Revista Cultura y Ocio

Reseña #130: La Tierra permanece

Publicado el 29 septiembre 2018 por Alaluzdelasvelas


Reseña #130:

La Tierra permanece
 ¡Hola, hola, hola!
 ¿Qué tal está yendo vuestra semana? ¿Bien? ¿Genial? ¿Maravillosa? Ojalá que sí. Hoy os traigo un libro que me ha llegado de manos de su autor, Luis Benítez. Quiero aprovechar la ocasión para agradecerle, una vez más, que haya confiado en este pequeño espacio para reseñar su obra. Había leído ya una reseña de esta obra en el blog de Mari, Wandering Book-reader, que podéis leer aquí. Y, por cierto, si no conocéis a Mari no sé a qué leches estáis esperando para ir a hacerle una visita. Es un sol de chica, palabrita.  Y ahora…¡dentro reseña!
Ficha técnicaReseña #130: La Tierra permaneceTítulo:La Tierra permanece Autor:Luis Benítez Editorial:Buena Vista Editora Número de páginas: 91 ISBN:9789871467914
Sinopsis
Generación va, y generación viene; más la tierra siempre permanece.
Eclesiastés 1:4
Es una cita del Antiguo Testamento tan conocida como desoladora para la fatuidad del hombre contemporáneo.
El triunfo del tiempo, de un tiempo no intervenido, digamos mejor de una, aleccionadora, eternidad.
En este nuevo libro de Luis Benítez uno de los poetas más importantes y acaso más secretos de la así llamada generación del ’80 retoma las enseñanzas de lo Real (dicho esto en el sentido de la sabiduría o su proverbio).
Todo sirve, la muerte de un gato y una mosca, el Pacífico, la vía láctea, las notas eruditas, alguna anécdota y siempre una especie de gran anhelo por la naturaleza, lo perdido, lo que fluye.
A lo largo de más de media vida he ido disfrutando esta obra que reúne una treintena de libros, amén de lo que Benítez produjo como narrador, ensayista y en el campo de la investigación y la difusión de la poesía entre nosotros.
Lenta pero inclaudicablemente Luis ha ido abandonado la impronta de cierto anglicismo, alguna métrica, alguna aspiración, para cavar más profundamente en el oscuro corazón luminoso de la poesía argentina.
Qué está despierto, que sueña, cuál es la historia natural de todos, que perdemos, dónde somos, dónde dejamos de ser. Estas son alguna de las preguntas, las respuestas que aborda Benítez.
Alejandro SchmidtMi opinión Me pasa una cosa muy graciosa con la poesía, y es que, aunque es un género que no me disgusta para nada, le doy pocas oportunidades. Supongo que el tema está en que, básicamente, requiere más tiempo. Llamadme vaga, pero soy de esas personas que leen más en el transporte público que en casa. Ahora bien, después de que Luis Benítez se pusiera en contacto conmigo para que reseñara el libro, debo decir que he vuelto a preguntarme, por enésima vez, a santo de qué narices leo tan poca poesía.

 Acogiéndome al consabido “en la poesía, cualquier interpretación es plausible”, quisiera deciros (escribiros) que La Tierra permanecees una obra fundamentalmente ecologista. Me explico. El autor usa insectos, peces y algunos mamíferos – tales como guepardos y elefantes – para hablarnos sobre cómo, poco a poco, lo estamos mandando todo a la mierda. Ajá, a la mierda. Antes de que os llevéis las manos a la cabeza y me preguntéis si es de esas obras que pretenden adoctrinar, os diré que no. La forma de entender el mundo de Luis Benítez me ha parecido bonita, y es que muchas veces no valoramos hasta qué punto nuestras acciones, como seres humanos, pueden modificar la tierra que nos ha visto nacer, la misma en la que vivimos y a la que tratamos con muy poco respeto.Ojo, no os digo que os liéis la manta a la cabeza y vayáis a vivir a una montaña apartada. Sabéis que no soy amiga de los extremos, así que lo único que pretendo es que, al igual como me ha pasado a mí, penséis un momento a cerca de la gran pregunta: ¿hacemos todo lo que podemos para dejar una Tierra sana a las generaciones futuras?  Pasando a la métrica, que es algo que preocupa – o nos preocupa – a la mayoría de personas que no terminan de animarse con la poesía, os diré que los versos son sencillos, muchos de ellos sin esa métrica estricta de la que disfrutamos con autores clásicos. Y eso me gusta. Me gusta, porque para hacer un texto bonito, para convertir las palabras en algo que de verdad valga la pena leer; no es necesario contar sílabas, no es necesario buscar esa “perfección”.
 Pasando a interpretaciones menos fatalistas, por decirlo de algún modo; quiero dedicar unas líneas a un asunto que me ha parecido muy prometedor. A lo largo de la novela, nos encontramos con poemas de diversa índole: algunos sencillamente evocadores, otros con un toque más que cargado de reivindicación y otros llenos de pequeñas anécdotas que, estoy segura, fueron importantes para su autor.Quedándome con lo evocador, con ese toque onírico con el que perfuma algunos de sus poemas; no me queda más remedio que contaros que me ha gustado mucho. Mucho, porque es bonito ver ese respeto que hay hacia los animales, hacia como, en el fondo, todo el mundo puede asemejarse más o menos a esos grandes mamíferos– tales como leones, tigres o guepardos – por su fuerza y su ímpetu. Lo sé, tal vez sea ambicioso juzgar así una obra que, en el fondo, no deja de ser subjetiva, pero mis impresiones han sido esas y no podía irme de aquí sin compartirlas con vosotras y vosotros.
 Poco o nada más que contaros. Si queréis leer algo diferente, con lo que poder desconectar de lecturas pesadas o densas, os recomiendo al autor. Y os pido que me recomendéis poemarios que os hayan gustado. ¿Por qué no intentamos rescatar un poco el género?

 Con todo, La tierra permanece es una obra bonita, cargada de buenos pensamientos hacia la Tierra y de cierta esperanza por poder cambiar las cosas. Con unos versos más que asequibles, Luis Benítez nos acerca a ese género que muchas veces dejamos olvidado.
Nota: 4/5

Volver a la Portada de Logo Paperblog