Revista Cultura y Ocio

Reseña - El pasado que nos une

Publicado el 18 julio 2020 por Alaluzdelasvelas


RESEÑA

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EL PASADO QUE NOS UNE

 ¡Hola, hola, hola!

 ¡Hoy toca una reseña un poquito especial! Veréis, hace poquito leí esta reseña de Marilí del blog Otro romance más – ¡tenéis que echar un ojo al blog, es una maravilla! - y, bueno, decidí que sí o sí tenía que hablar con Ailina para que me recomendara una de sus novelas. Por cierto, si no conocéis su blog es Ailina entre libros y os recomiendo mucho mucho que paséis por allí. ¡Por cierto! Os dejo también una entrada que hizo hablando de su libro. Podéis leerla haciendo clic aquí. Y nada, aquí me hallo, habiendo leído una joyita que, jo, ha valido mucho la pena. ¿Qué, vamos a ello? ¡Dentro reseña!

FICHA TÉCNICA

Reseña - El pasado que nos une
Título:Tiempo1 – El pasado que nos une Autora:Ailina Shebelle Número de páginas: 280 ISBN: 978 8409191833 Precio libro físico: 14,94€ (Tapa blanda) / 2,99€ (Edición para Kindle)

SINOPSIS Joel Hunt odia el tabaco y se siente perdido. Lleva siete años sin pisar Telluride, el lugar que lo vio nacer y crecer. Se niega a volver debido a los sucesos que allí acontecieron, pero algo lo obligará. No sabe cómo actuar con las personas que lo apoyaron y quisieron durante su infancia. Es consciente de que debe muchas explicaciones y, aunque no se siente preparado para darlas, tendrá que afrontar el hecho de que, a pesar del tiempo, sigue enamorado de Mandy. Mandy Brown es una chica que lucha contra las adversidades de la vida que amenazan con frenar sus sueños. Pinta cuadros llenos de luces y sombras, adora el chocolate caliente con nubecitas y contar las estrellas fluorescentes del techo de su habitación. Y, por mucho que le duela, sigue enamorada de Joel .Aunque el pasado aprieta y ahoga en ocasiones, ambos encontrarán la forma de llegar el uno al otro para construir un futuro juntos, mientras las pesadillas más temidas de Joel vuelven para desestabilizarlo todo. El pasado que nos une es una historia sobre cómo el amor nos hace fuertes para superar el miedo, repleta de sentimientos a flor de piel y con un mensaje claro: el destino está escrito en las estrellasOPINIÓN Se conocieron siendo muy niños. Joel era ese niño nuevo en el barrio, el que aparece con una familia rota y ve desde su ventana cómo sus vecinos son felices. Porque ve a ese chico de su edad, tan protector, tan divertido; y a esa niña un poco más pequeña, con un curioso aparto en la pierna y la sonrisa más bonita que ha visto en su vida.
 Fue porque Mandy, esa niña, decidió acercarse. Disfraza de hada, sonriendo. Y a Joel ya de niño se le partió un poco el corazón porque supo, incluso sin saberlo, que estaba viviendo un momento especial.
 El tiempo es inclemente, al menos la mayor parte del tiempo, y nunca pasa en balde. Conocer a Leon y Mandy fue algo así como un regalo, un poco de felicidad para aligerar su vida. Una dura, fría, terrible. Una en la que el padre desaparece y la madre sólo odia. Porque Joel tiene mucho que contar, en esta novela. El problema es que una noche, una estúpida noche, marca la diferencia. Algo ha pasado en casa de Joel. Algo gordo. Telón.
 Tenía muchas ganas de leer algo de Ailina y, a la vez, tenía muchísimo miedo de que no me gustara. Es una sensación curiosa, esta de leer la novela de alguien cuyo blog también lees. El caso es que mis miedos eran infundados, porque Ailina nos dibuja la vida de dos protagonistas maravillosos, ¡y unos secundarios estupendos!, con tanta clase, con tanta tranquilidad… que una no puede más que enamorarse de ellos. Tal vez su mayor acierto, al menos a mi juicio, haya sido no detenerse en cosas innecesarias. Avanzar, dejar que la cosa fluya sin preocuparse de si ocupa más papel o menos. Chapó, Ailina, porque te ha quedo una historia preciosa. Tras “el incidente”, Joel está muy cambiado. Vive de manera apática, sintiéndose muy poca cosa y dejando que la vida le pase por encima. Sigue pensando con mucho cariño en Leon, sus antiguos amigos, los padres de Leon y Mandy y… en Mandy. Porque esa chica fue, sin duda, la Ella que estaba esperando. La misma Ella que ha hecho su vida sin olvidar al chico de los ojos tristes.  Me ha encantado Mandy. Que Ailina nos hable de una protagonista con un problema físico y no nos la pinte como una víctima, como alguien que no quiere ser feliz… es maravilloso. Dar visibilidad, hacerlo con la naturalidad que hay que hacerlo;sólo por eso ya tiene todos mis respetos. Además, tenemos a otro personaje que ha sufrido una amputación: Cam– yo os prometo que adoro a este chico. Es que, vamos a ver, ¿se puede ser más capullo y, a la vez, más maravilloso? – El resto de secundarios son algo así como ese grupo de amigos harto divertido, ¡y bizarro!, con el que echarse unas muy buenas tardes. Me declaro fan de Leon– qué ganas tengo de ver cómo le cae encima alguien que le ponga en su sitio, ¡he dicho! – y no puedo más que adorar a Travis, las chicas y Nick.
 Hablaba de Mandy. La chica sabe qué limitaciones tiene, pero por culpa de la sobreprotección a la que se ve sometida por su hermano y sus padres, cree que no puede volar. Me encantó la dicotomía del pensamiento, el hecho de entender que sí, era normal que se preocuparan; pero que, joder, era justo que se enfadara por ello. Mandy es, seguramente, el personaje más fuerte de la novela. Y eso vale oro.  No os pienso contar qué pasa para que la vida de estos dos protagonistas maravillosos se cruce. Sólo diré que Mandy sigue dolida y que Joel no tiene ni idea de cómo abordar un tema tan espinoso como el que hizo que todo se fuera a la mierda… ¿Queréis mi opinión? Deberíais dar una oportunidad a la historia. Ah, sí, sí, os animo, ¡y mucho!, a leerla. Y ahora, bienvenidas y bienvenidos a la ZONA SPOILER


 Ailina, amiga, casi me da un infartito.Tenía que decirlo, sí. ¡Prosigamos! La vuelva de Joel al pueblo – uno harto precioso, por cierto –, lejos de resultar forzada y dramática, es muy divertida. Leon es un grande, no diré nada más. Lástima que el buen rollo se vea un poco diluido con la llega de Mandy. Porque ella no entiende cómo demonios es posible que Joel no haya tenido la maldita decencia de pronunciarse hasta ese momento. Y cuando lo tiene delante, cuando por fin lo ve, las palabras pesan demasiado y es más fácil fingir que todo está bien. Mala idea, Mandy, mala idea.  Lo que más valoro de la novela es que no apesta a machismo rancio. No tenemos personajes machirulos– y gilipollas – que se dediquen a dejar bien claro que ellos son geniales y maravillosos. Tenemos a chicos normales y corrientes, con sus dramas, también con sus tonterías. Y eso los hace más reales. Las chicas, por su parte, son sencillamente geniales. Tal vez me hubiera gustado saber un poco más de las amigas de Mandy, pero debo decir que lo que se nos muestra es más que suficiente para saber que sí: que se quieren de verdad.
 Me gustó mucho ese fin de semana en el rancho, el mismo que sirvió de puente para que, en cierto modo, Mandy y Joel tuvieran que verse las caras. Ojo, porque hay toda una suerte de malentendidos que hace que ambos piensen tonterías importantes– real que casi me da un chungo cuando Mandy llegó a la conclusión de que todo eran paranoias suyas –; y, sin embargo, no dejo de pensar que de haber sido de otro modo hubiera resultado forzado. Había rabia, mucho rencor y unas ganas de perdonar aplastadas por ese lapso muerto, el tiempo cabrón que hace que te replantees tus prioridades. Fue bonito. Fue justo.
 Si soy sincera, no espera tanta carga dramática en el pasado de Joel. Ese chaval ha tragado mucha mierda, tanta que hubo un par de veces que sólo podía sentir asco hacia esa corte de desgraciados que tuvieron la “feliz idea” de hacer de su vida un infierno. Pese a todo, Joel no es una mala persona. No construye una personalidad tóxica sobre las bases de un abuso excesivo. Él se comporta como debería comportarse alguien que lo ha pasado mal: como no se comportaban con él. Es dulce, muy tierno, también paciente. Hay algo bonito, en su paciencia con Mandy. Porque ella, me vais a perdonar, muchas veces ve minada su autoestima por su problema físico. Uno que la hace, sencillamente, ella misma.  El final es muy bonito. Mucho. Muchísimo. También bastante fuerte. Quiero decir, Ailina se lo jugó todo a una sola carta y… me pareció muy correcto. Enamorada me hallo. Nada más que añadir. ¡Miento! Necesito saber ya de YA qué va a pasar con Cam, Nick y Leon. He dicho....El pasado que nosune es una novela tierna, divertida, con un punto dramático importante. Dos personajes maravillosos, un pasado en común y un futuro que, en cierto modo, todavía no ha acabado de decidirse. No dudéis en darle una oportunidad.5/5

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