“De aquellas tierras, de aquel barro, de aquel silencio he salido yo a andar, a cantar, por el mundo”.
Así se describe Pablo Neruda, autor de una obra fecundísima, a través de la cual se pueden seguir las diferentes tendencias que ha experimentado la poesía hispanoamericana de nuestro siglo.
Veinte Poemas de Amor y Una Canción Desesperada, una de sus obras más importantes, revela una voz poética muy personal. Se trata de un libro de amor juvenil, apasionado, exultante y amargo, escrito con un tono cálidamente humano y sencillo, aunque con imágenes poéticas originales.
El conjunto de su obra mereció el Premio Novel de Literatura en 1971. Antes, sin embargo, ya había alcanzado algo que “muchos desdeñan pero que es, en realidad, para muchos inalcanzable. He llegado – escribe Neruda – mediante una dura lección de estética y búsqueda, a través de los laberintos de la palabra escrita, a ser poeta de mi pueblo. Mi premio es ése.”
Veinte poemas de Amor y una canción desesperada como bien lo dice el titulo, son pequeños poemas escritos por el premio nobel de literatura Pablo Neruda en 1924. No había leído nada del autor así que esta es la primera obra que tengo el placer de leer. Esta obra es muy pequeña por lo que es muy rápida de leer, yo la leí mientras esperaba por mi cita medica.
Me encanta que Neruda no utilice palabras rebuscadas ni complicadas, con un lenguaje sencillo nos envuelve en un mar de sentimientos. Este es un poemario con muchas metáforas y referencias al mar .
Lo recomiendo a todo aquel que quiera iniciarse en la poesía y a todo el publico en general.
Mi poema favorito, aunque suene cliché, es el numero 20:
Poema 20 Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: “La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos”. El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Como no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la eh perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Que importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Su ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor y tan largo el olvido. Porque en noches como ésta, la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. Besos, Recuerden que también me pueden seguir en:E-mail — [email protected]
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