Reseña #134: Contra la fuerza del viento

Reseña #134:

Contra la fuerza del viento
 ¡Hola, hola, hola!
 ¡Pero qué frío hace, leche! Decidme, ¿ya habéis sacado las bufandas y los guantes? Yo aún me resisto, pero ya he empezado a usar los jerseys de lana y… ¡qué maravilla! Si es que este tiempo me pirra. ¿Qué tal os va todo, por cierto? ¿Habéis tenido una semana de las buenas? Espero que sí. Yo la verdad es que, aunque no me quejo, he tenido mis momentos. Eso sí, nada que no se supere con una buena taza de café y un libro.  Hoy os traigo la reseña de un libro que leí, si no recuerdo mal, en septiembre. ¿O fue en agosto? Hum. No estoy segura. El caso es que el libro es una (jodida) maravilla, así que… ¿empezamos?¡Dentro reseña!
Ficha técnica
Título:(Ciclo Dreamings Spires 2) Contra la fuerza del viento Autora:Victoria Álvarez Editorial:Lumen Número de páginas: 368 ISBN:9788426401526 Preció libro físico: 20,90€ Precio formato electrónico:9,99€ Sinopsis Inglaterra, 1905. Han pasado unos años desde los acontecimientos narrados en Tu nombre después de la lluvia y la vida ha sido generosa con el equipo del periódico Dreaming Spires. Nada parece poder perturbar su tranquilidad, pero a finales de mayo los tres amigos reciben la visita de la bella y misteriosa señorita Stirling, que luce sus mejores galas y acude a la ciudad con una tentadora oferta para ellos.
 Alexander, Lionel y Oliver, acompañados por la excéntrica Veronica, acceden a acompañarla a una aldea cercana a Nueva Orleans para descubrir qué hay de cierto en la leyenda alrededor del Perséfone, un bergantín hundido misteriosamente en el río Mississippi en 1862. Nada queda del barco, y al principio la gente del pueblo parece poco dispuesta a recordar el pasado, pero al cabo de unos días sabremos mucho más del trágico destino de sus marineros, y cabe que incluso se revele la verdadera historia de la señorita Stirling...Mi opinión

 Cuando leí Tu nombre después de la lluvia, no tenía muy claro qué iba a encontrarme. Cuando me animé – después de demasiados meses, para variar – con la segunda parte, creía que iba a encontrarme el mismo esquema. Nada más lejos de la verdad. Si queréis un aliciente para animaros con esta trilogía, permitidme deciros que esta segunda parte supera, con creces, a su predecesora.
 La novela empieza con uno de esos prólogos que hacen que quieras devorar la historia y es que esta vez Victoria Álvarez se anima con un barco fantasma, al más puro estilo de El Holandés Errante(historia que siempre me ha parecido de lo más evocadora, ¡y muy gore!, ya que estamos). Pero eso son sólo unas pocas páginas, claro, y es que nos trasladamos a 1905, dos años después de los sucesos de la primera parte, para encontrarnos con un Alexander que está siendo, hablando(escribiendo) claro, acosado por “un caballero francés” que tiene algo que puede ser de gran utilidad para el periódico Dreaming Spires.  Antes de contaros más, quiero decir (escribir) que me encanta cómo está llevado todo, y es que no resulta para nada forzado encontrarnos de nuevo con nuestros encantadores protagonistas.Tenemos a Oliver y Ailish esperando para ser padres, viviendo bajo el mismo techo que Alexander y Veronica los cuáles, la verdad, llevan bastante mal el tema del, digamos, ruido nocturno – me moría cuando lo nombraban, de verdad –. Por otro lado está nuestro maravilloso Lionel Lennox, esta vez intentando escalar puestos en el museo de arqueología para el que trabaja. Y la guinda del pastel… la señorita Stirling. Como no puede ser de otro modo, el patrón de Margarett Stirling está a la caza de un nuevo tesoro: el Perséfone, un barco del que se dice que se ve su silueta sorteando el Missisppi cada noche. Ahora bien, nuestra chica misteriosa se las ve y se las desea para enredar a nuestros chicos, y es que Lionel está muy pero que muy cabreado sabiendo que fue precisamente ella la que le pegó un tiro en el hombro en el Valle de las Reinas.
 Una de las cosas que más me gustan de los libros de Victoria Álvarez– y esto os lo cuento habiendo leído sólo dos de sus obras – es el trabajo que hay detrás de la ambientación, y es que ese ambiente gris de Oxford es una maravilla. Lo mismo que el nuevo lugar al que deben dirigirse: una aldea cerca de Nueva Orleans.¿Qué, os hace un viajecito? Cuando acabé el primer libro, tuve serios problemas para decidir qué pensaba de la señorita Stirling; así que no os sorprenderá saber que yo estaba tan cabreada como Lionel con su regreso. Vamos a ver, no es que la mujer me pareciera un monstruo, pero no acababa de hacerme gracia que fuera tan… sibilina. Sí, creo que esa es la palabra. No me gusta su patrón y, por tanto, que ella sea su recadera me toca un poco la moral. Ahora bien, debo decir que después de haber leído Contra la fuerza del viento… soy muy fan de esta chica. Palabrita.  No os quiero contar nada, porque el libro es una maravilla; aunque sí querría hacer un par de apuntes. El primero es que espero que Veronica no se convierta en algo así como una pobre idiota que recoja las migajas que van dejando los demás. Me gusta muchísimo esta chica. Una chica que no está por gilipolleces, que pertenece al movimiento sufragista y se pasa la etiqueta por los ovarios. Una chica fuerte, que no se deja amedrantar y que vive la sexualidad como algo que no va ligado al matrimonio. Para su época, es una revolucionaria. Por eso me parece tan triste lo que intuyo que va a acabar pasándole– si habéis leído el tercero, por favor decidme que no va comerse las miguitas y luego se va a quedar con un palmo de narices. Mi segundo comentario va para Stirling. La opinión que tenía – y tiene – Veronica sobre ella era precisamente la que me había hecho yo. Nada más lejos de la verdad. Margarett es uno de esos personajes construidos a capas, una mujer que ha tragado mucha mierda para llegar hasta dónde ha llegado. Una luchadora. Me encanta. Ahora bien, también tiene lo suyo, y es que, a mi juicio, está demasiado subyugada por su patrón. Ahí os lo dejo.  El reencuentro del que será el nuevo equipo fue grandioso. El choque de personalidades entre Margaret y Veronica, sumado al azoramiento de Oliver cuando se pelean, y la paciencia sólo propia de un santo de Alexander, hace que todas las perlas que le salen a Lionel de la boca sean todavía mejores. ¡Menudo grupo, por favor, menudo grupo! Como podéis imaginar, el viaje hasta Nueva Orleans es un jodido infierno. Una panda de leones enjaulados que tienen sus rencillas, aderezado con las ganas de venganza del amigo Lennox y los silencios misteriosos de la chica del patrón. La hecatombe está servida. Y vale muchísimo la pena.

 Y ahora, bienvenidas y bienvenidos a la Zona Spoiler

 Había leído/oído que el final de este libro hacía pupita en el corazón. El caso es que yo hice mi propia lista de posibles muertos y, la verdad, en ningún momento se me ocurrió el nombre que al final llevaba la papeleta ganadora. No, no os lo quiero decir porque me parece cruel – y porque soy una fiel defensora de los finales a los que se llega a ciegas -, pero sí os diré que eso va a hacer que El sabor de tus heridassea muy pero que muy duro.
 Pasando a cosas menos tristes, vamos a hablar de las decisiones terribles que llevan a acciones muy cuestionables.Sí, hablo de (escribo sobre) nuestra amiga Stirling y el amigo Lennox. Dos trenes que van directos a por el contrario, eso son.Cuando, líneas más arriba os contaba que Veronica me tiene preocupada, me refería precisamente al hecho de que me parece muy triste que tenga que comerse las migas que Margaret va a dejar. Y es que Lionel está bien jodido. Ojo, porque Veronica es plenamente consciente de lo que hay y poco a poco vemos cómo el trato que da a Lionel cambia; pero me preocupa que por culpa de ese final nuestro pobre desgraciado tome decisiones tan egoístas como la de arrastrar a su amiga a la espiral de siempre. Y no, no os puedo contar nada más.
 Nueva Orleans me parece un escenario maravilloso. Si bien hay gente que adora la ambientación parisina o irlandesa, yo me declaro fan de esos ambientes cargados de misterios, supersticiones y malos augurios.El tema de la esclavitud de los estados del sur de Estados Unidos tiene mucho peso en la historia, lo cual nos permite acercanos a las plantaciones, las costumbres y eso de lo que nadie quiere oír hablar: el vudú. Lo confieso, me dio un poco de mal rollo lo que se nos contó sobre las mujeres que fueron, en cierto modo, las luces y sombras del capitán Westerley. Y es que Muriel, sintiéndolo mucho, me pareció una mujer que, joder, estaba como una cabra. ¡Qué mal rollo, coño, qué mal rollo!

 La llegada a Vandeleur – en su tiempo una plantación enorme – es menos caótica que la llegada que protagonizaron en la primera parte; aunque no por ello menos turbia. Con esto quiero decir que estar cerca del hotel del hijo de Archer – uno de los magnates de la primera entrega -, con su boda a la vuelta de la esquina; levanta las sospechas de Alexander. Que pusiera en su sitio a Margaret vale oro, ya no hablemos de la cantidad de personas maravillosas con las que se encuentran en la fonda en la que se alojan. Ojo, porque igual que hay personas buenas, hay gente que esconde secretos. Y ya sabemos lo que pasa cuando un puñado de turistas vienen a desenterrar la verdad. El trayecto a lo largo de los recuerdos de las Vandeleur, el capitán y el resto de la tripulación ha sido una maravilla. Momentos oscuros, momentos dulces y momentos llenos de confusión. No podía esperar a saber más, sin perder la pista a una serie de descubrimientos que hacen que nuestro pobre Oliver se dé cuenta de que nunca es tarde para reencontrarse con el pasado.  Si me preguntáis qué me ha gustado más, os diré que el hecho de que no necesiten ir todo el día juntos para hacer bien su trabajo. Hablamos de un equipo grande, así que verlos trabajar por parejas o en solitario me pareció un acierto. Si con Veronica me reí, con Lionel y Margaret no pude más que sonreír. ¡Son tan tontos, tan tan tontos! Menos mal que les sirven la excusa en bandeja, porque verles lanzarse cuchillos era un poco frustrante. Los puntos de inflexión de la novela son una maravilla. Ver cómo el Missippi se convierte en un personaje más, un ente temido por tener en su seno el Perséfoney su leyenda; fue casi tan maravilloso cómo ver caer por fin las máscaras. No esperaba nada de lo que pasó, y precisamente por eso no pienso contaros nada más. ¿Queréis saber quién es realmente Stirling y qué está pasando con Oliver? Pes haceos un favor y leed el libro.

Con todo, Contra la fuerza del vientoes un libro que supera con creces a su predecesor. Victoria Álvarez nos sumerge de lleno en la historia de un barco fantasma, en una aldea cerca de Nueva Orleans. Eso, aderezado con unos protagonistas espectaculares, es excusa más que suficiente para que os lancéis a devorar el libro.
Nota: 5/5