Reseña
-
La magia de ser nosotros
¡Hola, hola, hola!
Hora de ser sinceras y sinceros... ¿qué salvajada de libros habéis pedido para Navidad? No, no os molestéis en mentir... Seguro que os habéis guardado ese libro por el que os morís de ganas... Espero que os llegue, sí, sí. Yo la verdad es que estoy un poquito indecisa. ¡Y en pleno parón lector! Una putada mayúscula para estas fechas - por favor, sólo estoy leyendo temario infumable... -. Pero bueno, lo llevo bien, ¿eh?, entre polvorones y porquerías varias una es más feliz que una perdiz.
Hoy toca reseña de una de mis autoras favoritas. Sí, sí, estoy que me muero por volver a leer cositas suyas... ¡y por que llegue el año que viene para que podamos disfrutar de una nueva historia! Pero no me enrollo más, ¡dentro reseña!
Ficha técnica![Reseña #169: La magia de ser nosotros Reseña #169: La magia de ser nosotros](https://m1.paperblog.com/i/568/5687539/resena-169-magia-ser-L-H36Wbi.jpeg)
SinopsisSofía intenta seguir adelante... pero nada es lo mismo sin Héctor.
Sofía siente que se traiciona cuando un nuevo futuro se cuela en su vida.Sofía enmudece al ver a Héctor en el Alejandría tras siete meses de silencio.
Héctor ha vuelto con un perdón en los labios y un hilo rojo como aliado.Sofía y Héctor lucharán para volver a ser magia, pero ¿se puede mantener el amor sin renunciar a los sueños?Reseña de libros anterioresSofía 1 – La magia de ser SofíaMi opinión Lo sé, es para darme un guantazo. Yo, que juré y perjuré que JAMÁS leería esta segunda parte. Yo, que dije que me bajaba del barco. Yo, que como buena fan – débil – de la autora he caído… y me ha encantado. Muy raro, esto de que yo dé segundas oportunidades a algo. La experiencia me dice que lo que pasa una vez, pasa dos veces y, lo siento, no me hace ni puta gracia que me la peguen. Así que… bueno, creo que puedo decir que esta ha sido una de las pocas excepciones que he hecho, en general, hasta el momento. Después de este rollo, debo decir que la novela ha superado con creces mis expectativas – harto bajas, cabe decir –. Sofía, después de la ruptura con Héctor, esa por un patético post-it – hay que ser bastardo… – está hecha polvo. Y Oliver está hasta los cojones. Hasta los santísimos huevos de ver a su amiga hecha mierda. Tres cuartos de lo mismo para Abel. Así que entre los dos tienen una idea terrible. Sale de la cabecita de Oliver, la apoyan Mamen y Abel… citas por Internet. Qué empiece el desastre.
Las citas no son sólo para Sofía. Oliver tampoco está bien. Desde su ruptura con Carla – a la que, me vais a perdonar, alguien tendría que decirle que se quiera un poquito y deje de ser una déspota –, quiere salir de ese círculo tóxico que no le aporta. Al pobre, ya no le apetece ni follar. Y eso, en él, es muy raro. ¡Pero no os preocupéis, que la “pito-pausia” - malditos chalados, lo que me reí con eso – le dura poco. Sexo sin compromiso. Sexo fácil. Bueno, Oli, cielo… prepárate, que te viene una buena.
Si sois asiduas y asiduos, sabréis que Benavent es, de lejos, una de mis autoras favoritas dentro del género. Me encanta cómo escribe, y es que la mujer es cercana. Nos habla como se le habla a una amiga, dándole voz a mujeres con las que nos podemos sentir identificadas. Porque lo que cuenta es muy mundano. Y eso es una maravilla. Tal vez esto no sea lo mejor que ha escrito, pero vale la pena. Y sólo por la sensación de volver a casa que me dan sus libros, ya vale la pena.
Las citas son un maldito desastre… al principio. Sofía ya no sabe si reírse o llorar, y es que pasa desde fanáticos, hasta gordofóbicos y racistas. Una suerte de panda de desgraciados que, sinceramente, hacen que una pierda la fe en la humanidad. Lástima que Rafa no sea más que un buen chico a la búsqueda de una relación normal… y a Dios gracias que Sofía no lo utiliza para olvidarse de Héctor. Las rupturas no pasan por hacer daño a nadie. Cada una, cada uno, las vive a su manera. Y Sofía ha decidido que, al menos de momento, está mejor sola.
Eso me gustó. Quiero decir, está bastante estigmatizado, el amor. El complejo de damisela en apuros lo ha convertido en poco más que una caza de huevos de pascua, donde gana quién lo consiga primero. Y es triste, porque a mi juicio es muy importante escucharse a una misma, a uno mismo, antes de empezar a pensar en escuchar a otra persona. ¿Qué queremos, qué esperamos? ¿Y por qué eso debería hacernos parecer egoístas? Sofía lo aprende, claro, como todas las cosas que una, uno, aprende de verdad: por las malas. Con dolor. Y con lágrimas.
El reencuentro es apoteósico. También perfectamente normal. Ella está trabajando. Él aparece. El mundo sigue girando, la rutina sigue quemando al resto del universo. Pero su mundo, el de ellos dos, el privado, el que dibujaron y rompieron; se dilata hasta estallar. Y hay dolor. Y hay odio. Pero también hay esperanza… Héctor va a tener que sudar sangre, ¿eh? Bueno, pues que empiece.
Mi favorito en este libro ha sido Oliver. El tío me recuerda muchísimo a Stifler en American Pie. Es gracioso, porque aunque no soporto a los capullos, estos dos han conseguido conquistarme totalmente. Ajá, a veces soy absurdamente incoherente. El caso es que Oliver se va a encontrar con su talón de Aquiles. Una chica que le va a dejar bien claro que es un gilipollas. Así, sin florituras. Un gilipollas del que una sólo puede sentir lástima y vergüenza ajena. Un gilipollas, con todas las letras, al que alguien debería dar una patada en los cojones. Y Oliver no va a soportar no caerle bien a su Kraken personal…
Y ahora, bienvenidas y bienvenidos a la ZONA SPOILER
No tendrían que haber acabado juntos. Pero me gustó que lo hicieran. Me explico. Por más que Héctor se parte los cuernos para aceptar las decisiones de Sofía, no dejó de parecerme el mismo crío idiota haciendo idioteces. Todo muy redundante, como su manera de pensar. En su sistema ideal, hay una sola constante: su amor por Sofía. Uno que parece poderlo todo, hasta que las exigencias les petan a los dos en la cara. Él quiere pueblo, ella ciudad. Él quiere una vida más bien ermitaña, ella sigue queriendo pasar tiempo con sus amigos. Ella adora Madrid. Él lo odia.
Si funciona, es porque es un libro. No me jodáis, yo adoro la ciudad. Me encanta el ruido, las prisas y tenerlo todo a mano. Adoro el puto asfalto, porque me hace sentir segura. Un pueblo pequeño, rodeado de bosque… bucólico, pero me lo salto. Y es por eso que me cuesta un trabajo muy salvaje hacerme a la idea de que una persona, una condenada persona entre cientos de miles de ellas, valga la pena para ceder a algo tan grande. Ceder una casa. No una semana. Una casa. Un hogar. Eh, no.
Un punto muy importante de la novela es esa batalla: el ceder en pos de alguien, el saber qué quieres antes de preguntarte qué quiere la persona con la que quieres atarte. Porque Héctor y Sofía no se parecen en nada. ¿Puntos en común? El amor. El jodido amor que ya les petó una vez en la cara. El mismo que va a hacer que todo se vaya a la mierda… ¿o no?
Mireia y Oliver se merecen un libro. Uno larguísimo. Porque son maravillosos. Ella es… joder, es una tía con las ideas claras. Íntegra, maravillosa y sincera. Muy importante eso, teniendo en cuenta que Oliver es el típico chico guapo que, en fin, está vacío por dentro. Alguien que gusta y se conforma. Alguien… gris. Pero Mireia está ahí para llamarle por su nombre. Me parecieron muy tiernos, a la par que muy tontos. Que se gustaban era innegable, que ella no quería pensar en cómo podía llegar a complicarse su vida si se ataba a él también. Pero quién no arriesga no gana. Y ellos… joder, hacen que el libro sea una carrera hasta su próximo capítulo.Me ha parecido una historia madura, las cosas como son. Personas que crecen a golpe de ensayo-error. Personas que se equivocan y se levantan. Gente normal y corriente. Como vosotras, como vosotros, como yo. Gente. Y qué maravilla.
El epílogo, lo siento, no me ha gustado. No sabía qué cara poner – y, pese a todo, ya sabía que podía pasar, precisamente porque en Seremos recuerdos, fueron por ahí los tiros –. No entiendo la necesidad de hacer algo así. Para mí no existe. Con eso lo digo todo.
La magia de ser nosotros es una historia tierna, divertida, con un puntito agridulce que la hace sencillamente adictiva. Si no de Héctor y Sofía, corred a leerlo para enamoraros de Oliver y… cierta persona que va a poner su mundo patas arriba.
Nota: 4/5