Revista Ciencia
Réplicas romanas para museografía y didáctica.
Fragmento de sarcófago romano procedente de
La Alcudia de Elche, hoy en el Museo Arqueológico Nacional.
Presento una serie de objetos recreados de la cultura material romana. En unos casos son réplicas, en otros, objetos inspirados en las formas y estilo romanos. Al realizar reproducciones arqueológicas es importante saber cuál es la finalidad a que se destinan. Pueden obtenerse distintos grados de fidelidad en cuanto a materiales, forma, técnica de ejecución y acabados. Su destino orientará la mayor o menor calidad, en términos de fidelidad de la copia u objeto recreado, pues no es lo mismo realizar una réplica para sustituir un original en una exposición museística que, por ejemplo, utilizarla con fines didácticos, o, sencillamente, como un objeto decorativo que colocar en una librería.
Larario realizado con materiales distintos de los orignales. La figura es de bronce a la cera perdida.
Cerámica romana a la barbotina, Museo de Córdoba.
Hoy se ha venido produciendo una progresiva demanda de réplicas de materiales arqueológicos para distintos fines relacionados con el ámbito cultural. A veces es una recreación museográfica de un ambiente, como una cocina o un triclinium romanos, por ejemplo, o el interior de una cabaña de la edad del bronce. Estas ambientaciones temáticas persiguen una finalidad didáctica y de difusión del patrimonio cultural, y a menudo no es posible su realización con materiales originales: sea por su dispersión en distintos museos, sea por su ubicación bajo otros criterios expositivos en el mismo museo, sea por su valor y fragilidad, su accesibilidad al público, a veces excursiones escolares,... entonces resulta conveniente, o incluso obligado, trabajar con réplicas de objetos.
Jarro de cerámica común romana de cocina.
Por fortuna, el grado de mecanización industrial de este tipo de productos es muy escaso a la fecha,a pesar de las impresoras en tres dimensiones, resultando más versátil, fiel y económica su realización artesanal con los materiales originales.
Espejo de bronce romano, agujas de hueso y denarios de plata.
Otro ámbito donde se presenta esta demanda de reproducciones de objetos arqueológicos es la filmación de documentales, películas, series... son complementos de atrezzo que darán un valor añadido a la fidelidad histórica del producto. En el ámbito de la infografía y el diseño a veces son útiles también. En todo caso, es la difusión cultural el objetivo más perseguido por instituciones y entidades culturales privadas.
Lucerna romana y semises de la ceca de Illice en bronce.
El acabado de las piezas puede ser como en uso, es decir, como debieron estar en su día, o tal como pueden hallarse en un yacimiento arqueológico, restauradas o no. Desde una tumba con su ajuar hasta la visualización de una dependencia de un hábitat arqueológico, el gran público accede a través de estos humildes objetos a una comprensión clara y directa de su uso y finalidad, permitiendo la difusión y puesta en valor de recursos patrimoniales, objetivo prioritario de la tarea arqueológica.
Modelado de un gladiador en terracota hallado en Baelo Claudia.
Tituli picti sobre el cuello de un ánfora.
Los talleres didácticos son un complemento cada día más presente en los museos, pues aportan una experiencia viva de relación con un contexto cultural gracias a los objetos que lo definen. Un taller de escritura, de acuñación de moneda, un proceso de producción de cerámica, técnicas de decoración sobre vasos, talla lítica, etc. son una forma segura y sencilla de formar personas interesadas, cuando no enamoradas, en arqueología e historia.
Recreación de ambientes, con mobiliario y objetos propios del mismo.
Triclinium de la Casa de la Fortuna, Cartagena.
Pátina verde consolidada de un sextercio altoimperial.
Los acabados suelen ser un elemento del proceso técnico de copia o imitación que determinan la calidad final del producto. A menudo dificultosos de lograr, a menudo celosamente guardados por algunos artesanos especializados, que han accedido a ellos tras sucesivas y lentas experimentaciones.
Unguentarios y balsamarios en terracota. Distintos
colores de barro, infinidad de pequeñas diferencias formales.
Copa de vidrio soplado romana. Reproducción.
A la reproducción de objetos se aplican los materiales y técnicas originales, en la medida de lo posible: toréutica, eboraria, forja, talla de madera, torno alfarero o modelado manual de la cerámica, fundido a la arena o a la cera perdida, repujado, coroplastia... y cada una de estas técnicas con su singularidad a la hora de decorar: pintura, patinado artificial, grabado, esmaltado... El vidrio y los trabajos finos en metal son especialmente complicados por la casi inexistencia de artesanos especializados en estas técnicas.
Envejecido de un balsamario de vidrio soplado.
Anfora en el interior de un horno.
Prendas femeninas romanas usadas en las termas y el gimnasio.
Equipo del usuario de los baños: strigillum, subligar, soleae balneare.
Otro campo para estos objetos es la arqueología experimental, entendida como recreación de los procesos técnicos con el fin de obtener el conocimiento científico de los mismos. Es una rama reservada a especialistas, y muy a menudo se hace necesaria como complemento empírico de los conocimientos que se tienen sobre los objetos, añadiendo información sobre su forma de fabricarlos, su uso... Su mayor implantación es en Prehistoria.
Urnas cinerarias en su ubicación original. Necrópolis de Carmona.
Recreación de un columbario romano en el antiguo arqueológico de Córdoba.
Los Centros de Interpretación son un recurso de difusión del Patrimonio necesario para poner en valor tanto yacimientos arqueológicos como determinados ámbitos o entornos de especial relevancia o singularidad histórica, ecológica, o temática. La comprensión de esos entornos conlleva la fácil visualización del conjunto (mapas, fotografía aérea, maquetas...), a través de objetos relacionados con la actividad, de recreaciones museográficas de espacios y tareas, como por ejemplo una instalación apícola, vinícola, el funcionamiento de una almadraba o el interior de una mina. Son lugares cuyo aprovechamiento humano suele ser muy antiguo, por lo que el relato histórico, su evolución, se hace comprensible a través de su tematización arqueológica o histórica. Las réplicas son una valiosa ayuda para la comprensión por parte del público visitante.
Réplicas museográficas: ajuar cosmético romano.
Agujas de bronce y hueso, osculatorio, lucerna,
unguentarios, vasitos de alabastro.
Réplica de pintura romana de Fayum donde se
aprecia el tocado y la joyería.
Pintura al óleo sobre tabla. Personaje romano de Egipto.
Moneda de Maximianus. Bronce a partir de medallón áureo.
Existen en el mercado numerosas copias de monedas antiguas replicadas por microfusión. Menos comunes son las acuñadas. Es un elemento que tiene varias peculiaridades. Una vez obtenido el molde de una pieza es sencillo y relativamente económico obtener una réplica de calidad. Esto ha beneficiado un mercado de falsificaciones, si la moneda reviste algún interés numismático y está bien conservada. Sin embargo, obtener una sola réplica de una pieza sin contar con la moneda original es un proceso largo y costoso y los resultados de escasa calidad. En algunos foros especializados existen listados de las réplicas conocidas y su procedencia para orientación de coleccionistas.
Falsificaciones de nummi bajoimperiales.
Lucerna de La Alcudia de Elche. El vidriado, una rareza.
Los pequeños objetos en terracota son frecuentes en el mercado de las reproducciones. Uno de los más abundantes son las lucernas, al realizarse mediante moldes bivalvos. Incluso hay colecciones de réplicas antiguas realizadas en los museos arqueológicos.
Ajuar funerario femenino romano.
Terracota romana. itálica, Museo de Sevilla.
La abundancia de elementos de ajuar funerario en cualquier excavación arqueológica de espacios de hábitat hace que su presencia en los museos sea numerosa. La repetición de objetos con formas similares y técnica idéntica en cualquier punto del imperio, consecuencia de la omnipresencia de la cultura romana y de la fluidez del comercio, ha convertido muchos de estos objetos en identificadores de lo netamente romano, muy representativos. los unguentarios fusiformas, las pequeñas figuritas femeninas de complicados tocados, las agujas de hueso o los unguentarios de vidrio son a menudo solicitados para ambientaciones museográficas.
Parte de la fantástica colección de vidrios romanos hallados en la necrópolis de Riotinto. Museo de Riotinto. Urna cineraria en lámina de plomo. Museo de Cartagena.
Urna cineraria en piedra. Lacrimatorio de vidrio.Necrópolis de Carmona.
Balsamario en forma de dátil. Vidrio moldeado con nódulo. Presenta una inimitable iridiscencia por descomposición de los álcalis del vidrio.
La musivaria y la pintura parietal son elementos característicos de la ambientación de grandes villae.
Personaje romano en un mosaico, Museo de Cuenca.
Pinturas al fresco de la Casa de la Fortuna. Cartagena.
Réplicas de unguentarios y lucernas de época bajoimperial.
Los conjuntos de elementos de una determinada cronología ayudan a comprender las variaciones más sustanciales de la cultura material en términos de evolución. En la foto, presencia de elementos cristianos en las lucernas.
Medallón del siglo IV.
Amonedación bajoimperial.
Desde el interior de una tumba hipogea. Necrópolis de Carmo.
Mi deseo de que disfrute en cada viaje de la visita a yacimientos y museos que, si ha tenido la curiosidad de seguir esta entrada, seguro lo hará.