Ayer se cumplieron cuatro meses de que comprara el libro "The Boy Who Could Change the World: The Writings of Aaron Swartz" en Amazon.com. La fecha importa, cuando adquirí el libro quise prestárselo a un amigo y no pude hacerlo porque el libro estaba protegido por DRM ("digital rights management"). Esta tecnología hace imposible que uno lea el libro en cualquier dispositivo que Amazon.com no haya aprobado.
Envié un correo a la gente que había contribuido en el libro: "Si Aaron estuviera vivo, denunciaría esto en voz alta y le diría a la gente que no compre el libro", escribió Cory Doctorow en un correo al editor del libro el momento en que supo que esto estaba pasando. "Estoy 100% de acuerdo con este punto crítico", secundó Lawrence Lessig, fundador del movimiento Creative Commons y excandidato presidencial en Estados Unidos. Cuatro días más tarde se iniciaría el proceso para eliminar el DRM de los escritos de Aaron, y en dos semanas recibiría yo la confirmación visual de que todas las tiendas que ofertaban su libro lo hacían sin poner el famoso candado digital.
Aún no puedo compartir mi libro, puesto que las versiones compradas con anterioridad no fueron actualizadas para remover el DRM. Sin embargo, todas las personas que ahora adquieran el e-book podrán leerlo donde quieran y compartirlo sin ningún problema. Uno puede medir su legado, dice Aaron, no en función de lo que has hecho sino de cómo serían las cosas de no haber hecho nada. Y eso les debe decir mucho de la forma en que Aaron pensaba. Para poder responder esa pregunta, actuar siempre es la única opción. Actuar a pesar de no conocer el resultado. Actuar porque "fracasar es lo que casi siempre hacemos, la única manera de mejorar tus capacidades es tratar de hacer cosas que van un poco más allá de ellas, lo que significa que vas a fracasar algunas veces". Aarón -dice Lessig en su prólogo al libro- estaba trabajando en lo que creía que debía trabajar, independientemente de la ley. Arengó a otros a cruzar lo que él creía era una línea injusta. Y la cruzó él también".
Dos de las personas que escriben en el libro, hablan de su "Aaron interior", lo que él hubiera dicho, lo que él hubiera hecho. Lo que habla de la claridad de sus mensajes y de la fuerza de sus convicciones. Eso lo pueden leer en su libro mientras habla de temas tan variados como educación, propagada, medios de comunicación y política. En abril de 2001, cuando ambos teníamos catorce años, escribió sobre la importancia de la desescolarización y de cómo, educándose en casa, uno podía liberar tiempo para "ser un aprendiz [de alguien más] o un voluntario y aprender cómo hacerse cargo de un 'trabajo de verdad'; empezar tu propio negocio, influenciar políticos y tratar de hacer cambios en nuestro gobierno y sociedad".
Si lees " The Boy Who Could Change the World: The Writings of Aaron Swartz " prepárate para conversar con ese niño interior que siempre te negaste a escuchar, aunque supiste que siempre tuvo razón. Prepárate para arrepentirte de haberte rendido al explicar esas rebeldías porque no encontraste palabras, pues ahora las hallarás y, finalmente, reúne coraje porque hay cosas que uno no puede dejar de saber. Y una vez que las sepas no puedes dejar de actuar sin traicionar su legado.