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Reseña: cuencias vacias, julián sánchez caramazana.

Por Claudiagreen @Claudiaypunto
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 RESEÑA: CUENCIAS VACIAS, JULIÁN SÁNCHEZ CARAMAZANA.

Título: Cuencas vacíasAutor: Julián Sánchez CaramazanaEditorial: TombooktuColección: Fantasía y terror Número de páginas: 171¿Saga?: No. AutoconclusivoPrecio libro físico: 8,95€Precio libro ebook: 4,99€
Un homenaje al género fantástico y a los autores que lo han hecho posible. A sus criaturas clásicas renovándolas con nuevos monstruos, aplicando su genio literario y creativo, fusionando registros con un tono oscuro, gore, macabro y de horror, en el que el miedo y el terror son los protagonistas, con sugerentes pinceladas de ironía y humor negro. Una antología con veintiocho relatos protagonizados por seres ávidos de sangre, personas que se transforman en bestias, posesiones demoniacas y entes diabólicos, psicópatas, lugares malditos, asesinos puntillosos, paranoias abductoras y alguna moderna Frankenstein, con guiños al género reconocibles, y malvados de atractivo magnetismo.
Este libro ha sido cedido por ediciones Tombooktu. Desde aquí, muchas gracias. Más información sobre sus publicaciones pinchando en el link.

RESEÑA: CUENCIAS VACIAS, JULIÁN SÁNCHEZ CARAMAZANA.Seres humanos que llegan al límite de la cordura y naufragan en un mar de locura. Asesinos en serie y rituales satánicos. Posesiones e historias de fantasmas. El eterno debate entre el cielo y el infierno. La realidad que más asusta y la irrealidad más absurda. Inocencia y frivolidad. Psicópatas con dobles identidades, historias agridulces sobre monstruos que caminan entre nosotros y otras que hablan de esos que se ocultan en las sombras, esperando su oportunidad. Terror que bebe de los clásicos más clásicos de todos, que habla sobre lo que ya ha sido contado pero parece que no, y leyendas que cambian y se reinventan, una y otra vez. Una pizquita de horror y otro poquito de sangre. Algo de humor, también, que eso nunca viene mal, por muy negro e irónico que este sea. Tampoco nos olvidemos de los ligeros toques de fantasía que amenizarán nuestras páginas. En definitiva, terror para todos los gustos. Todo eso y más es lo que nos podemos encontrar entre los veintiocho relatos cortos que componen Cuencas vacías, una antología sin más fin que dejarte con esa sensación de desconcertante escalofrío en poco más de dos páginas. Porque sí, cuando digo relatos cortos, me refiero a cortos de verdad, porque el autor nos demuestra que es cierto ese trillado dicho que habla de que siempre es mejor la calidad que la cantidad. Y pocas palabras son más que suficientes para girarnos por si alguien tiene la vista clavada en nuestra nuca.
Otra mujer, año nuevo, otro año. Trescientos sesenta y cinco días de convivencia, ninguno más. Conocerse, tutearse, el rubor en las mejillas. Amor del bueno. Apurar y ya el hastío, el cansancio, la rutina. Año nuevo, pareja nueva, como su madre. Ella uno cada día, él una cada año para conocerla un poco más. Charo le llenaba, no se dio cuenta. Pero al año ha pasado y la familia le decía que cada año hay que cambiar en aquello que más nos gusta. Frío, viento más cálido. Charo abierta en canal. Sangre, vísceras, órganos, dedos, huesos, desparramados por el piso. Trescientos sesenta y cinco trozos, homenaje en su memoria.

Cuando de un libro de relatos se trata, sin duda siempre he tenido la sensación de que es complicado hablar de calidad, definir hasta que punto la novela es buena o no. Y cuanto más relatos son, más difícil se pone la cosa. Y es que, ¿cómo hacerlo si me encuentro tanto donde elegir? Resulta más probable encontrar algunos que destacar por sobre encima de otros que acabar el libro con la resolución de que todos te han maravillado por igual. Y aunque en cierto modo es así, aunque puedo decir este está entre mis favoritos y este no, Julián Sánchez también ha logrado algo de lo más complicado: Mantenerme intrigada mientras leía todos y cada uno de ellos. Este es un libro escrito para disfrutar y devorar en cuestión de horas, ni más ni menos. Un libro corto pero intenso, con un estilo que bebe y rinde homenaje a los grandes autores del género, esos que podríamos llamar pioneros, a los precursores del terror en pocas líneas, como son Lovecraft o Poe. Y al igual que ellos, aquí se juega con los personajes, con el bien y el mal, con lo ambiguo, con lo correcto y lo incorrecto. Sorprende buscando el horror tanto en las escenas más mundanas como en las más macabras. Añade un importante componente psicológico y juega sus cartas con ingenio, de la manera más inteligente posible. Nos confunde y nos muestra relatos donde lo que parece, al final no es, y dónde lo que es, desearías que no hubiese sido. Te transporta a través de diferentes tiempos y lugares, cambiando los roles, poniéndote tan a menudo a través de los ojos de la víctima como del verdugo.
RESEÑA: CUENCIAS VACIAS, JULIÁN SÁNCHEZ CARAMAZANA.Entre todo esto, resulta más que destacable la prosa de Julián Sánchez, que no se puede calificar más que como diferente. Nos encontramos ante una narración que combina mil y una maneras de contar las cosas, porque no se conforma con una sola, que funciona tan bien en primera persona como tratándonos de tú. Que nos lleva a través de toda la geografía española, en una ambientación con su sello personal. Que puede dirigir a un narrador omnipresente o meterte de lleno en la peligrosa piel del protagonista. Que nos habla de hombres o mujeres, a veces de algún niño. Que nos lo cuenta en pasado o presente, mientras nos hace vislumbrar el futuro. Que se reinventa una y otra vez con el fin de no dejar indiferente. Que puede ser cruda o poética, sutil o concisa. Que es dura a la hora de escribir las escenas más macabras y sangrientas, al mismo tiempo que más tarde se vuelve ligera y filosófica. Julián es un autor que se adapta, que se nutre de innumerables factores y que aún sin perder su propia esencia, vuelve maleables las palabras y hace que asuman el papel necesario, que nos ofrece variedad y así nos aleja del encasillamiento en un estilo concreto. Todo esto convierte esta obra en una lectura fácil y adictiva, amena, que te atrapa desde las primeras páginas, con un ritmo constante y siempre a la espera de ver qué nos depara la siguiente historia mientras, sin darte cuenta, ya has llegado al final. Y yo poco más te puedo contar, para eso tendrás que leerlo.
PUNTUACIÓN:

RESEÑA: CUENCIAS VACIAS, JULIÁN SÁNCHEZ CARAMAZANA.
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