¡Hola a tod@s!
J ¡No sabéis lo mucho que siento no haber podido pasarme por aquí hasta hoy! El caso es que, por sorprendente que parezca, estoy hasta arriba de trabajo y sólo estamos empezando octubre – no quiero ni pensar como de histérica estaré en enero. Menudas Navidades me esperan –. Supongo que siempre pasa eso de que se juntan cuatro desastres y explosionan. Bueno, pues mi semana pasada fue de esas: ¡BUM! Lo bueno es que, como siempre, me estoy superponiendo al desastre y… ¡Aquí os traigo la reseña de un libro que me enamoró por completo! No veo el momento de retomar la saga. Pero, contadme, ¿qué tal os ha tratado septiembre? ¿Octubre empieza con guantes de seda? Espero, por vuestro bien y por el mío, que todo vaya genial JFicha técnicaTítulo: (Vanir 2) El libro de la sacerdotisaAutora: Lena ValentiEditorial: Editorial VanirNúmero de páginas: 580ISBN: 9788493817015Precio: 21,90€SinopsisCuando Ruth llegó a Londres mes y medio atrás para visitar a su mejor amiga, Aileen, nunca se imaginó que se vería envuelta en una guerra entre seres ancestrales creados por los dioses Vanir y Aesir. Después de un tiempo amoldándose a su nueva realidad, los traumas y las voces del pasado han regresado para atormentarla y, poco a poco, le están robando la razón. Pero tiene una oportunidad para encontrarse y saber quién es ella realmente, y no dudará en tomarla, aunque eso la ponga en manos de un berserker moreno y taciturno que no cree en nada de lo que ella representa. Hacía mes y medio que Adam no dormía. Sus sueños estaban plagados de sangre, muerte y oscuridad, y en el centro de aquellas pesadillas sólo había una culpable. Una mujer de pelo rojo y ojos dorados. Una humana que no es quien dice ser: Ruth. Por eso, cuando ella quebranta la orden de no regresar a sus tierras y vuelve a Wolverhampton, él no dudará en darle caza y detenerla, aunque eso implique volverse loco y mantener sus instintos más salvajes a raya. Adam quiere desenmascararla, pero, en un juego de voluntades, desidia y deseos, ¿a quién se le caerá la máscara primero? ¿Al lobo o a la cazadora? Vienen tiempos de caza en el Midgard. El Ragnarök enseña los colmillos. ¿V erdadero o falso? En el amor y en la guerra, todo está permitido.Reseña de libros anteriores(Vanir1) El libro de JadeMi opinión La vida de Ruth nunca ha sido fácil. Detrás de su fachada de chica alegre, fiestera y despreocupada, se esconde una persona frágil, destrozada por lo que le ha tocado vivir. Y no sólo eso. Desde que ayudó a rescatar a Aileen y Caleb, sus facultades mentales se han desarrollado. Cada vez escucha más y más voces en su cabeza. Ella sabe perfectamente que son personas que murieron por unas circunstancias u otras, pero no quiere saber nada. Se cierra en banda y cada vez que uno de esos episodios le golpea con fuerza, se hace un ovillo y llora como la niña desconsolada que fue durante buena parte de su infancia. Todo esto saca de quicio a Aileen y Daana, que saben que la chica oculta algo, pero, ¿el qué? Es especial, lo saben. Sólo hace falta que Ruth lo acepte. Una noche, mientras nuestra protagonista trabaja en el foro de mitología nórdica y celta, para encontrar berserkers y vanirios, siente que todo se congela a su alrededor, pero en esa ocasión no son voces lo que oye. Un roce, un mero contacto. Y pierde la cabeza. Gritando como una verdadera histérica, alerta a Gabriel, que no tarda nada en alertar a Aileen y Daana sobre el estado de su compañera de piso. Las chicas, preocupadas por su amiga, intentan razonar con ella. Le dicen que As, el líder de los berserkers y abuelo de Aileen, puede ayudarla, pero Ruth no cede. ¿El por qué? Cuando ayudó a salvar a Caleb y su amiga, transmitió el mensaje a Adam, el chamán del clan berserker, un hombre realmente atractivo que, lejos de sentir lástima por ella, la trata con el más absoluto desprecio. Esto desconcierta a nuestra protagonista y es que ese hombre ahora rudo y brutal la salvó de ser asesinada por un lobezno la noche en que Caleb perdió por completo su fuerza. La barrera que se ha alzado entre ellos, una que Ruth se ve incapaz de salvar, se ha reforzado con insultos y comentarios salidos de contexto, así como ataques que no tienen lugar. Esa noche Adam le dijo que la mataría si volvía a acercarse a la zona berserker… ¿Quién le asegura que no vaya a cumplirlo? Lena Valenti vuelva a sorprendernos con una prosa magistral. Dulce, cuidada, mordaz… cada una de sus palabras contribuye a hacer de El libro de la Sacerdotisa, una novela sencillamente adictiva. Sus personajes son casi palpables y, como sabéis, esto es algo que adoro en la literatura. Evolución, nunca involución. Ruth por fin cede a ir hasta la zona berserker y, cuando As y María– la antigua criada de Aileen – la reciben, decide sincerarse. Cuenta cómo sus padres consideraban que ella era poco más que una perturbada, una adoradora del demonio, el mal… Narra cómo la maltrataban, cómo la sometieron a tratamientos psiquiátricos de lo más grotescos, cómo pasó buena parte de su adolescencia bajo el efecto del alcohol y las pastillas… Y cómo, después de dejar que la barrera mental cediera, las voces habían vuelto con muchísima fuerza.Para sorpresa de las chicas, María se lleva a Ruth, asegurando que se trata de una Sacerdotisa, una mujer de la Diosa. Al principio nuestra protagonista pierde por completo los papeles, negándose a aceptarlo, pero todo tiene sentido: oye voces de personas que necesitan su ayuda, tiene la marca de la Diosa… ¿Qué más puede ser? María convoca a las demás sacerdotisas para llevar a Ruth a su iniciación. Así se descubre que ella es la Cazadora, algo que hará temblar cielo y tierra pues… ¿No es con una Cazadora con quién sueña todas las noches Adam, una mujer con una capucha roja que lo mata con una flecha? ¿Serán ciertos los temores del chamán? ¿Qué deben decir los amigos de uno y otra respectivamente? ¿Cómo debe posicionarse As? ¿Y Caleb? Tras la iniciación, Adam se lleva a Ruth a su casa– con el consentimiento de Caleb, Aileen, María y As, así como de la propia Daana –. Su misión consiste en vigilarla día y noche hasta el día de su supuesta profecía. Lo que nadie sospecha, es que, a veces, las profecías no son lo que parecen. ¿Podrá Noah, el amigo de Adam y encargado de que éste no mate a la Cazadora, contener a Adam o, por el contrario, el chamán actuará por su cuenta? ¿Durante cuánto tiempo podrá Ruth fingir que no es más que una humana corriente? ¿Y qué hay de esos dos niños, Liam y Nora, que tratan a Adam con adoración ciega? Y ahora, bienvenidos a la Zona Spoiler Recuerdo que odié con todo mi corazón a Caleb. Quise sacarle el corazón del pecho para pisotearlo y luego hacérselo tragar. Con Adam no he llegado a sentir esto, aunque sí ha habido un par de veces en las que me hubiera gustado poder pegarle un par de guantazos. Quiero decir: comprendo que su pasado no es para tomárselo a broma, que su presente es un infierno y que su futuro es más bien incierto; sin embargo, no alcanzo a comprender cómo alguien tan sabio puede ser tan estúpido. Cree ciegamente en que Ruth es su verdugo, la mujer con la que fantasea, la mujer que lo mata al final de todos y cada uno de sus sueños recurrentes. Cree que Liam y Nora, sus adorados sobrinos, no están a salvo bajo el mismo techo que “ese monstruo”. Pero sólo él lo cree. Y, bajo ningún concepto, va a dejar que los demás pisoteen sus creencias. Me ha gustado mucho cómo Lena Valenti juega con las personas que leemos el libro. ¿Quién no sintió una ligera incertidumbre cuando Freyja afirmó que Ruth era la Cazadora de Almas? ¿Quién no se preguntó si realmente Adam tenía razón? Yo dudé, lo reconozco, sin embargo en ningún momento me gustó cómo la trató ese berserker. Cuando Ruth está atada a la cama en el sótano… Dios, os lo digo muy en serio: ¡quería matarlo! Sin embargo, me pareció un acierto por parte de la autora que Adam no llegara a violarla– error que a Caleb no le perdono –. El hecho de que pudiera ver a la hermana de Adam, Sonja, me descolocó un poco, aunque, una vez más, me quito el sombrero ante la maestría de Lena Valenti para mostrarnos la solución al problema y no darnos cuenta hasta que el problema es visible. Adam inyecta a Ruth un somnífero para pasar la noche lo más rápido posible y pide a Noah que haga lo mismo que él. Por supuesto, ninguno de los tres sabe que esa misma noche un grupo de lobeznos atacarán la casa y que el objetivo no serán ni Noah, ni Ruth ni Adam… El objetivo serán Nora y Liam. Ver cómo esos dos pequeños, guiados por su madre, salvan a Ruth, cómo ésta los protege como si fueran hijos suyos y cómo, para más inri, salva a Adam delante del tótem, disparando una flecha–véase la profecía del chamán – a sus agresores… Me maravilló. Nada malo que decir. La verdad golpea con fuerza a Adam. Ella no es el verdugo, ella es la salvadora. Acogiéndose a una antigua tradición berserker, Adam se convierte en su esclavo, algo de lo que nuestra protagonista no se aprovecha tanto como debería. De ahí en adelante, la novela se convierte en una carrera: nadie sabe quién dice la verdad, quién miente. Todo conjeturas. Adam no se acaba de fiar de Ruth. Ruth no se siente a gusto con Adam. El verdadero puente de unión entre ambos será, además de Sonja, Liam y Nora. Los pequeños adoran ciegamente a Ruth, no a Margöt, la mujer berserker con la que Adam quiere emparejarse cuándo todo acabe. Si soy sincera, odié a esa mujer desde el mismo momento en que apareció. Queda más que claro desde el minuto uno que lo único que le importa es el título de mujer del chamán, algo que sucedió con los padres de Adam y Sonja. Su madre, una mujer humana avariciosa – y un verdadero monstruo, si me permitís decirlo –, se casó con el chamán del clan y luego se benefició al resto de hombres, partiendo con Strike, un berseker que dominaba la magia negra, a dónde Loki les ordenó. Es bastante trascendental a lo largo de la historia tanto el pasado de Adam como el de Ruth. Me gustó mucho ver cómo ambos se abren al otro, contando sus vivencias, compartiendo sus demonios… Tal vez el punto de inflexión es Gabriel. Éste accede a contar a Adam todo lo que sabe acerca de Ruth. Como os podéis imaginar, se pone como un histérico al enterarse de lo que hacían con ella sus horribles padres, pero ahí sólo empieza lo que será la verdadera carrera. La carrera contrarreloj que supone el aluvión de descubrimientos posteriores. No quiero desvelar nada pese a encontrarnos en la zona spoiler. Creo que es importante que no sepáis nada más, ya que cada pequeño descubrimiento es un punto para los que no simpatizan con Loki. Nuestros vanirios. Nuestros berserkers. Aunque sí quiero comentar algo: me gustó muchísimo cómo Ruth logra ver el potencial de Nora y Liam simplemente hablando con ellos. A veces olvidamos que los niños no son tontos, que son personas con capacidad de raciocinio. Como cualquier otro adulto. Ruth les abre las puertas, les invita a compartir sus miedos, a dibujar sus sueños… y gracias a ellos nuestra protagonista sobrevive a la muerte. Otra cosa de la que quiero hablar, una vez más, es de Margöt. Es despreciable lo que hace, aunque algo me olía. Lo que no esperaba es que su vanidad, su inmoralidad y su crueldad se llevaran consigo a un personaje tan entrañable. El final me encantó y me dejó con lágrimas de felicidad en los ojos, aunque hay un par de cosas que me dejaron descolocada: la actitud de Menw, un personaje que adoro, y la de Daana. No sé qué será de ellos en el próximo libro – ¡por fin son ellos los protagonistas! –, pero no vaticino nada bueno. Con todo, El libro de la Sacerdotisa, es un libro con muchísima más fuerza que su predecesor. De la mano de Adam y Ruth, comprenderemos mejor qué trama Loki, cómo de lejos queda el Ragnarök y, lo que es más importante, la fuerza que tienen los niños. Sin duda, un libro cargado de tensión, dramatismo y dulzura.
Nota: 4.25/5
Citas
(…) Los tres berserkers gruñeron ante la osadía de la joven. Adam tensó la mandíbula. A esa chica poco le intimidaban los guerreros de Odín. O era una inconsciente o era muy valiente. Quizás, simplemente estaba borracha.(…)
(…)-No le caigo bien – continuó Ruth –, y ahora mismo me siento muy vulnerable para enfrentarme a él. Si me insulta de nuevo puede que lo mate – mientras María le quitaba la camiseta por la cabeza, Ruth se desabrochaba los tejanos –. Ese hombre no me gusta nada.(…)(…)-Así que… vas a jugar, ¿eh?-No – Ruth se tornó fría como el hielo –. Entre tú y yo no hay juego que valga, Adam. Es una guerra, declarada y abierta. Sin tapujos, sin compasión, sin segundas oportunidades. Voy a emplear hasta mi última gota de sudor en humillarte, cerdo insensible. Tanto o más de lo que tú me has humillado a mí. Nos has tenido piedad conmigo, yo tampoco la tendré contigo. Mi naturaleza es de ojo por ojo. No soy buena.(…)
(…) Era una mujer resolutiva. Siempre intentaba sacarle partido a las cosas malas que le sucedían. Nada era tan malo como parecía.(…)
(…)-No sé si te has dado cuenta de que quién lleva el collar soy yo. No podría jugar con ella aunque quisiera. Me tiene en su poder.-Sólo te lo advierto. Hay muchas maneras de jugar con alguien, y el poder, al final, es muy subjetivo.(…)
(…)-Aileen es una híbrida, y tú una mujer que habla con los espíritus. ¿Qué seré yo? ¿Un puto Gremlin?(…)
(…) Todo tenía una razón, pensó Adam. Incluso el detalle más sencillo e insignificante tenía su efecto en el tiempo.(…)
(…) Un beso de verdad debería ser siempre así, como una droga.(…)
(…)-¿Por qué un dragón? ¿Significa algo para ti?-Se llama Nidhug. El dragón simboliza la lucha y el orden. Un juez y un guardián en otras culturas. Los antiguos vikingos adornaban las proas de sus barcos con dragones porque se creía que así alejarían a los espíritus malvados. Sin embargo, es un símbolo dual. También es un ser infravalorado que bebe del Yggdrasil.-El fresno sagrado que extiende sus raíces a través de los nueve mundos. – Lo volvió a acariciar, fascinada por su piel dorada, por aquella dureza disfrazada de suavidad.(…)
(…) Estaba bien, lo comprendía, y aunque algo en su interior gritaba y no admitía la derrota, ya había tomado la decisión final. No era masoquista. Lo que tenía que hacer iba a ser una prueba de total desapego y de perdón. Lo hacía para no sufrir más, esa era la verdad, porque estar atada a Adam, de algún modo, la dejaba sin fuerzas y con una pena interior que no entendía. Era como sentirse rechazada a todas horas, y ella tenía dignidad y amor propio como para permitir que nadie la tratara así, aunque daba la impresión de que él lo hacía sin ser muy consciente de ello. El berserker era sincero, simplemente; su franqueza llegaba a ser a veces insultante, pero ella prefería las verdades antes que la hipocresía.(…)
(…) A Ruth le gustaban las emociones fuertes, no tenía miedo a sentir, ni a verse sobrepasada por la intensidad de sus experiencias, pero no iba a sufrir gratuitamente, ni por él, ni por nadie.(…)
(…) Nunca se lo había dicho a nadie, pero ella creía en los héroes, y no necesariamente en los que se jugaban la vida por otros. Para ella, un héroe era esa persona capaz de ayudar a otro a salir de cualquier hoyo.(…)
(…)-Todos cometemos errores, Adam – No le gustaba verlo así. Afectado –. Lo importante es reconocer que nos hemos equivocado, y luego, tener la capacidad de hacer algo para solucionarlo. (…)
(…)-Pero se equivocó. Mi padre siempre me decía que era más importante ganarse el respeto que la admiración de las personas. De ese modo siempre te toman en serio. La admiración puede convertirse en aversión. El respeto, una vez lo ganas, es para siempre.(…)
(…)-¿Por qué me has liberado después de todo lo que te he dicho? ¿Después de cómo te he tratado?-Precisamente por todo lo que me has dicho, Adam. Tu padre te ha enseñado que es mejor el respeto que la admiración de las personas. No tengo ninguna de las dos cosas a tus ojos. Como no me lo vas a preguntar por qué no creo que te importe, te diré lo que aprendí con mis padres; el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional.(…)
(…)-Chismosas– susurró Daana entre dientes.-¿Las has matado? – Preguntó Aileen horrorizada.-Sólo están echando una siestecita – contestó Daana comiéndose el séptimo éclair. Irritada, miró como la híbrida se partía de la risa viéndola comer –. No me mires así, Aileen. Tengo hambre. Siempre tengo hambre. Es uno de los fabulosos dones de la zorra Freyja. (…)
(…)-¿Verduleras, dices? Fíjate en esas vacas con narcolepsia – Daana se cruzó de brazos, molesta por la advertencia –. Aún mantienen las palmeras en la cabeza. ¿Dónde está el protocolo ahí?(…)
(…)-Y entonces metí la cabeza en el culo de la vaca y le dije: ¡la de mierda que hay aquí! – comentó Cahal mirando a Ruth fijamente. Eso hizo que Ruth prestara atención.-Perdona, ¿qué has dicho? – preguntó Ruth avergonzada.-No estás aquí conmigo y eso hace polvo a mi ego – entornó melodramático sus ojos azules.-Tienes un ego enorme como para que algo lo mengüe – contestó ella.(…)
(…) El miedo aleja a las personas no sólo de otras, sino también de ellas mismas.(…)
(…) Gabriel podría valer como luchador, o como… simplemente como persona que uno desea tener al lado cuando se va a la guerra, a morir, porque Gab, con aquella pinta de principito grande que todos veían en él, era el hombre más leal y mejor compañero que uno podía tener. Con él nunca se estaba solo. Un orgullo en nombre de la amistad, eso era Gabriel.(…)
(…) El verdadero amigo, el compañero leal, es el que hace sacrificios en nombre de la amistad. Los humanos etiquetaban a los amigos con facilidad, y era un error que cometían a la ligera, cuando decían que un amigo es quien comparte un momento sin hacer ningún tipo de sacrificio.
(…)