Es increíble que el Consejo de Ministros haya concedido autorización a la empresa Repsol para realizar prospecciones petrolíferas en Canarias; es otra de esas grandes locuras de este mundo al revés en el que vivimos.
Estas operaciones en el lecho marino a unos 3.500 m de profundidad y a unos escasos 60 km de las costas de Lanzarote y Fuerteventura, amenazarían seriamente al medio ambiente y pondrían en peligro el alto valor ecológico de la zona ante el elevado riesgo de contaminación, de accidentes y de incremento de la actividad sísmica en una Comunidad Autónoma fuertemente dependiente del sector turístico.
El Ministro de Industria, Energía y Turismo utiliza una doble vara de medir, al negar las exploraciones en el Mediterráneo por poner en peligro el turismo de Baleares y Valencia, pero autorizarlas en Canarias. Donde Repsol ha llegado, ninguna de las poblaciones se ha visto beneficiada, muy al contrario, los perjuicios que lleva esta compañía van más allá del vertido de hidrocarburos generando mucho daño a las poblaciones y los espacios donde actúa.
Esperemos que las movilizaciones ciudadanas en contra de las prospecciones de este próximo día 24 de marzo tengan algún efecto ante la voracidad y el deseo de enriquecimiento de nuestros gobernantes.
Canarias dispone de más sol, más viento y mar que ninguna otra región de Europa, lo que debería garantizar la autosuficiencia energética y la no dependencia. Las energías renovables y limpias son la solución, y no los peligrosos hidrocarburos de toda la vida. En fin, que votar al PP trae muchas ventajas, como las de tener petróleo, aunque sea en una reserva de la biosfera .