La canción de Aquiles es el retelling que Madeline Miller hace de original manera de la historia de la guerra contra Troya y el papel de Aquiles en la misma. Y es que la escritora saca de las sombras en esta novela a la figura de Patroclo, el amor desde la juventud del semidiós y héroe griego, para darle un papel relevante en lo que respecta a la trayectoria vital y decisiones tomadas por el mítico personaje. Ahora, por primera vez, asistimos a fragmentos de la Ilíada de una manera muy distinta, contados desde un prisma nuevo y muy revelador.
La novela aparece contada en primera persona por Patroclo, un chico que Miller presenta como una persona carente de talentos perteneciente a un linaje menor y que parece sobrarle incluso a su padre, quien lo destierra de sus tierras cuando asesina por accidente a un joven. Exiliado en Ftía, Patroclo empieza a entablar amistad con Aquiles, el hijo del rey Peleo y de la ninfa Tetis, un muchacho que, lejos de la rudeza y brutalidad que se asocian al héroe, se nos muestra como un ser delicado, sensible a las artes como la música y propenso a la ternura. Ambos jóvenes crecen, maduran, entrenan y lo comparten todo juntos, hasta que se les hace imposible seguir fingiendo que no se aman mutuamente y se convierten en más que amigos. Pero el destino alcanza a Aquiles quien, deseoso de la gloria eterna, no rechaza la petición de Odiseo de unirse a sus filas para atacar Troya y recuperar a la bella Helena, supuestamente raptada por Paris. Patroclo, a pesar de conocer las profecías sobre la muerte de su amado en este conflicto, decide acompañarle hasta el final y pasa los diez largos años de asedio a la ciudad viviendo cada día como si fuese un regalo.
La canción de Aquiles es un relato que humaniza al Aquiles de los mitos y concede a Patroclo un lugar más destacable que el que tiene en la famosa epopeya griega, al convertirlo en compañero inseparable del semidiós y narrador de la vida de este. El lector repasa en esta novela bajo el punto de vista de Patroclo los acontecimientos más importantes de la infancia y juventud de Aquiles como su formación a cargo del centauro Quirón; su complicada relación con Tetis, su madre; su reclusión en la corte de Licomedes, disfrazado de mujer, y, sobre todo, su papel en el asedio contra Troya, que termina con un trágico final, como bien es sabido.
La autora hace muy bien el trabajo de hacer desfilar por delante del lector personajes de la mitología e historia griegas como Áyax, Eneas, Príamo, Odiseo, Deidamea, etc. en un ágil repaso de varios acontecimientos de La Ilíada, y el final cierra de una manera muy emotiva esta historia en la que contemplamos el lado más humano de Aquiles y la importancia del príncipe Patroclo en su vida.
Pero que no te despiste la carga romántica de La canción de Aquiles, puesto que se trata de una novela bien repleta del cinismo y la crueldad que caracterizan a las acciones de los dioses, así como sigue siendo un relato de guerra, con sangre, sufrimiento y la demoledora certeza de saber en todo momento que la cosa va a acabar muy mal para los protagonistas. Puede decirse que tiene un poco de todo.
Como ya había leído Circe, esta vez no me ha sorprendido el estilo narrativo de Miller, conciso y cautivador a la par, que hace fluir de manera sencilla las complejas historias de la mitología antigua y supone un soplo de aire fresco para los lectores más jóvenes que quieran tener una primera toma de contacto con esta apasionante materia.
Yo, como no podía ser de otra manera, te recomiendo que te pares a escuchar esta nueva canción de Aquiles, porque suena muy muy bien.