Debo decir que de esta reseña puede salir cualquier cosa, pues si me ha dado pereza leer el libro, ponerme a reseñarlo ha sido todavía peor…
El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares es una enigmática historia sobre niños extraordinarios y monstruos oscuros, una fantasía escalofriante ilustrada con inquietantes fotografías vintage que deleitará a jóvenes y adultos. De niño, Jacob creó un vinculo muy especial con su abuelo, que le contaba extrañas historias y le enseñaba fotografías de niñas levitando y niños invisibles. Ahora, siguiendo la pista de una misteriosa carta, emprende un viaje hacia la isla remota de Gales en la que su abuelo se crió. Allí, encuentra vivos a los niños y niñas de las fotografías aunque los lugareños afirmen que murieron hace muchos años.
El envío de este libro (agradezco de nuevo a Planeta) me hizo más que especial ilusión. Había oído hablar sobre esta novela, vi el booktrailer, escuché acerca de la adaptación a la gran pantalla (fue apostar por Tim Burton y yo como loca), y cuando recibí el libro lo cogí con muchas ganas. Debo decir que la edición es muy bonita (tapa dura, sobrecubierta, diseño interior con ilustraciones y motivos de adorno…), aunque por lo que se comentaba el otro día, la original es todavía mejor. Aun así, y con esas imágenes atrayentes, al texto le ha faltado algo que me tuviera enganchada (¡¡¡¡2 semanas??!!! 2 semanas he tardado en leerme el libro).
Porque lo mejor de la novela son esas imágenes de época (reales, de coleccionistas de carne y hueso que las han sacado de aquí y de allí) y cómo el autor crea la trama a partir de ellas. Las fotos van apareciendo a medida que el protagonista las menciona, ya sea con una frase exclusiva, un recuerdo o cualquier tontería. Son todas muy interesantes y hay que reconocer que alguna de ellas tienen su qué (decir que hay varias bastante tenebrosas y rebuscadas).
¿En cuanto a la trama? sssss… hmm… es como un motor en ralentí: está ahí, encendido, que parece que arranca, pero que no arranca. Según se cuenta este es el primer título de una saga (no me preguntéis cuantos porque también me da pereza buscarlo, pero vamos tres o cuatro seguro), así pues podríamos tratar este tomo como un libro introductorio, ¿qué pasa? que es demasiado introductorio. Quizá es que Ransom Riggs tiene muchas fotos que enseñar (en principio creo que iba a ser nada más un álbum ilustrado, fue el editor el que dio la idea de acoplar ahí una narración) y va a alargar por eso. Entonces, si se toma este libro como una novela que pretende hilar las fotografías, vale, pero nada más.
Jacob resulta que tiene un abuelo que le contaba historias sobre los niños peculiares,
ahora que ha muerto –en circunstancias muy extrañas-, el nieto está con el runrun y pretende saber si lo que le contaba su abuelo era cierto o no. Así pues coge los trastos, con su padre, y se va a la isla que tantas veces había aparecido en los cuentos de su abuelo. Allí, por H y por B resulta dar con los niños y… bueno… una serie de sucesos les llevarán a huir de algo “terrorífico”. En uno de los comentarios de mi post de “En proceso” pude leer algo como que la lectora había aprendido mucho con este libro; yo personalmente me siento igual que antes, la verdad es que no me ha aportado nada más que descubrir fotos de época.Que la idea está bien y los personajes podrían tener mucho gancho, pero queda todo como en volandas, como cogido con pinzas (hay muchos elementos y acciones y reacciones de personajes como sacados de la manga porque sí –el padre de Jacob me resultó uno de ellos-). Sí que se describe a los niños y a Miss Peregrine y demás, pero es como que están ahí porque tienen que estar. Todo “el mundo” que crea el autor alrededor de las “Miss”, pues está bien, pero por el momento no es más que un acompañante para las fotos, un adorno. Los personajes no me engancharon (Miss Peregrine me ha caído torcida la pobre), y el protagonista no ha conseguido conectar conmigo (¿en qué quedamos? ¿son niños? ¿son adolescentes? ¿son niños con más años de vida que mi abuela pero que siguen pensando como niños?…).
Tampoco ayuda el estilo del autor: muy adornado y rebuscado y con descripciones que se hacen pesadísimas. Quiere que el texto sea tan bello como las fotografías pero a la vez desenfadado y juvenil, y lo consigue, pero no es algo positivo si la historia no avanza y realmente te pasas demasiado tiempo con el libro a cuestas. La verdad es que no destacaría ningún fragmento de la novela en especial.
Me da mucha pena encasquetarle este aprobado justillo al libro, pero es que esperaba mucho más, podría decirse que me lo he tomado ya como algo personal, y el que no me haya dado lo que yo quería ha hecho que le baje la nota. Bajo la nota por el tiempo que he tardado en leerlo (que ni me acordaba que tenía un libro por leer en casa), por esa historia tan sin sal (a veces tonta y “apavada”) y ese gancho que le ha faltado.Es un libro bastante juvenil pre-adolescente, es una historia entretenida y bueno, también he de decir a su favor que el que a mí me haya parecido poco masticada no quiere decir que no pueda llegar a gustar, es más sé que por ahí gustará y que incluso yo la recomendaría para todos aquellos que no tengan nada que leer ahora mismo, ni expectativas muy altas puestas en su próxima lectura.
Opino que debería haberse quedado simplemente en un álbum de fotos, la historia no le hace justicia a esas fantásticas imágenes. Veré la peli, sí. Creo que este libro puede resultar un muy buen film (por lo menos no tardaré dos semanas en conocer la historia).
Nia