Género: Thriller N° de Pág: 352
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Gardner's Hill es una ciudad remota y tranquila situada en la Australia Occidental. Allí vive el sargento de policía Chandler Jenkins, quien se enorgullece de dirigir la pequeña y tranquila comisaría de policía local.
Todo esto cambia el día en el que un hombre herido llega a la comisaría. El extraño está cubierto de sangre seca. Su nombre es Gabriel, y le cuenta a Chandler lo que recuerda. Cuenta que le drogaron y condujeron a una cabaña en las montañas y que allí lo ataron con cadenas de hierro. El hombre que le hizo esto se llamaba Heath, y le dijo a Gabriel que él iba a ser el número 55, su 55ª víctima.
Heath es un asesino en serie.
Mientras se inicia la investigación, un hombre que dice llamarse Heath entra en la comisaría y le cuenta a Chandler lo que recuerda: que le drogaron y condujeron a una cabaña en las montañas y que allí lo ataron con cadenas de hierro. El hombre que le hizo esto se llamaba Gabriel, y le dijo a Heath que iba a ser el número 55, su 55ª víctima.
Gabriel es un asesino en serie.
Dos sospechosos. Dos historias idénticas. ¿Cuál será la verdadera?
Como lectora amante de los thrillers no podía dejar pasar la oportunidad de leer la novedad del género que nos presenta Roca Editorial. Con una sinopsis que es muy sugerente, el autor nos hace vivir una historia que nos atrapará desde el principio y nos creará una sensación de ansiedad por descubrir todos los secretos que guardan los personajes.
Este libro nos transporta hasta la calurosa, árida y rojiza tierra de Australia al pueblo Wilbrook donde vive el sargento Chandler junto con su familia. Un lugar totalmente tranquilo hasta que un par de extraños llegan con una historia muy similar de secuestro y asesinato, Chandler y sus oficiales no saben a quién creer, ya que uno de los dos está mintiendo. Los sucesos contados por Gabriel y Heath son tan exactos que es muy difícil señalar al verdadero culpable y más cuando ambos parecen la víctima y asesino a la vez. A medida que se avanza en la historia nos iremos haciendo hipótesis junto a Chandler para dar con la verdad pero, cada vez que se está seguro de un culpable las cosas cambian para favorecer al acusado. Además de que tuvo que llamar al inspector Mitchel Andrews, ex compañero y amigo, para resolver a la brevedad el caso.
Intriga es lo que más resalta en todo el libro y es lo que nos mantendrá en vilo hasta el final. No solo se nos narrará los acontecimientos vividos por Gabriel y Heath, también tendremos flashback al pasado que nos ayudará un poco a entender el cambio del Mitch, y donde el autor nos describe el desespero y suspenso de una búsqueda que cambió la vida de ambos amigos.
La personalidad imperfecta e irritante de ambos personajes principales, Chandler y Mitch, hacen dar una atmósfera muy llamativa a una historia que se desenvuelve entre el misterio y la tensión.
Con un ritmo ágil, fresco y cautivador, disfrutaremos de una lectura que trasciende y consume la curiosidad del lector haciéndolo vivir el desespero y la eterna duda que acompaña a nuestro personaje principal hasta casi el final. Un final que es impactante y deja en shock.
En cincuenta y cinco capítulos tendremos el desarrollo de una historia idéntica de Gabriel y Heath, la evolución paulatina de descubrir al culpable, flashback al pasado que crea intriga y empatía con el suceso de ese tiempo, la relación de Chandler y Mitch que cambió hasta el punto de los celos y envidia, como la fe puede transformarse en la clave perfecta para los más crueles asesinatos, la cúspide total de la trama central haciéndonos ver los motivos por el cual el asesino mataba a sus víctimas y un punto más que te hará explotar la cabeza.
James Delargy debuta con una historia magistral y de alta tensión, describiéndonos una ambientación muy seca de Australia y que le da el toque perfecto para una novela de mucha intriga con giros sorprendentes a cada momento.
Felicito al autor por la maravilla de obra que ha escrito, tenía tiempo sin engancharme brutalmente a un thriller y 55 ha logrado no solo el no dejar de leer, sino también sorprenderme con su final.
No tienes que preocuparte por eso. No tienes que preocuparte en absoluto. Por supuesto que te voy a matar.
Sin embargo, el hedor agrio de la muerte se agarraba a la garganta y conseguia abrirse camino a través del intenso olor del mentol.
Eran los restos de lo que en tiempos había sido una vida. Una vida que ya no era.