Revista Cultura y Ocio

Reseña #135: Princesa mecánica

Publicado el 17 noviembre 2018 por Alaluzdelasvelas


Reseña #135:

Princesa mecánica
 ¡Hola, hola, hola!
 ¡Lo sé, lo sé, lo sé! Esta entrada tendría que haberse subido hoy a las 11:30 de la mañana, no a la hora que se vaya a subir – sí, todavía no lo sé, estoy editando ahora mismo –, pero es que… ¡no me da la vida! ¿De dónde narices puedo sacar un giratiempo?  Dejando de lado mis quejas, ¿qué tal os ha tratado la semana? ¿Bien, genial, maravillosamente? ¡Ojalá que sí! Yo hoy os traigo la reseña de un libro que, bueno, me ha encantado. ¿Qué, comentamos?¡Dentro reseña!
Ficha técnicaReseña #135: Princesa mecánica
Título:(Cazadores de sombras – Los orígenes 3) Princesa mecánica Autora:Cassandra Clare Traductora:Patricia Nunes Martínez Editorial:Planeta Número de páginas: 512 ISBN:9788408038269 Preció libro físico: 17,95€ Precio formato electrónico:7,99€ 
Sinopsis
 El peligro aumenta para los Cazadores de Sombras ahora que esta trilogía, bestsellerdel New York Times, llega a su fin. Si la única manera de salvar el mundo fuera destruyendo a quien más amás, ¿lo harías? El tiempo corre. Debes elegir. Pasión. Poder. Secretos. Magia. El peligro acecha a los Cazadores de Sombras en la entrega final de Los Orígenes.Reseñas de libros anteriores(Cazadores de sombras – Los orígenes 1) Ángel mecánico(Cazadores de sombras – Los orígenes 2) Príncipe mecánico
Mi opinión
 Me pasa mucho. Hablo de(escribo sobre) la sensación de no saber hacer justicia a un libro que ha sido perfecto. No os viene de nuevo que os cuente lo mucho que adoro y odio a Cassandra Clare. Sí, amigas y amigos, lo mío con esta mujer es muy visceral y es que su forma de romper el corazón a los lectores es… joder, es perfecta.Perfecta, porque mientras lees sientes esa conexión imposible con los protagonistas, ese desasosiego que les acompaña hasta en los momentos tranquilos. Cuando empecé la trilogía de Los orígenes, pensé que no iba a acabarla. Quiero decir, soy una de esas personas que no llevan nada bien los finales y, bueno, digamos que después de todo lo que había oído/leído sobre éste en concreto tenía un miedo atroz. Totalmente justificado, si queréis mi opinión.
 Princesa mecánicaes como un grito. A lo largo de las páginas notas cómo el pecho se te encoje, cómo los pulmones luchan por encontrar aire mientras un sonido agudo, silbante, parece rugir por todas partes. Un grito, porque desde la primera página nuestros protagonistas viven en el jodido Infierno.Tal vez esto os parezca demasiado dramático, pero dadme un momento – uno largo, si no os importa – para poder explicarme. Todo está patas arriba. Gabriel Lightwood ha tenido que acudir al Instituto a suplicar ayuda, diciendo una y otra vez que “su padre es un gusano”. Literalmente. Con la movilización de todo el equipo de cazadores de sombras hacia Lightwood House, llegan más problemas: el señor Lightwood es una amenaza que hay que erradicar, Jem cada vez está peor de salud y Gabriel, el maldito Gabriel, no tiene dónde quedarse. Por si todo esto fuera poco, Cecily siente mucha curiosidad por este chico que ha llegado a la que su hermano considera su casa. Oh, y el Cónsul ha decidido boicotear a toda costa el gobierno que Charlotte dirige, con mano sabia, sobre el Instituto. Os mentiría si dijera que el libro no tiene un toque amargo. Lo tiene, claro que lo tiene. Como cualquier buen final, tiene que doler. Tiene que hacer que te preguntes, con el corazón encogido, por qué diablos ha tenido que acabar todo… así. Y eso es precisamente lo que nos hace Cassandra Clare. No sólo nos rompe el corazón, también nos enseña que, incluso en los momentos más difíciles, la familia que escogemos es la única con la que podemos luchar codo con codo.
 Jem se está muriendo. No, no es un spoiler. Es un hecho desde el primer libro, y ver cómo alguien tan jodidamente maravilloso, tan absurdamente altruista, se apaga es muy duro. Nadie sabe qué hacer para ayudarle y, cuando por fin Jem consiente que se busque una cura, llega el problema principal: no queda droga con la que mantenerlo a salvo más allá de unos pocos días. Ahora bien, todo aquel que se haya adentrado en el mundo de Cazadores de sombras sabe que, en ocasiones desesperadas, súplicas a Magnus Bane. Adoro a ese brujo. Joder, es que no puedo ser más fan. Ese hombre es un amor, por mucho que vaya de badass. Will le pide ayuda y el brujo acude sin más, a ver qué puede hacer por Jem. De fondo hay muchísimo drama: cartas amenazantes del Cónsul, mentiras de ese señor que se vanagloria de ser la Ley hacia el Inquisidor, intentos de coacción y… sangre. Muchísima sangre.
 Un libro es bueno si os rompe, lo he dicho(escrito) muchas veces. Me da igual si esta saga interminable es juvenil o no. Para mí es, sencillamente, un universo que vale la pena explorar. Un paraíso en el que perderse, antes de ver que, en realidad, es algo más parecido a un purgatorio. Demonios, brujos, nefilim, licántropos… ¿qué más hace falta para que un libro sea genial? Humor. Humor ácido. Bienvenidas y bienvenidos a la locura de mundo de Cassandra Clare. El precio a pagar es vuestro corazón y unas pocas lágrimas. Todo se va a la putísima mierda. Así de claro. Cuando parece que están empezando a ver posibilidades, cuándo creen que todo puede salir bien… ¡PUM! Lágrimas, más sangre, traiciones y desapariciones. Hay de todo, y todo duele. Si bien Will se considera a sí mismo poco más que un monstruo, os puedo decir que el chico es tan mártir como Jem. Un esclavo de sus propias circunstancias que lucha hasta el final. Tessa, Charlotte, Cecily y Sophie son los claros ejemplos de que en esta novela se le da una patada en las pelotas al machismo. Mujeres fuertes, que luchan hasta las últimas consecuencias, poniendo sus vidas a favor de un bien mayor. Personas, a fin de cuentas, como Herny, Gideon, Gabriel, Will, Jem y Magnus. Una maravilla. Una jodida maravilla.
 Y ahora, bienvenidas y bienvenidos a la Zona Spoiler

 Yo es que me muero. Sigo sin poder creerme todo lo que se ha llegado a liar en este libro. Después de dos libros maravillosos, una bomba. Una jodida bomba cargada de emociones que me ha mantenido en vilo durante toda la lectura. Chapó a Cassandra Clare, por hacernos pedazos una vez más.
 Algo que me ha gustado, y mucho, es la forma cómo se trata el triángulo amoroso de Princesa mecánica. El modo cómo Tessa, Will y Jem se adoran mutuamente, sin enfrentarse entre ellos por sus propios problemas es… joder, es alucinante. Tal vez no sea poliamor, pero lo roza, y es tan maravilloso que no puedo más que aplaudir a la autora por ello.Normalmente, adoras a uno y odias al otro. Aquí adoras a Will por ser un cabrón, por ser un capullo de humor ácido que siempre tiene la última palabra; adoras también a Jem, porque no puede ser más dulce, una balsa de aceite que lucha con uñas y dientes por los suyos. Y adoras a Tessa, sencillamente porque no puede ser una protagonista más maravillosa.  Me encantaron las tramas, digamos, secundarias. Gabriel y Cecily se ganaron todo mi respeto por lo fuertes que son, pero es que Gideon y Sophie eran tan tiernos… Ay, de verdad, más personajes así. Ojo, porque la directora del Instituto y su marido también son canelita fina. ¡Encantadores, joder, son todos encantadores!
 Me gustó el toque épico que adquiere la novela en la recta final. La desaparición de Tessa, la carrera contrarreloj de Will y Jem. Ay, Jem. No sabéis lo mucho que he llorado– como unas cuatro o cinco diferentes, para más inri – con este chico. Poreste chico, más bien. Las dudas de Will, el remordimiento de Tessa y la benevolencia de Jem. Se han ganado el cielo. Los tres. Pero os hablaba de(escribía sobre) el tono épico. Si bien es cierto que no sabía por dónde iba a salir Cassandra Clare, no se me había pasado por la cabeza en ningún momento que el ángel mecánico fuera a tener tanta importancia. Una escena maravillosa, de las que rompen esquemas. Es sello de la casa que haya bajas. Bajas y sorpresas. Si queréis mi opinión, son todas maravillosas. Me ha gustado que, en cierto modo, la autora se haya arriesgado, que haya hecho lo que tenía que hacer, con esa mano de hierro que tanto la caracteriza; pero dándonos un par de momentos tiernos que se guardan en el corazón.  Me encantan las redenciones. Os lo he dicho (escrito) cientos de veces. Me encanta que los personajes se equivoquen y que luchen por defender lo indefendible antes de hincar las rodillas en el suelo. Gabriel ha sido, en este aspecto, todo lo que esperaba de un buen Lightwood. Sólo de alguien con tanta mala hostia pueden descender Isabelle y Alec Lghtwood, ¿no creéis? Pero ojo, porque él no es el único que clava las rodillas en el suelo. La propia Cecily se tiene que tragar su orgullo, así como Gideon y Sophie. Y sí, tranquilas, tranquilos; Tessa también clava las rodillas en el suelo y dice lo que lleva callándose tanto tiempo que ya forma parte de sus secretos inconfesables. A lo largo de la novela, hay reflexiones preciosas. Cosas como que las venganzas sólo hunden, que nosotras y nosotros no somos nuestros padres y que siempre hay que luchar.

 El final es muy bonito. Tanto que no os pienso contar una palabra. ¿Queréis saber qué pasa?, pues leed el libro, llorad lo que no habéis llorado en vuestra vida y enteraos por vosotras y vosotros mismos. Vale la pena, eso os lo aseguro.
Con todo, Princesa mecánica es un final de trilogía épico. Con un final inesperado, que rompe barreras, Cassandra Clare vuelve a robarnos en corazón. Dadles una oportunidad a Will, Tessa y Jem. Dádsela a Gabriel, Gideon, Sophie y Cecily. Dádsela a Charlotte, Herny y Magnus. No os van a decepcionar. Palabra.
Nota: 5/5

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