¡Hola a tod@s! J
¿Qué tal la semana? ¿Disfrutando de la playa y la piscina? Hoy os traigo la reseña de un libro que leí hace bastante tiempo (

Título: Te esperaré Autora: J. LynnEditorial: SUMANúmero de páginas: 416ISBN: 9788483657799Precio: 17,00€SinopsisSe llama Cameron, y te va a enamorar. Avery Morgansten necesita huir. Viajar a miles de kilómetros de su hogar para ir a la universidad es el único modo en que puede escapar del recuerdo de esa fatídica fiesta de Halloween que cambió su vida para siempre. Lo que no entraba en sus planes era atraer la atención del único chico que puede hacer pedazos el frágil futuro que está intentando construir. Cameron Hamilton es un metro noventa de irresistible atractivo completado con un par de imponentes ojos azules y una increíble capacidad para hacer que Avery desee cosas que creía que le habían sido arrebatadas para siempre. Relacionarse con él es peligroso. Pero ignorar la tensión ardiente que surge entre ellos —y que saca un lado de Avery que ella ni siquiera sabía que existía— es imposible.Mi opinión
Avery ha sufrido muchísimo. Su pasado es más que turbio, con fantasmas con los que lidia día a día, así que, cuando acaba el instituto, no se lo piensa dos veces al aceptar una plaza en una universidad en la otra punta del país. El dinero ahorrado, así como sus ganas de huir, se convierten en su único objetivo de vida. Enterrar el pasado, vivir de nuevo. Lejos de su familia. Lejos de sus secretos. Lo que nuestra protagonista no puede imaginar es que, una vez lejos de casa, se topará, el primer día de universidad, con un atractivo chico de ojos azules, Cameron. Avery llega tarde a clase de astronomía, asignatura que comparte con ese chico de mirada curiosa, pero, después del enorme bochorno que padece, hace lo único que ha aprendido a hacer en casos extremos: correr. Huir. Había leído y oído maravillas sobre esta autora, aunque todavía no me he animado con la archiconocida saga Lux. Sin embargo, tras haberme adentrado en las páginas de este libro, puedo decir que estoy más que satisfecha con lo que he encontrado. J. Lynn escribe de un modo cercano, conformado personajes humanos, con problemas y remordimientos como cualquiera de nosotros. Su prosa no peca de descriptiva, aunque sí de detallista. Me ha gustado muchísimo ver como describía los ambientes, las situaciones… sin llegar a resultar para nada pesada. Tras el encontronazo, Avery habla con sus dos amigos– un chico gay y una chica de lo más
alocada – sobre lo sucedido y ambos se asombran de que el chico se haya presentado como Cam, en vez de como Cameron. Por supuesto, eso es un dato irrelevante para nuestra protagonista. Ella lo único que quiere es centrarse en los estudios, olvidar su horrible pasado y seguir adelante. Pero ese mismo día cambiarán dos cosas en su vida. La primera es que, una vez llega a su apartamento, se dará cuenta de que Cameronno es sólo un hombre irresistible con el que se ha topado, sino que, para colmo, es su vecino. La segunda es que toda una serie de mensajes hirientes y llamadas descontroladas llegan a su móvil y su correo electrónico… ¿Qué hacer cuándo lo poco que has construido se viene abajo poco a poco? ¿Cómo seguir ignorándolo todo?
Y ahora, bienvenidos a la Zona Spoiler Debo decir que he quedado sorprendida ante la historia que se esconde tras estas páginas. No es algo original, ni siquiera algo que pueda llegar a dejarme con los ojos como platos, pero sí es conmovedora y dulce.


Nota: 4.5/5
Citas(…) Con lo que no contaba fue con el atasco de un kilómetro y medio que llegaba hasta la señal de stop, porque Dios nos librara de poner un solo semáforo en una ciudad histórica, ni tampoco con el hecho de que no quedaba un solo sitio libre para aparcar en el campus. (…)(…) Me tambaleé hacia atrás, agitando los brazos como si fuera un guardia de tráfico zumbado. Mi bandolera, llena hasta los topes, se me resbaló, provocando que me empezara a caer hacia ese lado. El pelo me tapó la cara, una cortina de color castaño que hizo que todo se volviera oscuro mientras mi equilibrio peligraba. Ay, Dios mío, me estaba cayendo. No había manera de pararlo. En mi mente bailaron imágenes de cuellos rotos. (…)
(…)-Me estoy muriendo de envidia ahora mismo. Daría mi testículo izquierdo por chocarme contra Cameron Hamilton. Me atraganté de tanto reírme.-Vaya. Eso es algo muy serio.-Cameron Hamilton es un tema muy serio, Avery. No lo podías saber. No eres de por aquí – dijo Jacob. (…)
(…)-Es que no estoy interesada en tener una relación. Jacob se rió.-No estamos diciendo que Cameron esté interesado con eso, ya lo sabes. No tienes que estar saliendo con alguien para tener un poco de ñaca ñaca. Brittany se le quedó mirando.-¿De verdad acabas de decir eso?-Sí. Y no lo retiro. Me voy a hacer una camiseta que lo ponga. – Jacob esbozó una sonrisa –. En cualquier caso, todo lo que digo es que ese chico es una oportunidad que a lo mejor no quieres dejar pasar.(…)
(…) Me encantaba bailar, todo lo que había implicado. El entrenamiento, los ensayos, y especialmente la espera que conducía al momento en el que salías a escena. Nada se comparaba a ese instante en el que estabas entre bambalinas, aguardando a que dijeran tu nombre; el aliento que cogías al salir al escenario y quedarte quieta bajo los focos. Ese segundo de tranquilidad en que cerrabas los ojos y dejabas que la música comenzara, sabiendo que todo el mundo estaba concentrado mirándote.(…)
(…) Lloré por Molly y por todo lo que había tenido que pasar. Lloré por Cam y por todo lo que le había hecho pasar. Lloré porque, a pesar de todo, todavía me quería. Sobre todo, lloré por todo lo que había perdido y por todo lo que sabía que podía ganar.(…)
(…)-Lo cierto es que no – dije mientras mi mirada se posaba en el inmaculado césped y la mansión de ladrillos –. Tus padres tienen un hogar. Esto es solo una concha vacía y muy grande. (…)
(…)-Podría estar mirándote toda una vida. No me cansaría nunca.-¿Ni cuando envejezca?-Ni entonces.(…)
(…) Todo iba bien. A lo mejor no era perfecto, pero no se suponía que la vida fuera perfecta. Era caótica y a veces un desastre, pero había belleza en su desorden y podía haber paz en la catástrofe.(…)
