Revista Cultura y Ocio
Autor: Adelina González Muñoz Año edición: 2014 Nº de páginas: 124 págs. Encuadernación: Tapa blanda Editorial: Ediciones Dauro Precio: 14€
"Muchas gracias a Ediciones Dauro por el envío de este ejemplar".
La historia se desarrolla a finales del siglo XIX. Una noche de tormenta, el doctor Longman llega a una casa solitaria situada a las afueras de un pueblo Allí conocerá a tres personajes que viven aislados del mundo: Irene, una mujer atormentada por culpa de su marido, Víctor, un hombre orgulloso y severo; y Aurora, la criada. Víctor, que cree que Longman no ha llegado allí por casualidad sino por algo que ocurrió en un remoto pasado, por lo que no le deja salir de casa. El doctor acaba enamorándose de Irene e intenta ayudarla a escapar de ese maldito lugar y de su marido; o sea, de su propia vida. Pero no todo acaba siendo allí lo que parece. El jardín de soledades es una obra dramática e intimista de tintes trágicos, que envuelve al lector en una atmósfera angustiosa y llena de intriga. De estructura clásica, sus diálogos hacen aflorar los sentimientos más hondos del ser humano e invitan a reflexionar sobre la cordura y la locura, sobre la vida y la muerte, entremezclando soledad, pasión y odio, miedo y desesperación. Pero, por encima de todo, nos habla del amor y sus extravíos.
El Jardín de Soledades se trata de una obra teatral escrita por Adelina González Muñoz. Sinceramente el teatro no es uno de los géneros que más suelo leo, más bien, sería un género casi desconocido para mí, junto a la poesía. [Solo recuerdo haber leído La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca y fue porque era lectura obligatoria en el instituto]. Sin embargo, decidí leerla, porque su sinopsis me atrajo bastante y debo decir que me alegro enormemente haberla descubierto. La autora divide la obra en siete actos o escenas con un lenguaje poético, diálogos cortos y concisos y estructuras gramaticales sencillas. Está ambientada en una casa de campo de finales XIX y principios del XX, una época que favorece a su atmosfera claustrofóbica, oscura y misteriosa. Los personajes de El Jardín de Soledades son reducidos, tan solo cuatro: Irene, la protagonista, se cree victima de la situación que la rodea. No tiene ganas de vivir y se evade de la realidad al estar encerrada en cuerpo y alma en su casa, aunque tampoco hacer nada por cambiar su situación. Víctor, el marido, es controlador, autoritario, dominante y enigmático. Parece que su existencia se basa en controlar a su mujer, condenándola a soledad, encierro, represión y tristeza. El doctor Longamn será la tentación de Irene, viendo en él la posibilidad de escapar y recuperar la felicidad. Y, por último, la criada Aurora que representa la sabiduría y el sentido común en la historia. Y todos ellos guardan una cosa en común y es que todos caminan alrededor de la protagonista. La obra está muy bien escrita y pensada y debo admitir que nada es lo que parece. Estando plagada de simbolismo y metáforas: el ambiente gótico, el camino de cipreses, el nombre del jardín, la mantis del árbol… Todo tiene su significado. Y hay dos sentimientos presentes en toda la obra: uno de ellos, es la soledad en la que se encuentran inmersos todos los personajes y el otro sentimiento que mueve a los personajes de la obra es el amor, un sentimiento que condicionará el desenlace de la historia. Un final en cierta manera predecible, pero por otro lado que te dejará con la boca abierta. En definitiva, una obra muy recomendable, sencilla pero con trasfondo. Y de lectura muy ágil que devorarás en apenas unas horas (literalmente) gracias al suspense que te crea.
★★★☆☆
LLena de sentimientos
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