Título:Croquetas y wasaps.Autora:Begoña OroEditorial: SMPáginas: 232ISBN: 9788467551907Sinopsis: ¿Te has preguntado alguna vez qué quedará de ti cuando ya no estés? Clara sí. Justo cuando está al borde de la piscina. Y tiene dos opciones: tirarse de cabeza cuando todo su cuerpo grita para que lo haga, o quedarse quieta tapándose las orejas con las manos.
Novela realista que agranda el universo de Pomelo y limón y narra con el estilo actual y chispeante de Begoña Oro el chaparrón de sentimientos al que se enfrenta una adolescente cuando se da cuenta de que tiene al alcance de su mano la oportunidad de ser feliz.Opinión personalCuando terminé esta novela, dije que haría una reseña un poco más especial de lo habitual. Más basada en lo que he sentido al leerla que en la novela en sí. Quizá no sea capaz de lograr esto, pero es lo que voy a intentarlo. Croquetas y wasaps nos cuenta la historia de Clara. Pero también de Unai, de Lucas, y de la familia de la protagonista. Es una historia sencilla, sin muchas sorpresas. El punto fuerte está en la forma que posee la autora para llegar al lector, enganchándolo con un estilo muy peculiar y llamativo. Como bien he comentado, la historia es bastante lineal, con “poca chicha”. La relación amorosa es tópica y se huele desde el principio. Pero lo que realmente atrae son la cantidad de momentos, frases y sentimientos que extraemos de esta obra. Los personajes ni fú, ni fá. No es que no me hayan gustado, sino que no tenían nada especial para decir: “Oh, dios, cómo los amo, los recordaré bastante tiempo”. (De hecho, hace una semana y pico que terminé el libro y he tenido que volver a rescatarlo de la estantería para saber cómo se llamaba la protagonista). Sin duda, si hay que destacar un personaje, me quedo con el abuelo. Creo que es el único del que se puede sacar algo más, y alegra la novela entera. Y debo destacar un punto que me ha gustado mucho: Aparecen María y Jorge, los protas de Pomelo y Limón, novela que leí hace ya tiempo y que me gustó bastante. Esta situación es del estilo de la que nos encontramos en Lola y el chico de al lado, conde aparece Anna, protagonista de Un beso en París. Ritmo bueno, pluma buena, pero le falta un toque de originalidad. Quizá, con el título, pensábamos que eso lo íbamos a tener seguro, y que nos iba a sorprender de nuevo, pero a mí me ha dejado a medias. Y ahora vamos con la anécdota, esta vez un poco más personal. Estaba leyendo yo tranquilamente tumbada en el sofá de mi casa, cuando entra mi abuela y me pregunta: “¿De qué va el libro?” Y yo respondí: “De croquetas”. Y aquí me tenéis a mí, que acababa de leer la parte más “croquetil” (por no soltar spoilers) medio riendo medio llorando. Lo que me hizo reflexionar mucho sobre nuestros seres queridos, la importancia que tienen en nuestras vidas, y cómo debemos mimarlos siempre. Croquetas y wasaps me ha hecho pensar mucho. No por su historia en sí, sino por alguna de sus citas y sus momentos, que han logrado que no deje de darle vueltas al coco. Y, en ocasiones, hace que veamos las cosas desde un punto de vista diferente. Hace que echemos de menos sin haber perdido aún, como me pasó a mí en esta situación que os contaba antes. Y hace que todo tome nuevos sentidos. Y sí, quizá me acuerde más de ciertos momentos o citas que de la historia en sí, pero sólo por ese motivo vale la pena leer esta novela. No creo que sea una de mis lecturas favoritas, pero sí ha sido una de las que más me ha hecho implicarmeúltimamente. Por eso, una vez más, gracias a Begoña Oro por su peculiar manera de ver la vida y de narrarla para nosotros. Estaré esperando una nueva novela lo antes posible.
Novela lineal y personajes demasiado básicos y predecibles, pero con una gran personalidad y fácil de diferenciar entre otras miles, que consigue jugar con los sentimientos del lector hasta emocionarnos de cualquier manera posible.Un minipunto y punto para “la Oro”.Valoración:
¿Queréis saber cuáles son vuestras croquetas? Abrid el libro y empezad a leer. Garazi.