Warlock: La amenaza de Thanos es tanto la secuela de la Saga de la Contratierra como de la Guerra de Thanos, obras que se publicaron por primera vez más o menos simultáneamente, y la obra que supone el principio de la madurez de Starlin como autor pues sobre esta va a pivotar el resto de su producción marvelita. Este, unos pocos meses después de finalizar la última y de abandonar la cole del Capitán Marvel por diferencias creativas, por elección propia pasó a encargarse de Warlock porque gracias a R. Thomas estaba en el limbo y era la base ideal para completar el par dialéctico que necesitaba para las historias que quería escribir al tener un corto pasado y no tener rumbo.
Ya dijimos que el secreto de la obra de Starlin en Marvel es que sus historias superan el maniqueísmo propio de los superhéroes. Él habla sobre como el individuo se enfrenta a la Vida, por eso su producción tiene aroma de clásico. En sus manos los superhéroes son los alter egos de los lectores. Una Vida entendida como la mezcla entre Caos y Orden, que no son exactamente Mal y Bien. Para ello creó a Thanos, el avatar de la muerte. Enfrentando a los héroes a la mayor amenaza para un mortal puede hablar sobre la Vida, pues es en las situaciones límite donde está la emoción que debe tener todo relato y donde todo es más brillante y claro. Ya dijimos que Thanos en la Guerra de Thanos es un ser contradictorio, lo cual le hace tan humano como los dioses griegos, sus parientes, y maquinador de forma, que sus rasgos de villano de opereta quedaban difuminados. Pero aún seguía siendo tal. En La amenaza de Thanos (título que, por cierto, espoilea) esos rasgos han dasaparecido. Sin duda la experiencia acumulada permitió a Starlin esculpir a su personaje tal y como había concebido, un ultravillano, un ser divino mucho más cercano a Galactus que a Darkseid en cuanto que no es metáfora de facetas humanas negativas sino de ideas abstractas ominosas. Su nave, además de tener la capacidad de destruir planetas (unos años antes de Stars Wars), tiene una perspectiva escheriana (con explicación racional, con botas magnéticas se altera el arriba y el abajo pero Starlin se olvida de la gravedad), por tanto no es algo del mundo ordinario, y ya no tiene servidores sino seguidores-creyentes (se ve más claro en La muerte del Capitán Marvel). Así, tenemos a un Thanos sereno, calculador y frío, a diferencia del de la Guerra de Thanos que era tan colérico y vanidoso como cualquier villano de opereta, que le hace ser más despiadado y taimado y, por tanto, terrorífico.
Otra cosa que lastró el primer trabajo de Starlin en Marvel fue que no contó con el superhéroe adecuado. La elección del Capitán Marvel no era mala pero no era óptima porque era un personaje poco metafórico y demasiado convencional para ser un avatar de la Vida adecuado. Warlock sí podía serlo por su cualidad divina y desinteresada mostrada en esa historia fallida que es la Saga de la Contratierra y conocida por el connossieur marvelita de los 70. Además, su piel dorada le venía bien a Starlin para evindenciar su divinidad, recordemos que cambió el color plateado del pelo del kree por el dorado. Este autor sólo necesitaba hacerle suyo, es decir, adecuado para la historia, y por ello le sometió a unas pruebas iniciatorias que también tenían el objetivo de elevarle a la altura de Thanos. Lo mismo que había hecho con el Capitán Marvel. Así, al igual que hizo con aquel, lo rediseñó dándole una capa que curiosamente se abrocha con un broche que tiene la forma de un cráneo colmilludo, un símbolo ominoso y de muerte que no encaja bien con el avatar de la Vida pero los personajes de Starlin son contradictorios y Warlock es un personaje trágico. De esto va el principio de este tomo. Esa es la auténtica misión del Magus. Él no es la verdadera amenaza sino Thanos, un giro argumental genial que debió funcionar en su época (nadie sabía que había pasado con Thanos tras la rotura del Cubo Cósmico), pero que aquí los geniales editores de Panini no han pensado en el posible comprador desconocedor de la historia que contiene el tomo como yo (la editorial cree que sólo los viejos del lugar pillan estas cosas o el nombre del titán es un reclamo comercial?). La compleja historia de viajes en el Tiempo, del Magus y de los Señores de la Ley y el Orden es simplemente la prueba cuya superación debe superar Warlock para estar en condiciones de enfrentarse a Thanos con probabilidades de triunfo. Una dura prueba, como es típico de Starlin, mental cuya superación implica la autosuperación y la metamorfosis porque conocer nuevas cosas nos cambia. Así, después de esta historia Warlock ha quedado como un nuevo personaje, como Thanos, que sólo puede manejar con solvencia su recreador pues quitando a los grandes ningún guionista mainstream tiene la suficiente cultura para dar entidad al substrato esotérico y místico que Starlin les ha dado.
Metiéndonos en cuestiones estrictamente narrativas hay que decir que Starlin lo hace mejor que en su primera historia porque la experiencia ayuda al talento. Así, el dibujo es mejor pero sigue pensado para el B&N (se nota que el autor fue fanzinero antes que fraile) con lo que muchos efectos del entintamiento se pierden con el color y su torrente narrativo, casi al nivel del de Kirby, atasca el fluir narrativo o dispersa la historia con creaciones que son buenas ideas, como la Iglesia Suprema de la Verdad, pero que no son imprescindibles para su transcurrir. Esto se evidencia en la cantidad de viñetas que necesita para contar la historia, su media debe ser el doble de la del mainstream clásico y el triple del actual, o en que utiliza diferentes voces narrativas (primera, tercera, tuteo, etc.) que descolocan, si bien hay que reconocer que esto no se notaba leyéndolo en su edición folletinesca original. Así, la historia queda demasiado liosa y densa de tal modo que el resultado, aunque chulo, es inferior al que Starlin hubiera conseguido si se hubiera parado a pensar y racionalizar sus esfuerzos y sus ideas. Queda claro leyéndola que es un trabajo de juventud pues ningún esfuerzo ni ninguna idea se escamotea o se reserva y el plan que se sigue es un simple bosquejo.