Revista Cultura y Ocio

Reseña - El corazón de la banshee

Publicado el 16 mayo 2020 por Alaluzdelasvelas


RESEÑA

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EL CORAZÓN DE LA BANSHEE

 ¡Hola, hola, hola!
 Bueno. BUENO, BUENO, BUENO. Omaira y yo tenemos una lista de lecturas. Una lista de la que sólo salen cosas terribles, al parecer. El caso es que somo cabezotas y seguimos leyendo. Ah, sí, sí, algún día – espero – saldrá algo decente. Esta vez hemos leído un libro que… nos ha dejado sin palabras. En el mal sentido. Os dejó aquí la reseña de Omaira para que podáis echarle un ojo – ella ha sido bastante más correcta de lo que pienso serlo yo, sí.

 Antes de empezar y para ahorrarnos esos dramas súper terribles que derivan en conversaciones súper bordes… si os encanta el libro, haceos un favor: no leáis mi reseña. Porque estoy muy cabreada. Y se va a notar. Sobra decir que las faltas de respeto aquí no se toleran. De hecho, tengo la cochina manía de contestar en el mismo tono que se me habla. ¿Ha quedado claro que no quiero dramas por un libro? ¿Sí? ¡Dentro reseña!FICHA TÉCNICAReseña - El corazón de la bansheeTítulo:El corazón de la banshee Autora:Raquel de la Morena Editorial:Libros de Seda Número de páginas: 416 ISBN: 978 84 16973392 Precio libro físico: 18,95€ (Tapa blanda) / 7,59€ (Edición para Kindle)

SINOPSIS Erin tiene un año para aislar su corazón de cualquier tipo de amor, de lo contrario morirá. ¿Superará la prueba de la banshee o sucumbirá al amor?
 Dublín, 1817. Erin Galbraith es una joven de mente despierta y con sueños de independencia que vive en un mundo de hombres. Todo se complicará cuando, de repente, se ve obligada a llegar a un pacto con una banshee, una criatura sobrenatural que se aparece en las casas para anunciar con sus lloros y lamentos la inminente muerte de uno de sus moradores. Y es que, si Erin quiere salvar la vida a su hermano pequeño, deberá dejar atrás a todos los que ama y ella misma convertirse en una aprendiz de banshee. «Una vida por otra», según las exigencias de la Parca. La dublinesa tendrá que superar un periodo de prueba de un año y, si transcurrido ese tiempo no ha logrado aislar su corazón de cualquier tipo de amor, habrá fracasado y morirá. En su primera misión en solitario, Erin viajará hasta la isla escocesa de Skye, donde conocerá a Declan O’Connor, un arrogante highlander que, como ella, esconde muchos secretos y por el que se sentirá atraída desde su primer encontronazo en los pasillos del castillo de Stormfield. ¿Logrará la irlandesa superar su prueba como aprendiz de banshee o terminará sucumbiendo a un amor que la condenaría sin remedio a una muerte segura?OPINIÓN Liam se muere y Erin no puede soportarlo. Es su hermano pequeño, maldita sea, tiene que contarlo. Así que no se lo piensa dos veces cuando ve a una banshee a los pies de su cama. Dejando de lado la conversación– harto absurda y surrealista – que mantiene con ella, sólo hay una posibilidad: Erin debe dejar su vida y pasar la prueba de aprendiz de banshee para salvar a su hermano. Una vida por otra, ese es el trato. Pinta bien, ¿eh? Pinta interesante. Pues ni os molestéis en darle una segunda pensada a lo que acabo de comentar, porque el libro no va de Erin siendo aprendiz de banshee. Va de Erin, que no es más tonta porque no se entrena, colgándose de un pobre imbécil que, cosas de la vida, es tan tonto como ella.
 ¿Y cómo llegamos a este despropósito? Muy fácil. Con una deliciosa mezcla de falta de información e interés por parte de la autora en su propia trama. Entre el primer capítulo y el segundo hay un lapso temporal en el que pasamos a saber que Erin tiene cárabouna especie de búho, por si a alguien le importa lo más mínimoa través del cual puede ver si quiere. Todo muy poético-profundo. Sabemos, además, que le da mucha pena haber dejado a su familiapese a que lo haga a sangre fría y les dedique como dos líneas en todo el libro y que tiene que ir a casa de los O’Connor a acompañar al Confín al hijo mayor y heredero: Killian. Su mentora, la banshee que encontró a los pies de su cama, la manda allí solase ha portado muy mal… en fin, es que no sé ni por qué me molesto en hacer la graciacon el pretexto de recopilar información para un libro de leyendas. Supongo que es relevante decir que Lady Máda – la banshee – es historiadora. Atención spoiler: realmente, eso tambiénda igual. ¡Ahora llegamos a mi parte favorita de la historia! Tranquilas, tranquilos, no os estoy desvelando nada. Vale, os pongo en situación. Habéis bebido mucha mucha mucha agua antes de ir a dormir. ¿Consecuencia fisiológica directa? Pis. Mucho pis. Pues Erin tiene pis. Y no tiene ni puñetera idea de dónde leches está el baño porque, claro, nadie se lo ha dicho. Además, los O’Connor ni siquiera están en casa cuando ella llegan¿educación?, ¿eso se come?y ella se siente en el colmo de la generosidad por no preguntarle a nadie en esas horasla tía, que va de que no es clasista y me descojono yo de su comportamiento. ¿Y qué hace? Sale a buscar el baño. Y se topa con un tío. Después de una conversación que a mí me dio puta vergüenza ajenaaka: amiga Erin, un poco de amor propio, venga, el chico súper misteriosonadie tenía ni idea de quién iba a ser, claro que sí, guapise va. ¡Y a Erin se le pasa el pis! Pues si el jodido Declan consigue que a una se le pasen las ganas de mear, ¿por qué no se lo rifan las farmacéuticas? Ahora en serio: ¿qué sentido tiene esto, vamos a ver? Es que no es ni medio normal. Qué la muchacha se mea, hostia, y se le pasa por la gracia del jeto de Declan. Es que ni poniendo una velita a la virgen…
 Como no puede ser de otra manera, a la mañana siguiente Erin se entera de que sí, el chico misterioso del pasillo es Declan O’Connor qué sorpresa - y, claro, eso hace que se ofenda terriblemente.
 La novela, lo siento, es un sopor continuo. Un tira y afloja propio de niños de cinco añosmiento, probablemente los críos de cinco años son más maduros que estos dos idiotasen los que priman los celos. Ah, sí, sí, los celos. Con lo enferma que me ponen. ¿Sabéis qué es lo mejor? Que la autora pretende dibujarnos a Erin como una chica feminista. Esperad, qué me rio fuerte. ¿Es feminista una tía que odia a cualquier mujer, repito, cualquiera; sólo por el hecho de acercarse a Declan O’Connor? ¿Es feminista, me pregunto yo, un libro en el que la protagonista pone en tela de juicio el buen hacer de cualquier mujer, poniéndose ella muy por encima? ¿Es feminista, me cago en todo, un libro en el que las mujeres son enemigas? ¿Sí? Pues me parece que alguien va a tener que revisar de qué va el feminismo… lo mismo se lleva un disgusto.
 Otro tema interesante es el uso del lenguaje. La autora baila entre la modernidad y las expresiones coloquiales de nuestro tiempo; y un lenguaje pomposo, florido, que hacía que pusiera los ojos en blanco. Sumadle que la fluidez en los diálogos brilla por su ausencia y tenemos el cóctel perfecto: un libro que no hay por dónde cogerlo y que se basa en la relación de odio-deseo de dos personajes que tienen tanta química como, qué sé yo, un par de jodidas rocas.
 Lo más gracioso es que Erin cada vez se humilla más. Y más. Y más. Pese a que estamos hablando de una “novela blanca” – traducción: nada de escenas sexuales explícitas –, Erin y Declan se pasan toda la (maldita) novela hablando de sus vidas sexuales. Ajá, qué bonito. Y qué necesario. Vamos, mi duda existencial cuando odio a alguien es saber con quién folla y con qué frecuencia. Tiene sentido, ¿eh?, tiene mucho sentido… Pues no es triste ni nada que para que dos personas “hablen” tengan que hacerlo única y exclusivamente de ese tema. Qué ya veis, a mí me importa tres mierdas; pero es que no le veo el sentido a que se ofendan hasta por la forma de respirar del contrario y, pese a todo, Declan esté en un sin vivir por saber si Erin es o no es virgen. Antes de pasar a la zona spoiler – aviso: voy a destripar la novela entera -, os aclararé dos cosas más. En toda la novela, no sabemos cómo trabaja una banshee. No sabemos nada del Confín. Y no sabemos realmente qué clase de relación de supuesto vasallaje hay entre la figura de la banshee y la de la Muerte. Además, hay un total de dos leyendas, pese a que supuestamente el segundo deber de Erin sea recopilar las suficientes como para tener un volumen completo. Por cierto, es muy lamentable que una de esas dos leyendas le pegue quince millonesasí, a ojode patadas al libro entero. Y ahora, bienvenidas y bienvenidos a la ZONA SPOILER

 Hay un tema que siempre me ha tocado las santas narices. Se llama virginidad y me parece el timo de nuestra puta vida. Me importa una mierda vuestra vida sexual. Os juro por Dios que me importa una mierda. Ahora bien, pensad en vuestra primera experiencia sexual. Me refiero concretamente al momento en el que, ¡sorpresa!, el himen se va a lo que viene siendo la mierda. Sí, ya sé, ya sé, qué poca poesía. El pragmatismo, que me pierde. Pero vamos a centrarnos otra vez. ¿Os dolió tanto tanto tanto tanto pero tanto que os hicisteis bolita en la cama y tuvieron que traeros paños calentitos porque no podíais ni caminar? ¡VENGA YA, JODER, VENGA YA! Es que estoy harta. Harta de la protagonista virgen, inexperta, la que se ruboriza por todo y no quiere ni oír hablar de sexo por si acaso una palabra la desvirga. Harta de que él sea un puto fucker, que lo sepa todo, que “le enseñe”. ¿Pero qué le vas a enseñar, cara mierda? Va, por favor, POR FAVOR. Dramas virginales a parte, la boda me pareció lamentable. Tanto como el hecho de Killian efectivamente se muera y Erin no le dedique más que una mirada y una caída de manta. Vaya a ser que el colega pase frío. Lo sé, lo sé, tengo un humor horrible, pero ya que esto me parece un dolor de muelas dejad que me lo pase bien.
 Poniéndome seria, os diré que la novela carece de respeto por los ritos básicos que siguen a una muerte. Más allá del luto, sólo se nos cuenta que la familia O’Connor está más interesada en seguir su legado y linaje que en recordar a Killian. Y eso es triste, porque me parece una falta de rigor muy salvaje que la autora le preste más atención a un romance que no se cree nadie que a algo tan serio como las creencias de una familia que acaba de sufrir una desgracia.No digo que al libro le falte un componente religioso – por mi parte, es más que innecesario –, sino un poco de empatía. No quiero ni pensar lo que tiene que doler sobrevivir a un hijo. No puedo imaginarlo, no soy madre; pero estoy bastante segura de que una madre, una madre de verdad, no se limitaría a llorar un poco y luego exigirle a su hijo que se case con la que iba a ser la mujer de su hijo muerto. Si alguien aquí es madre, que opine sobre el tema, porque os prometo que ya no sabía ni qué cara poner. Volvamos al romance. Total, es lo único que pasa en el libro y de algo tendré que hablar. Erin hace sus pinitos en el campo del acoso. Sí, habéis leído bien: el acoso. No sólo se tira encima de Declan mientras él está durmiendoamiga Erin, por favores, que eso pasa al revés y se pone el grito en el cielo, sino que espía a Declan “sin querer” tantas veces que ya parecía hecho a posta. ¡Y mi parte predilecta! ¡Los celos! ¡Yupi, otro libro basado en LOS PUTOS CELOS DE MIERDA! Vamos a repetir lo que repito desde que ando por estos lares: los celos son mierda. Los celos no sirven para nada. Ser celosa, celoso, no implica querer. De hecho, implica todo lo contrario. Si te mueres de celos porque la persona que te interesa muestra, valga la redundancia, interés en otra persona: no tienes razón. No la tienes, lo siento. Así que Erin no tiene razón cuando se dedica a odiar a lady Catriona porque es la amante de Declan. Ni a ella ni a ninguna otra mujer de las muchas que pasan por la cama del chaval. Recordemos que es un fucker. Lo mismo les está dando clases, porque como sabe tanto… Ya paro, ya paro.
 Me pareció de muy mal gusto por parte de la autora que en la novela las mujeres sean malas malísimas y los hombres puedan irse con una palmadita en la espalda. Cada persona que comete el error de fijarse en Erin termina siendo buena persona pero, ojo al dato, cuando una mujer se fija en Declan es mala. Como lady Catriona, que es mala mala mala mala. Y claro que la tía no me cae bien, pero eso no exime a la autora de que se pasó con ella lo que vienen siendo novecientos pueblos sólo porque ella era la competencia directa de Erin. Atentas y atentos a como suena: competencia directa. ¿Hola? ¿Esto os suena bonito? Porque a mí me parece denigrante, patético y repulsivo. En ese orden.
 La boda y todo lo que implicó fue ya otro nivel. Eso sin contar el momento súper profundo de Declan hablando sobre sus ideales políticos. Que no os diré yo que eso esté malmejor eso que escucharle pelearse con la joya que le cae en gracia por mujer, pero estaba de más y no dejaba de ser una excusa para justificar el hecho de que se dedicara al contrabando. Sumadle que se casó con Erin porque juraba y perjuraba que no podría quererlaoh, sí, me he olvidado de otra cosa poco relevante en la trama: la maldición de los O’Connor. A grandes rasgos: la primera mujer con la que se casen tiene que pasar la noche de bodas sin que el varón la quiera, porque si no termina muriendo. Muy romántico todo.y preguntaos conmigo qué tiene que ver el tocino con la velocidad. Hum. Lo mismo si el coche va hasta el culo de tocino no avanza. Pero hasta el culo rollo que se caen los trozos de jamón por la ventanilla. En fin.
 Lo de la cueva ya ni lo comento. Lástima, penita y esa sensación de “esto no es más surrealista sólo Dios sabe por qué”. Pero no me salto la de la playa. Ah, no, no, el gran momento en el que Erin conoce a los “amigos” de Declan fue la patada final. Tengo curiosidad por saber qué opináis. Imaginad que estáis en la playa, solas, solos; y de golpe aparecen tres tíos con, al parecer, malas intenciones. Entiéndase todo lo aberrante de este mundo. Bien. ¿Sabéis cuál es la solución propuesta por Declan, que aparece de la nada, como buen protagonista salva damiselas que es? Besar a Erin. Me pincháis y no me sacáis sangre. En shock me hallo. Pero, eh, Erin es muy digna porque le da un bofetón. Claro, la violencia es la solución siempre. Muy sano.
 Lo peor de la novela es el final. Una vez más, me pregunto qué narices opinarán las madres de la idea brillante de la autora – a la mía no le hizo ni puta gracia, por si alguien tiene curiosidad – y cómo de orgullosa se sentirá ella de la resolución. Yo sentí verdadera vergüenza ajena, porque sigue sin entrarme en la cabeza que una trama que podría haber sido entretenida se desdibuje en favor de un amor que no me creí en ningún maldito momento y que sólo consiguió que me reafirmara en mi opinión de que cuando no hay química y sí muchos celos, las cosas sólo pueden salir mal.
 No me arrepiento de nada de lo que he dicho. Como comentaba en el inicio de la reseña, os invito a que opinéis con tranquilidad.

Insulsa, aburrida, con un romance entre nada creíble y ridículamente absurdo, El corazón de la banshee es una de esas novelas que pretende construir una relación sana basada en los celos y la inexistencia de química, ya no digamos intimidad, entre sus protagonistas. No la recomiendo. No la recomiendo nada.
Nota: 1/5

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