpin, David Bowie o Lou Reed. Me gustaba el sentido transgresor de sus páginas y el hecho de que no fuera una novela al uso, sino más bien una colección de recuerdos y vivencias. Ese punch que sí tienen otras obras suyas como Tokyo ya no nos quiere, Tríferoo La pistola de mi hermano. Y en Rendición noto esa falta del Ray Loriga más rebelde, de aquel que hacía virguerías con el lenguaje y nos contaba historias en apariencia sencillas, pero llenas de una profunda hondura.
Con esto no quiero decir que el libro no me haya gustado, pero tal vez, por ser el autor quien es, he echado de menos algún que otro golpe bajo más, si bien al final el libro remonta y consigue emocionarnos. Pero se echan en falta algunas de esas metáforas brillantes que le convirtieron en un narrador tan bueno. Es un estilo algo más lacónico, de madurez. Echamos en falta las canciones de Dylan.

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