Revista Cultura y Ocio

Reseña American Gods, de Neil Gaiman

Publicado el 19 febrero 2014 por Sasy
Reseña American Gods, de Neil GaimanAmerican Gods (American Gods)Neil Gaiman (traducción de Robert Falcó)Norma477 páginas | 2001
La vida en la cárcel es dura. Pero siempre queda un rayo de esperanza si sabes que, a la salida, te espera una mujer que te ama, un amigo que te quiere, un trabajo que adoras... Todo eso es lo que quiere Sombra, que está a punto de salir de la cárcel... Pero un día le comunican que su mujer y su mejor amigo han muerto en un accidente de coche. Entonces, contratado por un extraño anciano experto en timos y estafas que responde al nombre de Wednesday, Sombra empieza un interminable viaje a lo largo y ancho de América, perseguido por el espíritu de su esposa, en el que descubre el límite entre lo humano y los divino, y que las reglas que rigen el mundo de los hombres no son las mismas con las que los dioses conducen el mundo.

Sombra está bien. Todo lo bien que puede estar un tío que acaba de salir de la cárcel un par de días antes del fin de sentencia para poder asistir al funeral de su mujer, muerta en un accidente de tráfico. O sea, que igual no está bien. De hecho, yo diría que está hecho polvo. Tan hecho polvo que cuando un tal Wednesday se le presenta y le propone que trabaje para él, dice que sí -de hecho dice que no y le manda a la mierda, pero luego le dice que sí-. Claro que eso, el contrato, fue antes de saber quién era Wednesday en realidad. Y quiénes eran sus amigos. Y, qué narices, sus enemigos.
Me cae muy bien Neil Gaiman. Siempre me ha caído muy bien, teniendo una relación con él que era como la que tenía con Galdós hasta hace unos pocos meses -te adoro, te quiero mucho, me gusta tu pelo, pero no te he leído nunca-. Pero leí Stardust (la novela, recordemos, en la que se basa una de mis películas favoritas), y leí algunos relatos... y ahora le tocó el turno a la que para muchos es su mejor obra, American Gods. Ganadora del Hugo en 2002, con maravillosas críticas, increíbles reseñas, ¿y a mí qué? A mí, pues vale. Y solo vale, de verdad. Pero vayamos punto por punto antes de que los gaimaníacos (¿qué? Si existe la palabra launático y puestos a decir barbaridades...) me devoren viva. Lo que sí. Me ha gustado, y mucho, el protagonista, Sombra, con esa pachorra que se trae para vivirlo todo y para limitarse a observar cuando toca y a actuar cuando es el turno -y en ocasiones cuando no lo es, de hecho-. Me han gustado mucho en general todos los personajes, milimetrados a la perfección, con una psicología brutal, apabullante, incluso los que ni siquiera entran en la categoría de seres humanos -porque nunca lo hayan sido o porque ya hayan dejado de serlo-. Me han gustado los diálogos, me ha gustado lo que pasaba y también lo que no pasaba. Porque a todo esto durante toda la novela me ha dado la sensación de que, aunque pasaban un montón de cosas super chulas, no pasaba nada. Como si estuviese aparte, volátil. Una sensación muy curiosa.
Nada de esto tendría que estar pasando. Si te hace sentir más a gusto, puedes tomártelo como una metáfora. Las religiones son, por definición, metáforas, después de todo: Dios es un sueño, una esperanza, una mujer, un cachondo, un padre, una ciudad, una casa con muchas habitaciones, un hacedor del tiempo que se dejó su cronómetro más preciado en medio del desierto (…)
Pero si hay algo que me ha enamorado, que ha hecho que ese 3/5 que el libro se ha llevado se me quede ligeramente corto, eso ha sido toda la parte teológica. Joder, que son dioses. Que aquí hay dioses a puñados, de todos los panteones, civilizaciones, leyendas, formas, tamaños, elementos y demás fauna posibles. No lo sabéis, pero es un tema que me apasiona(siempre he querido estudiar algo relacionado con la mitología); y la pregunta inicial que se abre en American Gods (¿dónde se quedan los dioses cuando se deja de adorarles, cuando alguien cambia de país, de vida?) me la he hecho en alguna ocasión. Así que como podréis comprender ha sido algo apasionante el ver todo el trapicheo deítico que se traen en este libro. Y no solo es esta una historia de dioses sino que además nos cuenta la historia de los dioses, de cómo aparecieron, de cómo la gente les llevó allí... y qué gozada. Sobre todo, qué gozada reconocer a algunos de los dioses. ¡Hasta sale Papá Legba! Sí, mis queridos amantes de AHS, ese Papá Legba. Por no hablar de mis queridos dioses egipcios, a quienes amo con todo mi corazón, y los hindúes. Me han faltado más páginas de dioses, porque contados por Gaiman se hacen incluso mejores, pero está claro que más habría sido abusar. Por cierto, y hablando de todo un poco, ¿esa escena de una prostituta -o algo así- hacia el principio del libro? ¿No os dejó picuetos?
Ya veis que hasta ahora es un gran sí. Sin embargo también veis que no he hablado para nada de la escritura de Gaiman, que yo tenía por maravillosa y perfecta y que tanto me había gustado en Stardust -un libro, por cierto, increíblemente bueno y que se merece vuestro tiempo-. Lo cierto es que aquí me ha resultado muy sin más. Me explico. Está fatalmente editado. Ya me daba miedo leer un libro que hubiese estado en manos de una editorial que realmente es de cómic, pero lo cierto es que no me esperaba esto. Frases sin sentido, erratas, errores tipográficos, faltas a cascoporrillo, una fuente tan pequeña que no había manera de leer más de 50 páginas sin morirse del asco. Y todo lo que os comento eran errores flagrantes, muy obvios, ¿si me doy cuenta yo, por qué el resto no? ¿Por qué los editores creen que nadie merece una edición como esta? La lectura se hace muy cuesta arriba, sea por la razón que sea, y esta es la causa del 3 que se ha llevado este libro en Goodreads. Que la prosa del autor no me ha parecido nada destacable, aunque sí que es verdad que cuando una es capaz de hilar la lectura de dos páginas seguidas sí que ve algo muy intenso y diferente, y es que Gaiman escribe de una manera distinta, como contando cosas sin contar nada, tiene una prosa muy especial y no me la han dado y me siento engañada. De verdad que quiero leer la nueva traducción que ha sacado Roca editorial a ver qué tal es.
American Godsme ha gustado y no a partes iguales. Por una parte me parece una pasada todo el mundo creado, así como los personajes y la historia, me han encantado las ideas de los dioses y en general el libro en sí. Sin embargo cuando toca hablar de la traducción que me ha tocado en suerte es otro cantar. Las faltas, los errores y los sinsentidos están a la orden del día. Recomendable, sí, pero desde luego no en esta edición.

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