Reseña: El cuarto jinete - Víctor Blázquez

Título: El cuarto jineteAutor: Víctor BlázquezEditorial: Dolmen | OcéanoISBN: 9788415296171Páginas: 336SINOPSIS:

¿Qué ocurriría si tus familiares, vecinos y todos aquellos a los que conoces se convirtieran en insaciables e incansables asesinos?
Ven, acompáñame, Castle Hill es un pequeño y apacible pueblo americano digno de postal, un lugar donde la vida es tranquila y fácil. Todos los pueblos tienen ovejas negras pero, por lo general, la paz domina la vida de este pequeño y agradable lugar.

Las cosas están a punto de torcerse del todo. El cuarto jinete, el más mortal de todos los virus concebidos por el hombre, el principio del fin, un virus capaz de someter a toda la raza humana, está a punto de ser liberado.Enfrentados a un enemigo sin miedo, inagotable y atroz, los habitantes de Castle Hill tendrán que valerse por sí mismos para sobrevivir. La pesadilla está a punto de comenzar.No hay ningún sitio al que huir si la muerte corre más que tu

OPINIÓN:Cuando empecé El cuarto jinete tenía ganas de leer algo con zombies, porque ya les he tomado el gusto, iba con la idea de encontrarme algo tipo Resident Evil, pero no a escala mundial, solo a un pueblo, pero nunca pensé que me encontraría esto. Me ha sorprendido gratamente por los personajes y definitivamente por la forma de contar la historia, no es algo que uno se encuentre comúnmente al leer un libro, nos encontramos con una narración muy peculiar que le da un toque especial a la lectura y la hace más tangible. Al empezar no me gustó nada, me paraba y alzaba la ceja porque no comprendía muy bien que sucedía, no fue hasta que le agarre a la narración y tome el hilo que empecé a disfrutar, y es que el inicio es lo turtuoso (claro, no para todos) porque quien te cuenta la historia es un narrador omnisicente, pero te la cuenta como si te estuviera dando un tour por todo el pueblo para luego pasar a darte el tour a la acción, el lector junto con el narrador están presentes en la escena pero no forma parte de ella, ven y tienen reacciones (porque el mismo narrador lo menciona) pero no están en peligro, no forman parte del grupo de personajes y en realidad son como público, público muy cercano que prescencia todo de una forma muy aterradora. Además, puede pasar de contarte algo del pasado a algo del futuro como si en ese momento estuviera sucediendo, se mueve entre lo que le sucede a cada personaje en diferente tiempo o al mismo tiempo de una forma que puede parecer confusa pero que no lo es, ni poquito, puede terminar con una oración que te deja con los nervios en alto como con el final de algo, esas oraciones, esas que te dejan expectante son realmente buenas porque te hacen seguir leyendo sin querer parar, no siempre termina con una oración así, pero cuando las hay son muy buenas. Así mismo el narrador sabe todo de los personajes y por consiguiente el lector también, esos personajes que bien pueden pasar sin pena ni gloria se quedan en tu mente por lo que se cuenta sobre ellos, cómo eran, como han sido y de dónde vienen, acomodándolos en un lugar de tu lista, una lista que incluye a “los que deben morir”, “los que no deben morir”, “los entrañables”, “los valientes” y demás, lamentablemente en mi caso por más que los acomode según transcurrían las páginas y las situaciones muchos tuvieron un destino diferente al que yo les asigné, pero no precisamente la muerte (o la no-muerte en dado caso). Si tengo que escoger mi personaje favorito es Mark, no puedo explicar al cien por cien la razón, pero junto con la niña Paula son los más entrañables de la historia, mientras que Victoria, la bombero, me gustó por ser ella, y solo un poco menos su compañero.¡Sangre! Sí, hay mucha sangre, carne humana, dientes, mordidas, yugulares que parecen fuentes derramando sangre y muchos, muchos gruñidos. Me ha gustado, tal vez no te encuentras con una descripción muy detallada de todo el zombie (como si tú mismo estuvieras viendo la portada del libro) pero se menciona lo necesario para hacerte una idea y lo demás dejarlo a tu imaginación, que esperemos no sea muy grande porque si no tendrás muchas deformaciones danzando por tu mente. Cosas como sesos derramados, mitad de caras arrancadas, piernas y brazos en posiciones que se creían imposibles hacen de los muertos vivientes algo que nunca, nunca te quisieras encontrar frente a ti, por lo menos no sin una buena arma en las manos. El plus es que cada personaje no se vuelve Schwarzenegger de un momento para otro, dependiendo del personaje depende de cómo es y cómo reacciona, quien está entrenado y preparado sabe defenderse, pero quien solo es un periodista, un ama de casa o un mecánico solo saben reaccionar de una forma: con miedo y por lo tanto congelarse en el acto. No vemos al héroe que aparece en todas las películas, claro que están los valientes, los preparados y los dispuestos a ayudar, pero no el que llega y ¡pum! Adiós zombies.
El inicio no fue lo único que se me complicó, me puso mucho los cabellos de punta (ya de por si erizados) la frase “pero ahorita no es momento de ver eso” o “en un momento más volvemos con eso” y frases de ese tipo, yo sé que por la forma de narrar los pueden hacer necesarios, pero me sacaban un poco de mis casillas porque me parecen de más en la mayoría de las ocasiones, desde un principio queda claro que no sabremos la historia de forma lineal siguendo a un personaje, por consiguiente sabemos que estaremos moviéndonos de un lado para otro para estar al tanto de todo desde todos los ángulos, cosa maravillosa en el libro, pero al mismo tiempo marca más las frases mencionadas. Muchas veces te deja de contar en lo bueno para regresar unos capítulos más adelante y darle suspenso, pero en ocasiones me parecía que repetía lo mismo y lo mismo, ya sean frases o palabras. Hablando de eso, me pareció que disminuir un poco el uso de la palabra "joder" habría sido bastante bueno, sé que las situaciones lo ameritan, pero me pareció un poco exagerado.

El cuarto jinete es un libro de zombies que se alza entre los mejores por contar la historia de una forma más viva y tener una gran variedad de personajes que solo quieren una cosa, sobrevivir. No lo querrás soltar.

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