La extraña criatura, bautizada como 'Bunostegos akokanensis', pertenece a la familia de los pareiasáuridos, grandes herbívoros que vivieron su apogeo durante el Pérmico medio y superior (hace entre 266 y 252 millones de años) y que, según creen algunos investigadores, serían parientes de las tortugas actuales.
Buena parte de los fósiles de pareiasáuridos se han encontrado en Sudáfrica pero también los han hallado en Marruecos ('Arganaceras'), Escocia ('Elginia'), Alemania ('Parasaurus') o Rusia ('Deltavjatia', 'Scutosaurus' y 'Orbirkovia').
"Hasta ahora, 'Bunostegos akokanensis' es el único pareiasáurido encontrado en Níger", precisa a ELMUNDO.es Linda Tsuji, autora principal e investigadora del Museo Burke de la Universidad de Washington (en Seattle, EEUU). Según detalla, un adulto de esta especie "debía pesar unos 272 kilogramos".
"Bunostegos fue descrito y bautizado con ese nombre en 2003 a partir de los fósiles que se encontraron en el año 2000. Sin embargo, en otras expediciones realizadas en 2003 y 2006 se recuperó nuevo material, que estaba mejor conservado, y que es el que se ha utilizado en esta investigación", explica la paleontóloga. En concreto, el estudio se ha centrado en el análisis de los restos de los cráneos de tres ejemplares, los mejor conservados, más fósiles de otros cinco individuos.
Una cabeza bulbosa muy pequeña
Los fósiles que han sido desenterrados en los últimos años en diversos lugares del mundo han revelado que los pareiasáuridos podían llegar a medir hasta tres metros de longitud y a pesar más de media tonelada. Pese a su gran tamaño, su cabeza era proporcionalmente muy pequeña y solía estar recubierta de bultos.Sin embargo, ninguno de los bultos o protuberancias que se habían visto hasta ahora eran tan grandes como los que tenía 'Bunostegos'. Según aseguran los investigadores, los bultos de su cabeza son los más grandes que se habían visto hasta ahora en esta familia de animales.
Dicen los autores que a primera vista, las características morfológicas de 'Bunostegos' sugieren que era un pareiasáurido avanzado, pero también tiene muchos rasgos primitivos que lo acercan más a los pareiasáuridos más antiguos. Por ello, concluyen que su cabeza bulbosa fue el resultado de una evolución convergente y que su linaje genealógico ha estado aislado durante millones de años. Pero ¿cómo se aísla a una población de reptiles del tamaño de una vaca?, se preguntan en el estudio. El clima, sugieren, fue la causa que permitió que tanto los pareiasáuridos como otros reptiles, anfibios y plantas, permanecieran aislados durante millones de años.
Un desierto en el Pérmico
Y es que una de las partes más interesantes de este estudio no se centra en el animal en sí, sino en el hostil ecosistema en el que vivía, muy diferente al resto del supercontinente Pangea. Según los autores, en la zona central del supercontinente Pangea (se cree que durante esa etapa geológica la Tierra estaba dominada por un único continente) había un desierto climáticamente aislado y con una fauna característica."Nuestro trabajo respalda la teoría de que el centro de Pangea estaba aislado climatológicamente, permitiendo a una fauna única que persistiera hasta el Pérmico superior", señala Christian Sidor, coautor del estudio.
'Bunostegos' sería uno de los habitantes de este inhóspito desierto. Debía ser extremadamente seco y sus habitantes muy resistentes para sobrevivir.¿Y cómo sobrevivía un herbívoro en un entorno tan seco? "Los fósiles de plantas son muy raros en la formación Moradi de Níger, y no se han encontrado junto a fósiles de vertebrados. Sabemos que las plantas eran más abundantes en el norte que el sur de Pangea. Probablemente había una estación más húmeda y, a pesar de que no tenemos muchos fósiles de plantas, debía haberlas en cantidad suficiente para abastecer a poblaciones de herbívoros de gran tamaño como Bunostegos", argumenta Linda Tsuji.
La zona de Níger en la que estaba enterrado 'Bunostegos' ha sido muy poco explorada así que los paleontólogos tienen la esperanza de que, a medida que se lleven a cabo más excavaciones, salgan a la luz nuevas criaturas que sobrevivieron a las duras condiciones climatológicas que aquí se dieron durante el Pérmico.
Fuente: elmundo CIENCIA-2