Reseña: blanca como la nieve, roja como la sangre.

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Título: Blanca como la nieve, roja como la sangre. Autor: Alessandro D'AveniaEditorial: Penguin Random HouseSello: DeBolsilloFormato: Tapa blanda, sin solapas¿Saga?: No. AutoconclusivoNúmero de páginas: 247Precio libro físico: 7,95€Precio ebook: 4,74€

Entre mensajes de móvil, deberes, pósters, canciones, partidos, motos, miradas y sonrisas, se encuentra Leo, un joven inmerso en el torbellino de la adolescencia. Leo tiene un enemigo: el color blanco. Porque para Leo todas las emociones tienen un color, y el blanco es la ausencia, la soledad y la pérdida. El azul es el color de la amistad y el de los ojos de Silvia, su mejor amiga, leal y serena, su apoyo constante. El rojo, en cambio, es el color del amor, de la pasión, de la sangre: rojo es el color de los cabellos de Beatrice. Cuando Leo descubre que Beatrice está enferma y que su enfermedad está relacionada con ese blanco que tanto le asusta, deberá buscar dentro de sí mismo, sangrar y renacer para entender que los sueños no tienen fin y que siempre hay que encontrar el coraje para creer en algo más grande. ¿Por qué leerlo? Porque tiene todo: un estilo impactante y el encanto de una historia de iniciación a la vida. 

Este libro ha sido cedido por la editorial DeBolsillo. Desde aquí, muchas gracias. Más información sobre sus publicaciones visitando su web. 

Con dieciséis años, Leo cree que ya debería saber que quiere hacer con su vida, que debería descubrir cual es su pasión. Sin embargo, mientras ve como a su alrededor todos sus amigos y conocidos ya comienzan a hacer planes, él tan sólo es capaz de visualizar su futuro como una gran pantalla en blanco. Leo a veces siente que podría ser cualquier cosa que quisiera, y otros días se levanta temiendo quedarse en nada, en tan sólo un nombre que no recordarán. Para él, en el mundo no existen las medias tintas. Y mientras se ahoga en este mar de dudas, queriendo vivir el día a día sin pensar en el mañana, lo único que le salva de su monótona existencia es Beatrice. Leo está enamorado de ella. No la conoce pero ya la quiere. Porque para él, Beatrice representa todo lo que le gusta. Ella es rojo, el color de la pasión y de las personas especiales, de los sueños que se cumplen. Sin embargo, incluso en la existencia de Beatrice hay momentos no tan brillantes, que le traerán mucho más que el amor que Leo esperaba. Momentos que, a lo largo de un año, le harán replantearse hacia donde quiere llegar y qué es necesario dejar por el camino.

Silvia es como la resaca del mar: aunque no la oigas, siempre está. Y si la oyes, te mece. Si la amara, me casaría con ella ahora mismo. Pero el amor no es resaca, el amor es tempestad. Como Beatrice.

Hay libros que no son para el todo el mundo, pero que aún así todo el mundo debería leer. Porque te guste más o te guste menos, al final aprenderás algo de él. Y este es uno de ellos. Blanca como la nieve, roja como la sangre, es una historia escrita para soñadores, pero también para aquellos que siempre piensan en el por qué de las cosas. Para los que creen en el destino y para los que les vale con creer en sí mismos. Es una historia escrita por y para sentir los colores de la amistad y del amor. Del crecer y de lo mucho que esto a veces cuesta. Es la vida de Leo, ni más ni menos. Y a veces es repetitivo, porque la misma vida también lo es, como en esos días que parecen eternos, que nunca terminan. Y a veces pasa rápido, muy rápido, como ocurre con muchos de los mejores momentos. Y también podría ser la vida de cualquier persona que esté leyendo esto, porque en realidad no tiene nada de especial, excepto lo que tienen todas las vidas: que es suya y por eso es única. Este libro es una novela escrita en forma de reflexión, de la mano de nuestro propio protagonista. Es una novela repleta de personajes que destacan por su simpleza, donde radica también su realismo. Es un conjunto de un montón de pensamientos sin sentido y un montón de situaciones contradictorias, porque así es como a veces funcionan las cosas. De ensayo a base de prueba y error. Es la historia de alguien que comienza a relatarnos su vida sonando como un niño y la termina estando un pasito más cerca de convertirse en un adulto.
En Blanca como la nieve, roja como la sangre, olvídate de los grandes giros argumentales. Y de los finales inesperados. No hay acción a raudales ni grandes momentos de tensión. Pero es una novela constante, que te engancha desde las primeras páginas. Repleta de capítulos cortos que van pasando, sin darte cuenta. Que te deja preguntándote si realmente te está gustando, hasta que te das cuenta de que ya no puedes soltar el libro. Tiene ese no sé qué, qué se yo. Es una historia realista, que no es bonita ni es triste, sólo es. Y Alessandro D'Avenia, aún así, sabe como darle su propio toque especial. Porque si algo quiero destacar es que es de ese tipo de escritores. De los que tienen un estilo tan particular que podrías reconocerlo con los ojos cerrados, ya sabéis. Es un estilo cuidado y casi poético, intimista, a ratos con ese deje melancólico de quien relata cosas que ojalá no fueran así pero sin embargo son. El autor sabe como sacar provecho y profundidad de las palabras, sabe hacer magia y relatarnos cada detalle de manera que signifique algo. Lo que sea. Le da preguntas a Leo y Leo nos las pregunta a nosotros, pero esconde las respuesta. Pero quién sabe, puede que las encuentres al leer la última página.

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