Revista Cultura y Ocio

Reseña #262. La magia de ser Sofía, de Elísabet Benavent.

Publicado el 03 junio 2017 por Zeleza @AtardecBajoArbo
Portada de la novela romántica La magia de ser Sofía de Elísabet Benavent, donde en un fondo azul claro está el título en letras negras y grandes.

La magia de ser Sofía

Bilogía La magia de ser Sofía I
Editorial: SUMA
Páginas: 528
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788491291107
Precio: 16,09€
Sinopsis
@BetaCoqueta, autora de «Saga Valeria», «Saga Silvia», «Mi elección», «Horizonte Martina» y la novela Mi isla, regresa con una nueva historia de amor diferente que habla de los sueños por cumplir, de las rutinas en las relaciones de toda la vida y de las conexiones entre seres que no se buscan y a quienes el destino se encarga de unir.
Sofía tiene tres amores: su gata Holly, los libros y El café de Alejandría.Sofía trabaja allí como camarera y es feliz.Sofía no tiene pareja y tampoco la busca, aunque desearía encontrar la magia.Sofía experimenta un chispazo cuando él cruza por primera vez la puerta.Él aparece por casualidad guiado por el aroma de las partículas de café......o tal vez por el destino.Él se llama Héctor y está a punto de descubrir dónde reside la magia.
Reseña
Había visto este libro infinidad de veces en librerías, incluso en MediaMarkt, y siempre me había llamado la atención el título que tiene. Bendita la hora en la que decidí comprarlo.
Cuando leí la sinopsis he de reconocer que no me llamó mucho la atención puesto que me pareció que iba a ser un libro más de romance juvenil, pero me equivoqué.
La Magia de Ser Sofía es la primera parte de una bilogía, ya estoy con el segundo, y me sorprendió infinitamente la cantidad de cosas que me hizo sentir un libro aparentemente tan cliché.
Para que me entendáis mejor voy a tratar de explicaros un poco de que va, siempre sin haceros spoiller. Sofía es una chica optimista y que ama lo que hace, pero está a punto de cumplir los 30 y siente que le falta algo en su vida. Héctor es un chico de 34 años que lleva una vida cómoda pero monótona y se muda a Madrid con la esperanza de encontrar un soplo de aire fresco que le ayude a aclarar su cabeza. Por casualidades del destino estas dos personas se encuentran, y a partir de ahí, comienza todo.
Se lo que estaréis pensando, que es típico. Pues bien, aunque a primeras todo indique que va a ser un libro más: no lo es. No sé si es porque la escritora es una amante de las citas de libros y disfruté muchísimo descubriendo nuevas citas, no sé si fue porque Héctor cogió la forma de Nick Bateman en mi cabeza, quizá fue porque Sofía me recordó a mí en más de una cosa, o tal vez porque muchas de las situaciones que se dan en el libro me han recordado a cosas que he vivido y me han hecho emocionarme hasta llorar. Puede ser que sea también la pasión que puede sentirse en las escenas de sexo, porque si amigos, hay sexo, Sexo real, pasional, capaz de erizarte la piel pero sin ser vulgar. Escenas cuidadas, íntimas, eróticas pero verdaderas como la vida misma.
Los personajes de esta historia son de lo mejor que he leído en mucho tiempo. Lolo, Abel, Mamen, Oliver… todos se ganaron un pedacito de mí a medida que avanzaba en el libro, incluso Julio, tan tímido como es, consiguió caerme simpático (aunque a lo mejor tiene algo que ver lo adorable que es su hurón, Roberto).
Pero nuestros protagonistas…. Ay, nuestros protagonistas. Sofía es una mujer increíblemente bella por todo lo que representa, por su optimismo, su fuerza, su simpatía, sus ganas de descubrir cosas nuevas, su capacidad para amar… No es la chica ideal, no es una modelo, nos representa a muchas, hace que sea sencillo ponernos en su piel y sentir esa magia de Sofía que nos captura a todos. Héctor por otro lado me encantó. No es un malote, no es un buenazo. Es un hombre que sabe lo que quiere, que lucha por lo que quiere, y lo más importante, que es humano. Que siente miedo, y ganas de huir, que se equivoca y que asume que lo hace. Y eso, es lo que más me gustó de él. Sentir que Héctor no es solo un personaje y que ahí fuera puede haber muchos hombres como él.
Con este libro he pensado sobre muchas cosas de la vida, sobre cosas que me han pasado a mí, y también me he reído hasta llorar, para que lo veáis os dejo algunas de las frases que más me gustaron a mí: «¿Cuándo aprenderemos que los años son solo años y que las cosas grandes deben venir cuando nosotros las busquemos?», «Olvídate del Red Bul... lo que te da alas son las ganas de chingar», «Siempre he considerado la felicidad como una especie de balanza. Las cosas buenas y malas se van repartiendo a uno u otro lado y siempre podemos manipular el peso de las malas si nos tomamos la vida con la misma poca seriedad con la que ella nos toma a nosotros», «Y así fue como me convertí en el tipo de chica que creí que me había jodido la vida. Así entendí que juzgar no tiene sentido, que la vida no es o blanca o negra y que hablar del camino de otro si no lo has andado con sus mismos zapatos es absurdo», «El Alejandria era un portal a un mundo donde a nadie le importaban las rarezas de los otros y eso me parecía de lo más mágico del cosmos».
Chico joven con camisa azul se queda mirando a dos mujeres jóvenes, una castaña y otra pelirroja, mientras caminan.
«Y cada vez que ella agitaba las pestañas a mí me gritaban todas las entrañas, pero en silencio. Y se me desbordaba el sentimiento en la respiración, llenando tanto mi interior que nunca tenía suficiente oxígeno en los pulmones. Con Sofía me asfixiaba la sorpresa de quererla tanto. ¿Ya? ¿De pronto?»
Como estas frases, hay muchísimas más durante el libro. Muchas que te hacen reflexionar y muchas que te hacen desternillarte de la risa. Pero me gustaría hablaros un poco de la historia de amor de este libro. Esta historia tiene lugar en Madrid, en muchos sitios a los que si fuese ahora no miraría igual que antes, porque ahora tienen magia. Pero sobretodo ocurre en un lugar específico, que desconozco si es real pero ojalá lo fuese, que es el sitio donde trabaja nuestra protagonista: el café Alejandría. Este sitio es el sitio ideal para aquellos que aman los libros y el café, es mágico y no sé cómo explicároslo mejor que Sofía así que os recomiendo que la leáis a ella. Pero lo bonito de esta historia no es donde ocurre, si no como. Los protagonistas no se enamoran en dos capítulos, no se enamoran nada más verse. Comienzan siendo desconocidos, siguen siendo amigos y al final evolucionan a algo más: algo real, algo que te puede pasar en la vida real. Porque el amor no lo elegimos, él nos elige a nosotros. Y Sofía y Héctor eso lo saben bien. El amor no entiende de circunstancias, no pregunta si nos viene bien o mal, simplemente aparece y deja un hermoso caos a su paso. Y eso fue lo que me gustó de su historia. Pero para sentirla de verdad, para emocionaros tanto como lo hice yo, para sentir ese torbellino de emociones, esa montaña rusa de sentimientos tenéis que leer el libro y empaparos de su magia.
Pero para ayudaros a que entendáis un poco de que hablo, os dejo algunos pedacitos: «El amor no es universal, cada uno le da su propia definición y, con alguna, pueden rompernos el corazón», «Y así fue como hicimos caliente una de las noches más frías del año. Él por su parte. Yo por la mía», «Sabes que la quieres de verdad cuando desearías ser piloto, astronauta, camarero, poeta, músico, cocinero, marino, inventor, médico, perfecto… solo para ella», «Me gusta cómo te ríes. Me la pondría dura escuchar tu risa y definitivamente me partiría en dos ver que te ríes y me besas a la vez».
Y bueno… aunque hay frases mucho más dulces, no os quiero desvelar nada. Así que tendréis que quedaros con esos breves pedacitos o sucumbir a la tentación y descubrir el resto. Hay poco más que pueda decir de este libro, me encantó de principio a fin, y la segunda parte me está gustando tanto o incluso más (ya os contaré). Nunca había leído nada de Elisabet Benavent pero ya os digo que lo haré a partir de ahora porque me ha cautivado con esta historia, y necesito conocer las demás.
Espero que le deis una oportunidad al libro, y si lo hacéis, que lo compartáis. Si ya lo habéis leído, ¿qué os ha parecido? ¡Nos leemos pronto!

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