Revista Cultura y Ocio

Reseña #52: calle jamaica

Publicado el 01 agosto 2015 por Alaluzdelasvelas

RESEÑA #52: CALLE JAMAICA

Antes de pasar con la reseña que teóricamente tendría que haber subido ayer quiero comentaros dos cosas. La primera es que llevo un retraso respondiendo comentarios excesivamente grande. No os podéis imaginar la cara que se me quedó ayer cuando vi que el recuento de devolver comentarios oscilaba los 103-104. Así que os pido paciencia. Mucha paciencia. A partir de ahora responderé a los comentarios al día, pero los atrasados irán llegando poco a poco. Lo siento.

La segunda es que por el momento la sección de reseñas de libros infantiles va a quedar temporalmente aparcada. Concretamente hasta septiembre. Tengo dos preparadas para subir, pero de ahí en adelante no podré subir más. Una vez más: lo siento.

RESEÑA #52: CALLE JAMAICA

A pesar de su actitud extrovertida, Olivia se siente muy insegura frente al sexo opuesto, por problemas de autoestima. Su reciente traslado a Edimburgo encierra el anhelo de un nuevo comienzo ... Nate Sawyer es un buen amigo de sus amigos. Por eso, cuando Olivia se dirige a é l con sus problemas de relaci ó n, se ofrece para instruirla en el arte de ligar y ayudarla a adquirir confianza en materia sexual. La lección de seducción pronto se convierte en un intenso y tórrido romance. Pero el pasado de Nate y sus problemas de compromiso hacen que Olivia quede con el corazón roto. Cuando Nate se da cuenta de que ha cometido el mayor error de su vida, tendrá que trabajar más duro que nunca para no perderla para siempre.

RESEÑA #52: CALLE JAMAICA

Samantha Young nos brinda, con Calle Jamaica, el broche final de la trilogía, un cierre que a mi parecer es mucho menos dramático que sus dos predecesores, aunque no por ello menos adictivo. Con su prosa dulce, cuidada y fresca, nos mete de lleno en la vida de Olivia, una chica realmente tímida y algo acomplejada. Los toques de humor, junto con la ternura, hacen de este cierre una novela, sin duda, memorable.

RESEÑA #52: CALLE JAMAICA
Después de hacer un ridículo espantoso ante el alumno de la universidad, Olivia decide que ha llegado el momento de tomar cartas en el asunto . Al fin y al cabo, su escasa experiencia con los hombres debido a la enfermedad que sufrió su madre la convierten en una mujer insegura, bastante acomplejada y con pocas ganas de interactuar ; algo que se acentúa durante la boda de Joss y Braden: Olivia se emborracha y Nate se encarga de llevarla a casa pero, cuando la deja en su cama, la chica le cuenta lo vulnerable que se siente, su problema con el chico, Benji, y el porqué de su reticencia .

¿Qué decir de esta novela? La verdad es que me ha encantado, me he reído a carcajadas y he suspirado de amor más de una vez. Un coctel perfecto , al menos a mi parecer.

RESEÑA #52: CALLE JAMAICA

Pero no todo es un camino de rosas. Cuando, durante uno de sus encuentros, Olivia reconoce ante Nate que se está enamorando, este alza un muro invisible ante ellos y desaparece de su vida, dejándole claro que él no quería aquello, que ella prometió no enamorarse, que no es justo . ¿Cuándo es justo el amor?

Samantha Young , como siempre, consigue que quien lee su novela quiera dar de guantazos a los protagonistas por no aceptar lo evidente aunque lo hace con tal maestría que es imposible no rendirse ante sus debilidades y sus miedos . Y es que, al fin y al cabo, tanto Nate como Olivia

RESEÑA #52: CALLE JAMAICA

son personajes humanos, con problemas pasados, muertes de seres queridos y formas de pensar muy diferentes. Esto ha conseguido encandilarme: me gusta que Nate sintiera un amor tan profundo hacia su novia de instituto, me gusta que le cueste olvidarla y me gusta más aún que sienta una punzada de dolor cada vez que habla de ella . Sin embargo, adoro aún más cómo de débil se siente cuando está con Olivia, como se expone ante ella y, lo que es aún mejor, como lucha por ella cuando se da cuenta de que, realmente, siempre se puede seguir adelante .

Llegados a este punto quiero recalcar algo: Nate lucha con garras y dientes por lograr de nuevo la aceptación incondicional de Olivia pero esta vez es ella quien opone resistencia, quien se cierra en bandera y sólo cuando ya no puede seguir negando lo que siente se entrega a él sin reservas .

Ojo, el final es demasiado idílico y, por tanto, irreal, pero a mí me ha parecido hermoso, así que sólo me queda preguntaros algo... ¿A qué esperáis para leer esta trilogía?

Con todo, Calle Jamaica es un cierre de trilogía precioso, con unos personajes que llegan al corazón, unos momentos de lo más divertidos y una historia de amor digna de ser leída. Samantha Young cierra con maestría una trilogía que, para mí, es sencillamente perfecta.

RESEÑA #52: CALLE JAMAICA

Nota final de trilogía: 5/5

Una trilogía sencillamente maravillosa, novelas de género erótico que van muchísimo más allá de los estereotipos, con momentos tiernos, divertidos, desgarradores y cargados de humanidad. Unos personajes sencillamente entrañables construidos a partir de la pluma impecable de Samatha Young. Sin duda: tres novelas dignas de recordar.

-Oh, déjanos verlo - rogó Ellie con una sonrisa.

Cam negó con la cabeza.

-Está en mis costillas.

-Oh, venga, no vamos a desmayarnos por verte los abdominales - lo provocó Joss.

-Son buenos abdominales. - Jo tocó el estómago de Cam con orgullo.

Braden dio un trago a su whisky.

-Personalmente no quiero ver sus abdominales. Podrían... provocarme envidia.

Adam asintió con la cabeza, inexpresivo.

No lo sabía. Para ser sincera, no me importaba. Lo único que me importaba era que estaba ahí y podría verme. Si me veía, podría reconocerme e intentar hablar conmigo. Aunque también podría verme y no reconocerme. No sabía que era peor. Lo único que sabía era que no quería que mi familia y amigos fueran testigos de cómo Olivia Holloway se derrumbaba de forma estrepitosa al encontrarse con un hombre atractivo.

-¿Qué pasa con esos ojos hambrientos de dibujos animados? ¿No has estado comiendo bien?

-Estoy haciendo una dieta estúpida - murmuré.

Sentí que mi padre se tensaba a mi lado.

-Para torturarme. Ahora soy masoquista.

-Nate está cañón - dijo Hannah de repente, y cuando la miré descubrí que la guapa hermana de Ellie me miraba con el ceño fruncido -. ¿Por qué no sales con él? Quiero decir que está muy, muy bueno. Yo saldría.

-Por favor, dime que la niña no acaba de decir eso - rogó Adam a la mesa cada vez más pálido.

-La niña tiene un nombre. - Hannah alzó una ceja imperiosa hacia él.

Joss parecía estar tratanto de no atragantarse con la comida.

-Oh, sí que lo ha dicho.

-Me sangran los oídos. - Badren miró a Joss en demanda de ayuda -. Me da la sensación de que me sangran. ¿Están sangrando?

Hannah puso los ojos en blanco.

-Tengo dieciséis años, casi diecisiete, tengo tetas, un montón de hormonas y los tíos me parecen atractivos. Afrontadlo.

-Bueno, he perdido el apetito - Clark apartó el plato, con aspecto tan abatido que sentí pena por él.

-¿Por qué? Pensaba que ibas a enseñarme a coquetear.

-Sí. Parte del coqueteo es el lenguaje corporal. Si te sientas a un metro de un hombre, va a asumir que, o te has tirado un pedo, o crees que se lo ha tirado él.

-Significa algo. Te enseñó a luchar por más desesperadas que te parezcan las cosas. Es una lección que no mucha gente puede impartir a sus hijos, pero ella lo hizo. Te enseñó a ser valiente, Liv, y te enseño que la vida es frágil. La gente dice eso todo el tiempo, pero nunca lo entiende de verdad hasta que en un momento está riendo con alguien al que ama y al siguiente está llorando sobre su tumba. Lo entiendo. Lo entiendo porque Alana me lo enseñó. Pienso en ella cada día, y ella sabe que pienso en ella cada día. No tengo que visitar su tumba para que ella lo sepa.

-[...] ¿Cómo alguien tan cobarde puede enseñar a otra persona a ser valiente?

-¿Sabes qué más me has enseñado?

-Me has enseñado a creer en mí misma hasta el final. Me has enseñado que valgo más que lo que veo en el espejo. Así que hoy, mientras intentas enseñarme la lección opuesta, te digo que te vayas a la mierda

Nate era diferente, porque él había elegido dejarme. Eso añadía un padecimiento diferente al dolor, un escozor, como un corte con una hoja afilada en el corazón.

-¿Eso te suena melodramático, Bob? - susurré, con los ojos secos de haber llorado un océano de lágrimas en los últimos días.

Bob apartó la mirada como si estuviera aburrido.

-Sí, eso es porque nunca te has enamorado. No lo hagas. Más te vale meterte en una picadora de carne.

-Joder, Cole, ¿te estás tirando eso?

Cole miró al chico.

-Del, ¿por qué no te das la vuelta y empiezas a hablar por el culo? De esa forma perdonaremos la mierda que sueltas.


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