A continuación os ofrecemos un pequeño reportaje, fotográfico sobre todo, de la bodega CHOZAS CARRASCAL, ubicada en San Antonio de Requena, Valencia y perteneciente a la denominación de origen “Utiel-Requena”.Comenzaremos diciendo que, en sus orígenes, esta era un bodega modesta, familiar y cuya casa principal y única, en las fotos la que tiene el tejado de teja vieja, data de 1.870. Hoy en día es una bodega moderna que utiliza sistemas modernos para la transformación pero guardando la tradición en los procesos más importantes que le dan a los vinos y cavas de CHOZAS CARRASCAL su característico sabor y equilibrio.
El viñedo de CHOZAS CARRASCAL se compone de unas 33 hectáreas el cual está cubierto con uvas de diversas variedades para poder crear los diversos vinos que comercializan. De estos viñedos se pueden extraer hasta 300.000 kilos de uva, entre todas las variedades, cantidad que, aun no siendo un volumen especialmente grande, les es suficiente para cubrir las necesidades del mercado al que se dirigen pues además de vender sus vinos y cavas en España a través de El Corte Inglés, los exportan a mercados descubridores del caldo en cuestión como ciertos países de Europa, China o Brasil y en menor cantidad pero con claras intenciones de crecimiento en Canadá y Sudáfrica.Las variedades con las que trabajan van desde la típica bobal, la más tradicional de la zona y pasando por Tempranillo, Merlot, Cabernet e incluso Chardonnay y Sauvignon, entre otras menos conocidas, al menos en España.
La visita guiada comienza cuando todos los visitantes están en el cubículo en donde nos dan cita. En este cubículo se aprecia, en primer lugar, una gran estantería con botellas emblemáticas de la bodega, bibliografía relativa al vino, etc., además de tres grandes cuadros conteniendo, en tarros de vidrio, lo que representa los diversos aromas que se pueden encontrar en la degustación de un buen vino. También podemos encontrar unas vitrinas con una pequeña colección de etiquetas de vinos de la denominación de origen Utiel-Requena.
Un simpático guía, buen conocedor de la materia, nos invita a iniciar la visita con un paseo por los viñedos y empezando por apreciar las distintas variedades, las características de éstas, los emparrados, las diferencias entre cepas emparradas y no emparradas y las ventajas y desventajas de ello, el porqué de las rosas al principio de cada larga fila de cepas, etc., etc., etc. Este grato paseo entre viñedos, es evidente, dependerá de la época, pues en pleno verano no podemos estar mucho tiempo fuera ya que el sol golpea con rabia.____________________________________ O __________________________________
Tras este paseo exterior comenzamos la visita por la bodega propiamente dicha. Iniciamos la ruta interior por las salas de fermentación. Para este proceso del vino, tanto para el blanco como para el tinto, nos enseñan los depósitos en los que introducen el mosto. Estos grandes depósitos están hechos de hormigón armado y cuando surge la pregunta típica de ¿por qué en hormigón y no en acero? La respuesta resulta evidente: el hormigón, aunque de forma microscópica, dota al depósito de cierta aireación muy beneficiosa para la fermentación del vino. Estos depósitos los utilizan para los vinos de pago, los más caros, para poder sacar el mejor partido de ellos desde el primer proceso químico natural del mosto como es la fermentación. En la foto se aprecian esos depósitos en forma piramidal. Para la fermentación de los cavas se utilizan depósitos construidos con el mismo sistema, de hormigón, pero con una forma diferente, de huevo, ideal para el gas emitido campe con gracia. El proceso se explica perfectamente en la visita que recomendamos a todas luces si se visita la zona.
_____________________________________ O _________________________________Una vez vistos los depósitos de fermentación y hablar largo y tendido del proceso atendiendo el guía a todas nuestras dudas al respecto, pasamos a la zona de barricas, la parte nueva, construida bajo tierra con paredes de hormigón prefabricado cuya temperatura se mantiene estable durante todo el año. Al final de la visita nos mostrarán también la antigua bodega, una cava excavada bajo tierra en el siglo XIX y con los rastros añejos de una larga tradición e historia marcada para siempre en sus paredes rocosas y en el olor que perdurará, seguro, muchos años más. En la sala de barricas vemos las diferentes barricas de que disponen para los vinos a los que están destinadas, el proceso de envejecimiento del vino, el porqué de roble francés y no americano, por ejemplo, etc. La explicación a esta última cuestión que comentamos es debido a que los anillos del roble americano están más separados debido a que crecen más rápido y a consecuencia de ello la estanqueidad, así como la dureza del roble, es inferior al del roble francés que crece más despacio, la separación de anillos es menor y por ello resulta más rígido y estanco. También se habla en la sala de barricas de la limpieza de éstas pues es curioso el sistema de limpieza y mantenimiento.
Sobre esto comentar que para desinfectar la barrica, ni se nos ocurra echarle lejía ni ningún desinfectante parecido, todo tiene que ser con productos no químicos y para ello, esa desinfección, se hace con unas mechas azufre mineral que se queman dentro de la barrica, con el tapón puesto. El humo producido por estas mechas es el que produce la desinfección. Cualquier otro sistema puede ser nocivo para la barrica. Añadimos además dos fotos en las que se observan las botellas de cava en su descanso de 25 meses y antes del degüelle que, como recordaréis, es quitarle la chapa a la botella, quitarle los últimos posos y se le pone el tapón definitivo.
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Después de visitar la sala de barricas, nos mostraron las máquinas que utilizan para llenar las botellas con el caldo correspondiente, la taponadora y la máquina que pega las pegatinas. Tras esta última se enlaza la máquina que desplaza las botellas ya preparadas para su distribución, hasta donde están las personas que las meten en la caja lo cual sí es un proceso manual. Esta bodega es relativamente pequeña pues embotella unas 200.000 botellas al año de vino y otras tantas de cava. Posteriormente nos mostraron las máquinas que utilizan para el cava la cual también es una cadena de máquinas de las cuales, la de etiquetas es similar. Sin embargo hay dos máquinas previas para el cava que consisten en la congeladora del desecho del cava acumulado en la boca de la botella para evitar así que se mezcle con el líquido y que, además, hace el degüello, es decir, quitarle la chapa que lleva desde el principio para que tire con esa presión el desecho congelado. Después se le añade un poco de alcohol de expedición y por fin se le pone el tapón de corcho definitivo que todos conocemos. Tras esto se le pone la etiqueta y lista para su distribución.____________________________________ O __________________________________
Una vez vista las máquinas de embotellado, etiquetado y taponado, etc., el guía nos lleva a ver como quedó la antigua bodega, después de una profunda restauración, como casa particular en la que se han conservado, inteligentemente, el suelo original de 1.870 y las vigas del techo de troncos tratados y decorados con escayola tapando el típico cañizo con el que se hacían los tejados antaño. Esta parte, aunque no vinculada directamente con la creación de los vinos, es una parte bastante agradable y bonita a la vista pues está todo muy bien arreglado y para los lugareños, aquella casa, ahora reformada, queda como recuerdo perdurable en el tiempo gracias a los dueños de CHOZAS CARRASCAL y todos los que allí trabajan cuidando con esmero hasta el último detalle.
___________________________________ O ___________________________________Por último pero no por ello menos importante, de hecho, en nuestra opinión, es de lo más importante, llega la esperada cata, la demostración de un buen trabajo realizado y la recopilación definitiva de todo aquello que el guía, muy profesional, fue comentándonos y enseñándonos a los visitantes en aquel apasionante recorrido por una de las bodegas más emblemáticas de la comarca por su antigüedad, tradición y eficiente expansión de la marca España por los cinco continentes. La cata tuvo lugar en un apartado adaptado para ello, junto a la tienda en la que se pueden comprar todos los productos de la marca. A nuestra llegada observamos que la mesa de catas está preparada con un ligero picoteo compuesto por papas fritas, aceitunas sin hueso, cacaos y unos trozos de chocolate sin leche, puro, para mezclar con el vino tinto degustado y comprobar la cantidad de matices que suma este dulce a los que ya, de por sí, ofrece el propio vino. En esa cata nos dan a elegir entre los distintos vinos y cavas de la bodega y tras llegar a un consenso entre todos los que formábamos el grupo visitante, decidimos que haríamos la cata de un tinto gran reserva, un blanco de reserva y un cava Brut Nature. Sumado a estos caldos el guía también nos dio a degustar un producto nuevo de la bodega, era la primera cosecha de un aceite virgen extra muy fino, con cuerpo, aromático y muy suave. Por último, no puedo dejar de comentar que además han sacado a la venta una gama de productos cosméticos aprovechando las inmensas propiedades que tiene la uva, sobre todo la piel.
En definitiva, la visita a la bodega CHOZAS CARRASCAL la consideramos un éxito en todos sus ámbitos: bien organizada, ordenada en función de los procesos, y muy bien explicada. Una visita que todo aquel que pase por la comarca no se debe de perder pues es parte de la cultura de la misma arraigada en lo más profundo de sus gentes, acostumbrados desde tiempos lejanos a convivir con la uva y las costumbres que envuelven al vino.
Web: www.chozascarrascal.es
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