Reseña: El espíritu del alce de Yolanda Revuelta

Ahora que tenemos más tiempo para leer, vamos con una nueva reseña. Se trata de El espíritu del alce de Yolanda Revuelta. Hay autoras a las que les tengo un cariño especial y Yolanda es una de ellas. Acabo de terminar la historia de Laurel y Oliver y estoy estoy deseando que salga la de Kendra y Zane.Pero para eso queda un poco de tiempo. Vamos con El espíritu del alce.

Título: El espíritu del alce (Serie Lake House, nº1)Autora: Yolanda RevueltaRomántica actual2020Sinopsis:Tras un ataque a un campamento del ejército americano en tierras hostiles, Oliver Shearman es herido. En uno de los bolsillos de su uniforme lleva una carta dirigida a una mujer que ni siquiera conoce.Durante un tiempo se debate con qué hacer con ella.
¿Entregársela a su destinataria o destruirla?La respuesta a su pregunta la tiene solo él.
El día a día de Laurel Mitchell no es nunca fácil. Es viuda y tiene dos hijos que le complican aún más la existencia. La economía familiar tampoco es que sea muy boyante. Todo se le hace cuesta arriba, y no encuentra las soluciones que tanto ansía.
Lo que ella no sabe es que, a cientos de kilómetros de Wolcott, Vermont, hay un desconocido que piensa en ella y que está a punto de cambiarle la vida.
Reseña:
La trama de El espíritu del alce es absorbente desde la primera página. Pero es que a medida que la historia avanza y vamos conociendo a los personajes, y sus vivencias, esta te atrapa más. No por el esperado romance entre Laurel y Oliver, sino por lo que rodea a sus particular historia.
Nos encontramos de inicio con Oliver y con su deber de entregar una carta a una mujer a la que no ha visto en su vida. Pero siente que debe hacerlo; que está en deuda con su amigo. Pero, ¿qué le empuja a hacerlo? ¿Por qué ese afán en llegar a una remota localidad, Wolcott, para entregarla? ¿Hay algo más que él desconoce?
La respuesta la encuentra nada más conocerla. Laurel le llama la atención hasta el punto de decidir no entregarle la carta de Will. ¿Por qué?Laurel se muestra recelosa nada más conocer a Oliver. Ni entiende qué hace allí, ya que este no le ha confesado el verdadero motivo de su presencia. Solo que quería conocer la región de la que le hablaba su amigo en el ejército. Nada más.Sin embargo, poco a poco va surgiendo una complicidad entre ellos que no parece escapar a los ojos de los que les rodean. Y Oliver se va instalando poco a poco en las vidas de estos con el consabido peligro que esto supone.Los dos comienzan a ser conscientes de lo que ha surgido pero al mismo tiempo de que no será duradero. Oliver se acabará marchando un día y para Laurel solo será un grato recuerdo.
Pero lo que nos atrapa más es el misterio que la autora siembra en Wolcot. Dos personas aparecen asesinadas, sin motivo aparente. Esta situación le vale Oliver y Laurel para mantenerse más unidos si cabe. Ella no quiere quedarse sola con sus hijos por miedo a que les pueda suceder algo; y Oliver no está dispuesto a hacerlo. Esta situación los une más.Aquí la autora nos da un giro sensacional porque el lector no espera que estos asesinatos tengan relación con Oliver. Pero no deja de ser sorprendente el giro que da la trama cuando parece que todo está resuelto.
Llegados a ese punto Oliver tendrá que tomar una decisión que le cambiará la vida.No quiero pasar por alto la participación de los hijos de Laurel, Kendra y Caleb. La primera es una adolescente, rebelde que se llevaba muy bien con Zane (parece ser que ellos dos tendrán su propia historia ;) )  Y Caleb de doce años, parece congeniar con Oliver desde el primer momento. Se convierte poco menos que en inseparables. 
Oliver y Laurel son dos personas solitarias a las que la vida les ha golpeado duro. Están heridas y algo perdidas. Pero al final ambas se encuentran para seguir juntos.Debo decir que las descripciones de los paisajes en los que la novela se desarrolla transportan al lector a estos. Una vez más, y no sé cuántas van ya, Yolanda vuelve a conquistarnos con sus historias, con su forma de narrar, con su delicadeza y su romanticismo.Una autora con la que sé que disfruto cada vez que comienzo una de sus historias.