Revista Cultura y Ocio

Reseña #126: Sirens. Sólo el amor forja la leyenda

Publicado el 18 agosto 2018 por Alaluzdelasvelas


Reseña #126:

Sirens. Sólo el amor forja la leyenda
 ¡Hola, hola, hola!
 Ya casi se nos ha ido agosto. Lo sé, sólo estamos a día 18 pero… ¡queda nada para septiembre! Decidme (escribidme), ¿estáis listas y listos para la vuelta la rutina?, ¿tenéis planes para esta segunda quincena de mes?, ¿qué tal están siendo, o han sido, vuestras vacaciones?  Yo la verdad es que no tengo mucho que contaros. En realidad, creo que está siendo un verano bastante tranquilo. Pero no tengo ganas de escribiros sobre mi verano de monotonía y bla-bla-bla. A fin de cuentas, estamos aquí para pasar un buen rato, ¿no? ¿Y qué mejor manera de hacerlo que recomendándoos un libro que, la verdad, tenía muchísimas pero muchísimas ganas de leer? ¡Dentro reseña!
Ficha técnicaReseña #126: Sirens. Sólo el amor forja la leyenda
Título:(Sirens1) Sólo el amor forja la leyenda Autores:Lena Valenti y Valen Bailon Editorial:Editorial Vanir Número de páginas: 450 ISBN:9788494704789 Preció libro físico: 21,90€ Precio formato electrónico:4,99€ 
Sinopsis Dicen que hay muchos mundos en este, pero nunca nadie los ha visto. Ahora, las puertas ocultas se abren para que ellos se den a conocer, estén los humanos preparados o no. Y no lo están, porque nadie está preparado para algo así. El mundo Sirens está repleto de amor, sensualidad, aventura, sexo, violencia, sangre, magia y leyendas... Leyendas de esas que se graban en la piel y se convierten en eternas. Bienvenidos a Sirens.Mi opinión

 Me pilláis en blanco. Tanto es así que, al empezar a escribir esta reseña, no tengo ni idea de qué nota le voy a dar a la primera entrega de la saga Sirens. Por empezar de algún modo, os diré que recuperamos la fórmula de Vanir. Una fórmula que funciona, no creáis; y es que Lena Valenti nos sorprende con una nueva saga de fantasía, llena de esos elementos que hacen que una abra mucho los ojos, se eche unas risas y, ¡qué narices!, sonría como una tonta. Sí, aquí una servidora ha acabado con la patata a punto de petar y una sonrisa muy pero que muy tonta en la cara.  Creo que es importante advertiros sobre algo: las primeras cuarenta páginas– más o menos – son algo así como un gran prólogo. La historia de cómo nuestros protagonistas llegan a dónde llegan. Cora, una niña que sufre alucinaciones y ataques epilépticos por un lado; y Evia e Ethan por otro.Estos dos últimos son niños que pasan buena parte de su infancia en un orfanato de Chicago, el Lostsoul– qué bromita de mal gusto el nombre, ¿verdad? –. El caso es que las primeras páginas, aunque no me resultaron pesadas, me provocaron un cosquilleo de miedo. Me explico. Como sabréis, soy una fiel defensora de los libros publicados por Lena Valenti. Ahora bien, no negaré que en la saga Amos y mazmorrastuvo un par de patinazos que a mí, la verdad, me sentaron francamente mal – prueba de ello es lo mucho que me molestó la quinta entrega de la saga -. Llegué a pensar que todo el libro sería algo así como una crónica de acontecimientos pasados. Pero no lo fue.
 Después de ese arranque, nos metemos de lleno en la vida de Cora, ahora ya adulta. El caso es que nuestra chica, la misma que hablaba con “su abuela” a través de los espejos; está en Chicago para evitar un suicidio. Sí, tal cual. Desde los quince años, sueña noche sí noche también con un chico, uno que ha decidido poner fin a su vida. Pero ella no se lo va a permitir. Ni de broma. Ethan está pasando un mal momento. Desde la muerte de Evia no sabe qué hacer con su vida, ¡y de eso ya hace más de diez años! Sí, adora a sus hermanos del Lostsoul: Devil – os juro que adoro a este tío -, Lex y Sin. Pero está vacío. ¿Y qué mejor día para morir que uno después de su cumpleaños?
 He leído muchas reseñas negativas de la obra. Reseñas que señalan faltas de ortografía, de puntuación y de personajes. Reseñas que, la verdad, me dejaron con muy mal sabor de boca y unos remordimientos muy bestias por haber pagado por el libro. ¿Pues sabéis qué? Que a mí me ha gustado. Y mucho. No sé dónde estarán ese sinfín de faltas de ortografía, porque quitando unas tres o cuatro, no he visto ninguna. Será que yo soy muy tonta. Sobre los personajes… Lo de siempre. Sin sorpresas. Y eso está bien, ojo. Como comentaba, hablamos ya de “fórmulas”; algo normal si tenemos en cuenta la de libros que ha escrito esta mujer. En mi cabeza la analogía era tal que: Caleb McKenna – Lion – Axel – Ethan. Y puede que tenga también un poco del temperamento de Ardan y Adam. Si queréis un consejo: no leáis el libro si habéis odiado otras entregas de la autora. No os sale a cuentas y, la verdad, no veo qué morbo tiene coger un libro que de salida se sabe que no va a gustar.
 Volviendo a la trama, que es lo que me ocupa, la noche del cumpleaños de Ethan se sale un poco de madre. Nuestro chico, que tiene dos hostias, confunde a Cora con una prostituta. Así, sin florituras. Imaginaos la cara que se le queda a la pobre cuando, por la mañana, se encuentra tres mil dólares en billetes de cien. Y el chico desaparecido. De película de miedo. Pero esperad, que hay más. Cómo no puede ser de otro modo, Ethan resulta ser no sólo un gilipollas, sino también un tío con un serio problema de control de impulso.¿Qué algo no le gusta? Pues muerde, sin piedad. Dentelladas van, dentelladas vienen. Hasta que salga sangre. Y luego aderezamos con un poco de sal, para que la herida se quede bien abierta.  Como ya me conocéis – y las personas que no, ahora entenderéis qué quiero decir -, no me voy a andar con florituras: Ethan y Cora follan. Sin más. Se usan el uno a la otra, la otra al uno. El problema es de matiz. Cora se ha montado una película en la que “el tío de sus sueños” puede ser “el amor de su vida”; pero la realidad es que Ethan entregó su corazón a una chica que, desgraciadamente, lleva demasiados años muerta. Corazas. El clásico de Valenti. Corazas, empatía, sexo y comentarios destructivos.
 Después de frustrar el intento de suicidio de Ethan– lo hace Morgan, un hombre de la Sociedad Mur -; Cora, Arnorld – abuelo de Cora – y nuestro pequeño capullo se encuentran en una sala de reuniones. Aquí es donde empieza la fiesta. La fiesta de los horrores, para más señas. Comentarios que buscan acertar en diana, miradas acusatorias y rencor a patadas. Eso y amenazas. De todo, amigas y amigos, de todo. Aquí no se libra ni Dios. Y, la verdad, no es para menos.Muy gore tiene que ser que te digan, a pelo, que en realidad hay otro mundo del que te han robado, ¿no creéis?
 Me gusta cómo Valenti maneja las realidades alternativas. Debutó muy bien en la saga Vanir, con todo el movidón de los nórdicos; y vuelve a debutar con maestría en este mundo de la jodida Atlántida. Sí, sí, esto viene sin anestesia. Dad gracias que al menos yo tengo la decencia de avisaros, porque a mí casi me da un puto colapso.  Como no os puedo contar nada más sin destripar la historia al completo, quiero hacer un par de incisos. Me gusta ser sincera con vosotras y vosotros, y por eso os diré que, por mucho que me duela, ha habido un par de comentarios machistas que me han tocado lo que viene siendo el mondongo. Hablo de cuando Devil e Ethan están pensando si saltar o no y sueltan perlas como “no, guapa, salta tú”, “no seas maricona”, etc. No me gusta. No me gusta nada. Eso sobra y es denigrante, tanto para nosotras como mujeres como para el colectivo LGTB+. Lo siento, Valenti, pero así no, joder, así no. A parte de esto, un par de comentarios estereotipados más. El resto bien, palabrita.

 Y ahora, bienvenidas y bienvenidos a la Zona Spoiler


 Me encanta cuando los protagonistas tienen que hincar las rodillas en el suelo y suplicar perdón. Me encanta que se las destrocen, que se las llenen de sangre. Me encanta, porque se lo merecen. E Ethan más que nadie.El tío es un cabrón de los grandes, uno que, después de follar con Cora en el avión, decide que es culpa de ella que le haya mostrado “su pasado”, porque claro, nuestra chica es una Vril– una telépata, para que nos entendamos – y es mala malísima. Pero esperad, que el tío no se queda sólo con eso. Claro que no. Le pisotea las ilusiones– que, en honor a la verdad, diré que eran un poco absurdas – y la autoestima. Lo bueno es que ella se da cuenta y, por una vez, cumple su palabra: ¿quiere irse solo?, pues que se largue.
 La entrada en Sirens, así como la estancia de ambos protagonistas; me pareció muy entretenida. Me gustó que no fueran el uno detrás de la otra, buscándose las cosquillas. Un poco de aire nunca está de más y, la verdad, disfruté como una cabrona de lo mal que se lo pasó Ethan al darse de bruces con la verdad.Cómo duele que nos lean la cartilla, ¿eh?; más todavía si, para colmo, nos dicen verdades como puños.
 En el libro toda la acción está concentrada en el final. Quiero dejar esto claro porque soy consciente de que hay muchas personas que no soportan los libros pausados. Realmente funciona como lo que es: un inicio de saga, en el que la mayoría es información para ir ubicándonos de cara a entregas futuras. Supongo que eso hace que, en realidad, sea prácticamente una novela de situación: mitad en un mundo, mitad en otro. A mí, personalmente, me parece un acierto.  Más cosas. Devil. Os he hablado (escrito) un poquito más arriba de él. Me encanta. De verdad, me encanta. No sólo está fatal de la cabeza, que lo está; sino que tiene una lengua que asusta. Y mucho. ¿Sabéis esta gente que no sabe cuándo parar, por más golpes que reciba? Pues tal cual. El demonio se las gasta finas y… me muero de ganas por ver cómo la estirada de Evia se traga todos sus comentarios.Oh, sí, Evia. No puedo irme de aquí sin hablaros de(escribiros sobre) ella. Menuda perla. Menuda joya. Qué mal me cae, joder.No os vendrá de nuevo que os diga que no soporto a la gente repelente, esta que va de mosquita muertay que luego hace sentencias que hacen que a una le dé un jodido ataque de risa. Pues así es ella. Un pequeño oráculo con patas que deja muy clara la diferencia: ella es una sirengenial y maravillosa; él sólo un vulgar humano. Espero que sude sangre, como Ethan.
 En general, la novela me ha gustado mucho. Encontrarme otra vez con la prosa de Valenti es un gustazo, aunque he echado en falta un poco más de mitología. Quiero saber más sobre todas las culturas que tienen cabida en la novela, además de conocer más a fondo el nuevo mundo que nos presenta. Porque sí, amigas y amigos, hablamos una vez más de profecías, leyendas y marcas. Hablamos de sexo que une, de relaciones que atraviesan barreras y de redenciones. No hablamos de dioses, ya no. Hablamos de culturas avanzadas que pierden la fe en la humanidad y creen en los azares del destino. Y de traiciones. ¡Si es que se veía venir! Qué asco da la envidia y qué genio se gastaba el amigo… Ahí os lo dejo.  Poquito más que decir. El humor, ese ácido, retorcido a ratos; me ha pirrado. Eso y la acción. Me gusta que Lena Valenti apueste por escenas fuertes, por esas en las que todo está destinado al desastre y que, como en una buena película de James Bond, cuentan con un factor sorpresa que hace de detonante.  Tal vez Ethan sea un capullo. Tal vez Cora no sea la mujer más valiente. Pero son un buen binomio y, la verdad, me muero de ganas por reencontrarme con ellos en futuras entregas.


Con todo, Sólo el amor forja la leyendaes un inicio de saga con sus más y sus menos. Con una prosa potente, sentimientos a flor de piel y descubrimientos cada pocas páginas; Lena Valenti nos sumerge de lleno en el mundo de Sirens. No dudéis en darle una oportunidad. Esta mujer nunca decepciona.
Nota: 4/5
Citas

(…)  Todo estaría bien si no fuera porque no querían a niños mayores, con problemas físicos o con algún tipo de tara. Los querían a la carta. Y aunque no iba a ser él quien juzgara a nadie, sentía que algo de todo eso no era ético, porque los niños eran niños, tuvieran la edad que tuviesen. Y necesitaban una familia.(…)


(…)
-No estoy de humor – contestó Ethan sin más.-Sí, ya lo veo. Ese color tan raro te sale cuando sueles cabrearte. Debe ser porque eres medio pez. Ethan frunció el ceño y se quedó mirando a su amigo como si fuera un jodido loco.-No soy medio pez.-Eres capitán Pescanova. Medio Sireno.
(…)

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