Revista Cultura y Ocio
Reseña del Documental "Nostalgia de la luz" del chileno Patricio Guzmán, 2010
Publicado el 17 febrero 2011 por AquilescuervoLa memoria como centro de gravedad. Reseña del documental “Nostalgia de la luz” de Patricio Guzmán (España, Alemania, Francia, Chile, 2010)
El filme (como lo llama Patricio Guzmán) comienza con una toma de un viejo observatorio alemán decimonónico en el desierto de Atacama-Chile. La voz en off de un hombre mayor que recuerda su infancia en Chile y su fascinación por las estrellas empieza a guiarnos por los laberintos de sus memorias, propias y ajenas, centradas en los desaparecidos chilenos durante la dictadura de Pinochet y sus restos esparcidos por el desierto interminable. 90 minutos después el documental terminará de la misma forma, pero ahora con dos madres de desaparecidos, mirando, buscando algo en el cielo, en las estrellas distantes (parafraseando a Bolaño y su novela).
El documental del veterano director chileno Patricio Guzmán (La batalla de Chile, Salvador Allende, etc.) se construye a través de superposición de imágenes de archivo sobre la Dictadura chilena, imágenes del cielo tomadas desde los observatorios astronómicos chilenos en el desierto de Atacama y entrevistas a astrónomos, arqueólogos y madres de desaparecidos. El hilo conductor de la historia es la búsqueda incesante de esas madres, “buscadoras en el desierto”, en pos de una Quimera: los restos de sus hijos. Huesos calcinados, minúsculos, casi imperceptibles: pedazos de calcio que unen sus historias con el resto del Universo.
Nostalgia de la luz es un documental sobre la fragilidad del presente y sobre las memorias de lo ínfimo y del horror. Guzmán filma vestigios, fragmentos de memorias grabadas en piedras por indígenas de hace aproximadamente mil años y por presos de hace casi cuarenta años. Zooms y primeros planos sobre eras primitivas. Unas más que otras. Guzmán explora poéticamente ciertas continuidades en el tiempo. Por ejemplo cuando nos muestra los vestigios de los campamentos de mineros tratados como esclavos en el siglo XIX y cómo esas ruinas (¿circulares?) se convierten en “modernos” campos de concentración de la Dictadura de Pinochet en donde un grupo de prisioneros observan y estudian las constelaciones en uno de los lugares más privilegiados de la tierra para llevar a cabo esa exploración.
Una voz en off nostálgica del propio Guzmán se pregunta una y otra vez por las memorias dispersas de su país y por los huesos de los desaparecidos disecados en el desierto. Para Guzmán la memoria es un centro de gravedad del que no se puede escapar. Es una fosa común que no termina nunca de estudiarse. En su página web puede leerse esta frase que resume su testamento cinematográfico: “un país sin cine documental es como una familia sin álbum de fotografías”, (http://www.patricioguzman.com).
P.D. Después de ver Nostalgia de la luz vale la pena ir a leer un texto singular de García Márquez titulado Las aventuras de Miguel Littín clandestino en Chile (quizá el penúltimo gran libro de nuestro cinéfilo Nobel –no hay que olvidarlo- es decir, antes del General en su Laberinto) en el que se cuenta la historia de un Director de cine chileno durante la dictadura de Pinochet. Un libro “honrosamente” quemado por Pinochet y sus secuaces en Valparaíso en 1986, en una escena salida de Literatura nazi en América de Bolaño.
P.D. 2 Thriller de Nostalgia de la luz:http://www.allocine.fr/video/player_gen_cmedia=19146643&cfilm=173828.html