AROHA significa «amor» en maorí, la lengua de los nativos de Nueva Zelanda. AROHA es también una palabra japonesa que, entre otras cosas, significa «Te quiero». Pero si lees AROHA al revés, descubrirás otro significado igual de importante que completa el anterior: AHORA.
Opinión personal: El cuaderno de Aroha cuenta la historia de Josan, un joven que acaba de salir de una depresión y que se va a pasar las vacaciones de verano a un hotel turístico en una zona de playa. Allí conocerá a Muriel, una chica de su misma edad aproximadamente y un poco friki, y también a Aroha, cuyo cuaderno encuentra en su habitación y que le guiará en una búsqueda para encontrarla. Debo decir que la historia en sí no me ha entusiasmado. Había leído muchas buenas opiniones y mi concepto previo de esta novela estaba por las nubes, pero debo reconocer que me ha dejado un poco fría. La historia es sencilla, amena, y con unos giros en la trama que le dan un poco de vida, pero hasta ahí. Me hubiese gustado que me enganchara hasta el punto de conectar con sus personajes, pero no lo ha hecho. Empecé a leer, me entretuve, cerré el libro… Y ya. Una cosa muy buena que tiene esta novela es la delicadeza con la que se cuidan los pequeños detalles. Cada página tiene la frase perfecta, el ritmo perfecto y las palabras perfectas. Veo que es algo que se repite en los libros de Miralles, puesto la otra obra que leí de él (Retrum) también estaba muy trabajada y mimada hasta no poder más. Los personajes me han gustado, sobre todo Muriel. (¡¡Vivan los frikis, y viva el NaNoWriMo!!) Me parecía que tenía algo diferente al resto, porque Josan me acabó aburriendo y cansando un poco y Aroha… De Aroha no comentaré nada, será mejor que leáis la historia vosotros mismos. Otro de los debates que surgieron a raíz de la publicación de esta novela fue su número de páginas. Yo, por mi parte, creo que son las correctas. La historia tiene un principio, un nudo y un desenlace. Y es bastante simple, por lo que con un número de páginas mayor puede que llegase a aburrir al lector. El estilo de escribir de Francesc es exquisito, como siempre, y el ritmo de la obra se adapta a lo que ésta necesita en cada momento. No se le puede poner ni una sola pega. La psicología creo que juega un punto clave en esta obra, y es la que no ha acabado de encajarme. Quizá no me la esperaba, y por eso me ha chocado tanto.
Un libro corto y ameno al que le ha faltado un poco para llegar a emocionarme como lo ha hecho con tantos lectores tras su publicación.
Valoración:
Nos leemos pronto, Garazi