Las tropas de la Wehrmacht habían ocupado Francia en mayo de 1940 e inmediatamente se pusieron a realizar un censo de la población, principalmente para tener localizados a los judíos franceses y poder enviarlos a los campos de concentración como ya habían hecho en el resto de los países europeos según los iban ocupando.
Para realizar el censo, recurrieron al Departamento de Demografía del gobierno colaboracionista francés de Vichy, en la que trabajaba nuestro protagonista, René Carmille. El conteo se realizaba mediante unas máquinas alemanas fabricadas por una empresa filial de la compañía norteamericana IBM (International Business Machines), fundada en 1911, a través de unas tarjetas perforadoras que incluían todos los datos importantes de filiación de los ciudadanos franceses. Carmille era un experto en la computación con tarjetas perforadas, así que fue puesto al mando de las operaciones tras ser enviado a Alemania a familiarizarse con las maquinas alemanas, creadas en Estados Unidos en el siglo XIX por Herman Hollerith, que junto a otros empresarios fundan IBM a comienzos del siglo XX.
El gobierno de Vichy, para el que trabaja, desconoce que René Carmille forma parte de una red de la Resistencia llamada "Marco Polo" que hacía las funciones de servicio secreto. Carmille se halla en una posición ideal. Puede aprovechar el censo para combatir a los nazis. Carmille sospecha acertadamente, que la elaboración del censo oculta macabras intenciones por parte de las fuerzas de ocupación. Dos de los datos que se deben incluir en las tarjetas son la religión y la raza del ciudadano, unos datos que son incluidos a petición de los nazis.
Durante más de dos años, Carmille y varios de los miembros de su equipo se dedicaron a "hackear" las tarjetas alterando u omitiendo los datos de filiación de los judíos, lo que complicaba de manera sustancial la tarea de las SS o la Gestapo de localizarlos para deportarlos a los campos de concentración. Los nazis con el tiempo comenzaron a sospechar que tantos errores no eran fortuitos y finalmente dieron con el principal responsable, René Carmille. A comienzos de 1944 la Gestapo en Lyon lo detiene y el mismísimo "Carnicero de Lyon", Klaus Barbie, lo tortura durante varios días para que confesara los nombres de sus colaboradores en el complot y el método utilizado para "hackear" las máquinas del censo. A pesar de la tortura a la que fue sometido, jamás delató a sus colaboradores y asumió toda la responsabilidad. Finalmente fue deportado al campo de concentración de Dachau, donde moriría a causa del tifus a primeros de 1945, unos pocos meses antes de su liberación por las tropas norteamericanas.
Se desconoce la cifra exacta de vidas que salvaron René Carmille y sus colaboradores pero apenas se llegó a deportar a una cuarta parte de los judíos de Francia. Su trabajo también evitó el envío de un buen número de trabajadores forzosos a la industria alemana y ayudo a organizar la Resistencia francesa en Argelia.
Para saber más:
IBM y el Holocausto de Edwin Black
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