Revista Cultura y Ocio

Reseña #144: 33 razones para volver a verte

Publicado el 02 marzo 2019 por Alaluzdelasvelas

¡Hola, hola, hola! Cambiando de tema, hoy os traigo la reseña de uno de los libros que leí durante el mes de enero. Y ahora me preguntaréis: "
Tengo que reconocer que ha sido una semana de las que dan asco. Ajá, así tal cual. Pero me prometí a mí misma que de cada siete jodidos días sería capaz de sacar algo bueno y, después de romperme la cabeza pensando - tranquilas, tranquilos, nada que no se pueda solucionar -, he decidido que me voy a quedar con algo que puede sonar harto estúpido, pero que a mí me dio una pequeña alegría en ese momento. Me refiero a ese momento en el que, agobiada hasta lo imposible, levantas un poco la cabeza y miras el cielo, totalmente en calma. Estaba cruzando un parque de estos en los que los pájaros se desgañitan y frené en seco, pensando eso de "joder, ¿ves cómo sí que hay cosas por las que vale la pena que aún no sea viernes?". Así que sí. Me quedo con ver las cosas bonitas, incluso en un día asqueroso. ¿Y vosotras y vosotros? ¿Qué tal ha sido esta semana?
¡Dentro reseña! ¿Pero hoy no toca el wrap up de febrero?". Teóricamente sí, pero no me ha dado tiempo a hacerlo. Lo subiré la semana que viene sin falta. Y ahora...

Reseña #144: 33 razones para volver a verte

Mike, Rachel, Luke y Jason han sido amigos inseparables desde pequeños. Pero sus caminos se alejaron cuando Rachel cometió el error de enamorarse del chico equivocado, Mike, que terminó traicionando a la única persona que siempre estuvo dispuesta a arriesgarlo todo por él. Cinco años después, el destino vuelve a unirlos; pero ahora Rachel ha cambiado, es tan arisca como su gato Mantequilla y ya no se permite confiar en nadie. Por eso, a pesar de estar a punto de ser desahuciada, lo último que desea es dejarse convencer para mudarse con ellos. ¿Cómo podría mantener su corazón intacto y a salvo viviendo bajo el mismo techo que Mike? Sabe que esconde secretos y que su mirada gris es capaz de despertar todos los recuerdos que ella lleva tanto tiempo intentando olvidar.

Después de leer El día que dejó de nevar en Alaska , pensé que no podría gustarme nada más de la autora. No , quiero decir; y es que si bien ése es una jodida maravilla,tanto tiene más de una cosita que vale, y mucho, la pena.33 razones para volver a verte

Vamos a situarnos. Infancia dulce y maravillosa de una chica que tiene la cara salpicada de estrellas y el pelo del color de las calabazas maduras - os juro que esas palabras de Alice Kellen, en boca de Mike, me parecieron lo más precioso de todo el libro -. Rachel, nuestra maravillosa Rachel, que conoce una tarde cualquiera a tres chicos: Mike, Luke y Jason.

A lo largo de los primeros años de su amistad - infancia y adolescencia - ( ) mo esos cuatro se hacen inseparables, ¡y eso que no pueden ser más diferentes! Jason es la calma, un cielo de chico que tiene una afinidad maravillosa con Rachel, un amor de mujer... hasta que Mike se cruza en su camino y arde el mundo. Porque si bien es cierto que Luke es el gracioso, el típico capullo que o te cae bien o terminas por odiarlo; Mike es algo así como un combo entre Jason y Luke. Buena gente, sí, pero con un puntito narcisista que saca de sus casillas a Rachel. Creedme, no es para menos.

La hecatombe llega el día después. ¿El día después de qué, melona? , os estaréis preguntando. No os lo pienso decir. Es un secreto, sí, sí. A lo que iba. Llega el día después. Con el corazón en la mano, Rachel se enfrenta a dos situaciones harto comprometidas. Una mucho menos que la otra, por supuesto. ¿Y q ué hace? Lo que hacemos todas y todos cuando tenemos miedo. Correr. Correr hasta que no quede tierra que poner por medio.

- podéis echar un ojo a la reseña haciendo clic Es que me muero con esta mujer. Mirad que Lua, administradora de amor a tiempo completo; ya comentó en su reseña que esta autora le flipaba aquí - , pero no me esperaba una historia tan... cruda. Sí, cruda. Eso sí, es preciosa.

El punto fuerte de Alice Kellen es su pluma. Esta chica escribe de un modo jodidamente maravilloso. Es poética - por favor, volved a leer lo de las pecas y las estrellas, porque yo sigo sonriendo como una imbécil cada vez que me acuerdo -, dulce y sutil cuando debe serlo; pero también es dura, fulminante y retorcidamente mordaz. La lengua de Mike es un jodido cuchillo, palabrita. Os comentaba que me encanta su prosa. Es cierto. En poquitas páginas, nos sumerge de lleno en una historia que empieza muy pronto y termina al borde del colapso.

No os quiero contar nada - de hecho, lo acabo de decidir -, pero sí quiero aprovechar para daros mi opinión sobre nuestros dos protagonistas y sus amigos. Empezando la casa por el tejado, como a mí me gusta, quiero que alguien me diga que no soy la única que no termina de tragarse a Luke. Lo siento, pero no termina de hacerme gracia. Ese halo de gallito gracioso me pone francamente enferma. Y lo más triste es que luego hace una tontería, se me escapa la sonrisa y termino por perdonarlo. Jason es trigo de otro costal. Me encanta. Tan dulce, tan bueno, tan... joder, tan . Que le guste el cine independiente me dejó un poco descolocada, pero que sea tan comprensivo y que se rompa los cuernos por mantener la locura de familia que se ha montado - no os escandalicéis, hablo de toda la pandilla -, me parece una jodida maravilla.

Rachel y Mike. Son un buen tándem. Mike me cayó simpático desde el principio y, aunque no estoy para nada a favor con su manera de hacer frente a las situaciones, lo entiendo. No, no os puedo explicar por qué, pero tiene sentido, creedme. Rachel ha sido lo mejor del libro. No sé si las otras dos chicas - tengo entendido que los tres libros tratan relaciones heterosexuales - ¿Y por qué me ha gustado tanto? Porque tiene miedo, porque sabe que cuando le muerden, esconderse es mas fácil. Porque se refugia en la escritura, porque vuelca el alma en cada palabra y porque, joder, es tan fuerte que roza lo absurdo. Quiero decir, esa mujer coge toda la mierda, la mete en un cajón, lo cierra y le prende fuego. Chapó una y mil veces. Pero, ay, todas y todos tenemos un punto débil, ¿sí? Y el suyo son sus amigos.

Rachel necesita un piso. Urgentemente. Ya. Ahora mismo.

Rachel se queda sin tiempo, porque su casera es una desgraciada.

Hay una única opción. Qué empiece el drama.

Y ahora, bienvenidas y bienvenidos a la Zona Spoiler

No le he dado un diez por dos motivos. El primero es que hay una parte que no me trago. Me hubiese creído que Mike se había cargado a su padrastro, que el proceso legal hubiera tenido ciertas inclinaciones a su favor, contando con su infancia y el factor defensa propia. Salir de una banda sin consecuencias... pues, oye, un poco difícil. Ojo, no digo que el libro se me haya, en cierto modo, "chafado" por eso. Todo lo contrario. Me ha gustado. Me ha gustado muchísimo. Pero me pareció una excusa. Mi segunda queja es bastante más banal. La exnovia de Jason tenía muchas posibilidades. Vamos, a mi lado se sienta una tía y tiene las narices de decirme que no me coma una magdalena y... en fin, la lío muy parda. Porque todo tiene . Porque ella es súper fan de ser una amargada y . No sé, su regalo soñado de reyes será un enema y un vasito de agua. Vale, ya paro.

Volviendo a la trama, y pudiendo expresarme con bastante más libertad aquí, debo decir que Mike se merecía sufrir. Vamos a ver, el chaval tiene, dentro de mi escepticismo, excusa; pero si la quería... joder, si la quería no era necesario que se lanzara solo a los leones. A fin de cuentas, tenía un colchón de tres personas que se hubieran partido el lomo por él. Dejando quejas a parte, me pareció muy tierno ver cómo poco a poco las barreras de Rachel iban cediendo. Y es que no se lo quita de encima ni a sol ni a sombra: carreras, desayuno, proceso creativo y cientos de excusas para ir a buscarla. Una y otra y otra vez.

Si pudiese quitar una sola escena del libro, una sola, sería la trillada " no puedes salir con otros tíos, porque no te merecen, y yo tampoco, pero yo te quiero y ellos no; y no vayas, que si no me enfado, pero si son chicas puedes irte, hasta luego ". Eh... no. Lo siento. No. Sé que no estaba ahí con maldad, pero me molestó, y ya sabéis que no soy amiga de los "bien-queda". Los celos, que dan mucho asco. Los celos, que no tienen nada bueno.

Volviendo a mi amor-odio con Luke... es que estoy flipando. Vamos a ver, que yo me aclare: el tío se pilla un ciego del quince en Las Vegas, se casa con Dios sabe quién y ahora la quiere encontrar para divorciarse. Amigo, estás jodido. Bromas a parte, le veo potencial a la historia, eso si no termino por volverme loca, porque el chaval tiene unas salidas de tiesto que me ponen muy nerviosa. No sé cómo será la tal Harriet, pero espero que ponga en su sitio al amigo graciosito de la casa.

El final me pareció muy bonito. Sí, esos epílogos dan la vida y, joder, es que Mike y Rachel son amor. No sé qué más necesitáis para darle una oportunidad.

Con todo, 33 razones para volver a verte es un muy bien inicio de trilogía. Con dos protagonistas expertos en lanzarse cuchillos, una prosa preciosa y un par de amigos que hacen las delicias de la lectura; Alice Kellen nos sumerge de lleno en una historia que vale, y mucho, la pena.

Mike apoyó el bate en el suelo de la calzada mientras Jason corría hacia ella. La había visto en el colegio. Era imposible no fijarse en ella, no solo porque era la nueva, sino porque tenía un montón de pecas, como si alguien hubiese sacudido una brocha de pintura sobre su piel, salpicándola de estrellas, y porque el cabello, que caía por sus hombros con delicadeza, era del color de las calabazas maduras.

-[...] ¿Se puede saber por qué te gusta tanto?

-No lo sé. - Mike se encogió de hombros y colocó sobre la enorme pila de discos otro más. - Puede que sea porque... está roto. Todo está roto.


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